Beautiful war «Ashton Irwin y Austin Carlile».

Capitulo 8

Narra _______

Despertarme con los rayos del sol en la cara, no es una buena forma de despertar, yo quería seguir durmiendo más, pero un ruido en el pasillo me sobresalto.

Salí de la habitación encontrandome con Sara, a la cuál no se la veía muy bien que digamos.

- Lo pasaste bien, ¿eh?

- Bastante.

- Buff, yo diría que con ese careto no es que durmiras mucho.

- No dormí nada, aunque eso sí, pasar lo pase bien.

- Se nota que Luke te puso en tu sitio -dijo ______ con una sonrisa picarona-.

- Y no lo sabes tú bien, y Calum, menudo encanto de tío, ese también sabe jugar bien.

- Espera, espera, espera. ¿Me estás diciendo que te tirase a los dos?

- Sí.

- Vale, ahora enserio.

- Te lo digo enserio.

- Te mereces mi respeto eterno.

- Está bien oírlo -ríe-. Porcierto, Luke les habló de ti y, me pidieron que les enseñara una foto tuya y, bueno, a Michael y a Ashton les gustas.

- ¡Que dices!

- ¡Que sí! Bueno y, a Calum también, pero ese es mío -dijo mientras se tiraba en su cama-. A todo esto, ¿Austin está en tu habitación o ya se fue?

- No pasó nada, ayer me vino dejar después de la cena y de dar un paseo a lo largo de la playa, nos dimos un par de besos y quedamos de hablar para salir otro día. Algo normal, quiero hacerlo bien está vez, no quiero ser tan aventurera como tú.

- ¿Y que te esperabas que hiciéramos sí no querías que volviera a casa?

- Ya te dije que no quería que vinieras para hacer lo que hiciste y despertarme en medio y medio de la noche. Enserio, sí alguna vez vuelves a hacerlo, te juro que te mato. Lo pasé  fatal, me puse los cascos, la almohada por encima de la cabeza, y aún así, te escuchaba a ti más que a la música.

- Bueno, tampoco te pases, no fue para tanto.

-Ya. Fijisímo.

Era domingo, así que tacaba hacer el vago todo el día. Pero no podía hacer bien mi lavor, ya que estaba nerviosa, yo no soy muy buena haciendo amigos y, mañana me tocaba grabar a un grupo de chicos, todavía no se que grupo es, lo único que me dijeron era que más o menos eran de mi edad. Aún así, me olvidé de esos estúpidos nervios al ver en nuestra acogedora salita un maratón de películas de Leonardo DiCaprio. Ese hombre sí que sabe hacer como olvidarme de las cosas y, ¡no es para menos!