Capitulo 20

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Otra vez sábado. Y mañana el gran domingo. Al fin regresaría a mi querida Ciudad de los Ángeles, pero sin Ash. Esta semana había sido increíble. Puede que antes pareciera una gilipollas en ocasiones, pero cuando se ponía en plan romántico, era de lo mejorcito. Pasamos la semana quedando casi todas las tardes y algunas noches –sí, lo hicimos, y fue agradable-. Y aunque él fue de lo mejor, he evitado “encariñarme” más con él. Solo conseguiría que acabáramos peor, pero yo también di amor, por supuesto.

Estaba tirada en mi cama escuchando El libro de las sombras de Mägo de Oz con los ojos cerrados cuando escuché un ruido. Venía del cristal, alguien le estaba tirando piedrecitas. Me imaginé quien era y me levante a abrir la ventana y hablar con él.

-       ¿Qué haces? ¿Acaso somos unos adolescentes rebeldes, o yo soy la niña buena y tú eres el chico malo que me da mal ejemplo? ¿Pretendes que me escape por la ventana?

-       Primero estaba intentando llamar tú atención. Aquí la rebelde eres tú, yo solo soy el niño bueno al que han corrompido. Y pretendía subir.

-       Oh, ¿quieres que te lance mi pelo o prefieres subir por la enredadera?

-       Tu pelo –dijo con una sonrisa que le llegaba de oreja a oreja-.

-       Ale, sube –dije mientras señalaba a la enredadera-. Jamás dejaría que tus manos llenas de gérmenes tocaran mi hermoso pelo.

Lo ayudé a subir por la ventana. Estaba sonando Vodka and Roll de Mägo de Oz y a Ash le gustó aunque estaba en español y él no entendía nada. Empezamos a hablar de cosas triviales, como del por qué le apeteció entrar por la ventana cuando tiene una puerta que hace más cómoda la entrada a la casa sin necesidad de tener algún peligro al poder caerse del 2º piso al suelo sin nada que le pueda salvar la caída junto con una visita al hospital muy probable si caía. Poco después quitamos la música y nos dispusimos a dormir.

-       Te voy a echar de menos.

-       Y yo. Espero que vengas alguna vez de visita.

-       Tú también puedes venir a Londres o aquí, eh.

-       Pero yo no soy rica.

-       Yo tampoco.

-       Poco te falta.

-       ¿Y que haremos? La semana ha pasado, y ni de coña voy a tener una relación a distancia, ni contigo ni con nadie.

-       Lo dejaremos, no queda otra. Pero al menos espero llevarnos bien.

-       No lo dudes.

A la mañana siguiente me desperté. Ashton me rodeaba la cintura con uno de sus fuertes brazos, ahí me sentía segura. Pero debía bajar los pies a la tierra, esto en un par de horas se acabaría. Todas mis cosas estaban recogidas, ya no quedaba nada mío sin guardar. Por lo visto Sara iba a quedarse aquí una temporada para ver si funcionaba su relación con Luke, y cuando volvieran para Londres, ella se iría también, por otro lado siempre quiso vivir allá, así que para ella era todo “un puntazo”.

Fui a desayunar. La cocina estaba vacía, después de todo, Sara solo se levantaría para llevarme al aeropuerto y despedirse de mí. Me preparé mi típica taza de leche con Nesquik y galletas. Encendí la televisión, y estaban emitiendo Dragon Ball, obviamente deje en el canal y ví un episodio. Iba a empezar otro nuevo cuando llamaron al timbre y fui a abrir. Era Alan. ¿Qué hacía él aquí? En teoría él iba a ser quien me iba a recoger al aeropuerto y llevarme a mi casa junto con Marcos, nuestro anterior compañero de piso, y un buen amigo que se vino con nosotras para L.A.

-       ¿Qué haces aquí?

-       Austin tuvo un accidente de tráfico. No quería decírtelo por el móvil ni cuándo llegarás allá. Está fatal, lo peor es que le dio un ataque al corazón y no respira bien, necesita oxígeno. Y eso no es todo, cuándo lo dejasteis él allí conocío a alguien, quedaron algunas veces y comenzaron a salir. Lo que pasa esque ella no sabía que Aus tenía todos esos problemas, y lo quiso dejar, no quiere a un tío “tan jodido”. Austin no lo sabe, y desde que él despertó ella no ha venido a verle ni una vez. Nosotros no le vamos a decir nada. Él la adoraba, pero no era como él creía que era. Escucha, cuando lleguemos allá por favor, vete a verle, te necesita.

Cuando acabó, no daba crédito a lo que me había contado. Me tomó un par de minutos asimilar todo. Todo parecía una jodida broma, pero dudo que venga hasta aquí por diversión; aún así sería mejor que hubiese esperado.

El avión salía dentro de 5 horas. Cuándo Sara y Ash se despertaron Alan les conto lo que había pasado. Se quedaron en shock, como había hecho yo anteriormente. Por una parte se que a Ash no le gustaba la idea de que fuera literalmente a los brazos de Austin al llegar allá, pero no quedaba otra; y aunque él no quisiera, habría ido igual. Después de todo, le sigo teniendo mucho cariño.

Ya eran las 16:30 y Alan y yo estábamos embarcando. Poco antes habíamos pedido que nos pusieran juntos en el avión. Iba a ser un vuelo muy largo, más de lo que debería ser. 

Beautiful war «Ashton Irwin y Austin Carlile».Donde viven las historias. Descúbrelo ahora