Capitulo 14

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Narra ______:

Miércoles. Al levantarme sentí otro cuerpo junto al mío, el cual tenía sus brazos sobre mi cintura. Me sorprendí, y un sentimiento de rabia inundaba mi ser -siendo o no quien yo temía que fuese-. Al darme la vuelta y verle el rostro, confirmé mis sospechas. Ciertamente no es que me molestara, pero no me gusta estar con cuarenta tíos a la vez -aunque técnicamente no estoy con nadie-. Sonó la alarma en ese momento, y se despertó. Vió que yo también estaba despierta, y con mala cara.

- Te ves hermosa cuando duermes.

- ¡QUE COÑO HACES AQUÍ?

- Me desperté aquí en medio de la noche, y ya me daba pereza levantarme. Soy sonámbulo, no lo puedo evitar.

- Más te vale que sea eso. La cara que tenías antes de despertar era de violador, o de pederasta.

- Puede ser, esta noche soñe bastante bien -dice orgulloso-. ¿Y como sabes que tenía esa cara?

- Me desperté justo antes de que sonara la alarma.

- Claro que si -dijo riendose un timidamente-. Te gusto, admitelo.

- No me gustas. Tengo mejores cosas que hacer con mi tiempo -dije con una sonrisa trunfal-.

- ¿Ah sí? ¿Cómo que? -dijo tumbado de lado y apollado sobre su codo, su mano sujetaba su cabeza, y su pelo despeinado lo hacía ver mejor. Pero con esos ojos verdes oliva, ya podía venir un dios griego potente, que nada me bajaría tanto las bragas como lo estaba haciendo él en ese intante-

- Ahora mismo no sé, pero muchas -dije riéndome-.

-¿De que te ríes? -diji riéndose conmigo-

- De nada -dije sin parar de reir-.

-Pues ahora te vas a reír por algo -se puso encima de mí, creo que no había comentado que estaba en bóxers, y yo con un pijama corto de verano; me empezó hacer cosquillas-.

Cada vez dejaba de reíme menos, ya que dejó lo de las cosquillas y empezó un nuevo juego. Empezó a acariciarme la cara interna del muslo, mientras besaba mi cuello. Mis manos estaban en su pecho, pero no respondían, quería más. Pasó al siguiente nivel, y con él, nuestra poca ropa. Nos estabamos besando como locos, dos jóvenes apasionados. Poco faltaba para ese momento cuándo...

- ¡Dejad de follar o vas a llegar tarde al trabajo! -dijo Sara detrás de la puerta-

Cogí el móvil y miré la hora. Como no me diera prisa iba a llegar tarde. Mis brazos al fin funcionaron y lo quitaron de encima mía. Fui al armario y comencé a vestirme rápidamente.

- ¿Vas a dejarme así? -Dijo señalando al bulto que había debajo de las sábanas-

- Si, no quiero perder mi trabajo. Y como no empieces a vestirte, tú tampoco llegaras a tu hora.

- Entro media hora más tarde que tú.

- Lo sé, te tendré que aguantar toda la mañana.

- ¿Aguantarme? -dijo mientras se levantaba de la cama completamente desnudo y se acercó a mi desafiante y lentamente; tenía unos musculos bien escúlpidos, que hacían que cada vez tubiera más ganas. Se acercó a mi, y acercó su boca a mi oreja haciendo que un cálido aire llegara a esta, reprimí un orgasmo-A judgar por como te ves, no creo que me tengas que aguantar, seré yo el que tenga que aguantarte a ti, sentada en esa silla, y paseandote por el estudio sin poder besarte y hacerte mía.

Y lo dejé ahí plantado, cogí mi bolso y mis llaves y me fui. Como no me diera prisa llegaría tarde al trabajo.

Mientras iba caminando hacía el estudio, empece a pensar sobre lo ocurrido, y me sentía asquerosa, ¿como podía hacerle eso a Austin? Yo no quiero romperle, ya lo hicieron anteriormente, y no quiero acabar con él así. Debía contarselo a Alan, me va a matar. No sé ni como voy a poder mirar a la cara a Austin, además, después me viene a recoger; ¿y si Ashton lo ve y se pone como un loco conmigo otra vez? Tantas preguntas, y ninguna respuesta. Esto se tiene que cabar sí o sí.

Las horas en el estudio fueron horribles entre él y yo, la tensión se notaba, pero eso no nos paró la diversión, y el placer que sentíamos haciendo lo que más nos gustaba.

Cuando llegó la hora de irse, salimos todos juntos y, en la puerta se encontraba Austin utilizando el móvil. Estaba increible. Llevaba unas botas negras, un pantalón negro ajustado, que le quedaba algo flojo, una camisa blanca y una chaqueta gris que le llegaba hasta un poco más abajo de la cintura. Se veía fantastico, y le podríamos añadir que estaba todavía mejor con su pelo engominado haciendo que quedará para arriba. Sinceramente, dejaba sin habla a cualquiera.

Se debió de dar cuenta de que estabamos allí así que levantó la cabeza, y sonrió al verme. Justo en ese momento Ashton se fue, y parecía que de mal humor. Los chicos se dieron cuenta de lo que pasaba, y no les quedó otra que despedirse de mi en un segundo y irse.

Me acerque a Austin, el cual tenía dibujada esa perfecta sonrisa en su cara, ¿como se podrá ser inmune? Se agacho, hasta que sus labios rozaban los míos, y acorté la distancia. Nos dimos un tierno beso, hasta que me cogió y me elevó hasta su altura, quedando mis piernas alrededor de su cintura.

- Te echaba de menos.

- Y yo.

- No se como hacer cuando tenga que volver a Los Ángeles.

- Bueno, siempre nos quedará Skype.

- No es lo mismo, y lo sabes.

- Ya, pero yo tampoco puedo irme todavía, creo que todavía me queda un mes.

- Y yo me voy el sábado.

- ¿Como vamos a hacer hasta entonces?

-No somos nada, todavía. Y creo que es muy pronto para tener algo serio, estamos bien así como estamos, pero creo que al irme para Los Ángeles hasta entonces debemos dejar lo poco que tengamos, no somos nada y no quiero atarte a mi, ni quiero estarlo yo a ti -me baja, y comenzamos a dar un paseo-.

- Pero, imaginate que algún día llegamos a estar juntos, ¿cuando te vayas de gira también me dejarías?

- Esa es una situación diferente, estaríamos juntos -dice con una tierna sonrisilla achinando los ojos-.

Beautiful war «Ashton Irwin y Austin Carlile».Donde viven las historias. Descúbrelo ahora