Después de caminar un rato, llegue a lo que es la cocina, en donde estaban Tara y Alex lavando y secando unos trastos entre risas y bromas. Pasamos silenciosamente y Matteo se sentó en un banco a un lado de la isla de la cocina mientras que yo me fui directo al refrigerador a sacar algo para comer.
— ¡Ah! —Exclamó Alex del susto al girarse y vernos de la nada— ¿Porque ustedes no hablan? Digo yo, es que asustan así, apareciendo de la nada. —Dijo Alex mientras intentaba controlar su corazón.
— Yo no veo a Tara asustada. —Dije mientras cerraba el refrigerador y tomaba una fruta de la mesada; No me apeteció nada del refrigerador— ¿O si te asustaste, cuñadita?
— No, no me asuste porque sabía que venían. —Respondió ella mientras se secaba las manos.
— ¿Cómo supiste eso, Tara? —Le pregunto Alex claramente sorprendido.
— El aroma se hizo más fuerte. ¿Tú no lo notaste, Alex? —Le pregunto ella, y Alex solo negó.
— Bueno, es que tenía muchas cosas en la cabeza... —Matteo y yo asentimos siguiéndole la corriente luego Tara corrió a los brazos de Matteo, quien la abrazo y sentó en sus piernas— Ellos ya no se van a separar jamás ¿Verdad? —Me pregunto discretamente Alex abrazándome por los hombros.
— No lo creo. —Le respondí mientras los observaba jugar cual par de niños que eran.
Horas después...
— Fred, ¿Cuánto falta? —Preguntaron Tara y Matteo al unísono.
— Poco, falta poco. —Respondió él pacientemente mientras seguía caminando, alternando la mirada entre la brújula y el frente sin que los chicos lo notaran, o al menos eso ha estado intentando.
— Fred, ¿Qué es esa cosa que traes en la mano? —Pregunto Alex acercándose a él al notar la brújula en la mano de Fred.
— Una brújula mágica. —Respondió Fred simplemente sin detener la marcha.
— ¿Y para que es? —Pregunto Alex con curiosidad intentando tomar la brújula, lo cual no logro ya que rápidamente Fred cambio de mano la brújula.
— Para guiarme. —Respondió Fred con obviedad y guardo la brújula.
— No estamos perdidos ¿O sí? —Pregunto Matteo tomando en brazos a Tara.
— No, no lo estamos. De hecho, falta poco para llegar a nuestro destino.
— Entonces, si no estamos perdidos ¿Para qué usas una brújula?
— Para no perderme, es una medida de prevención. —Explico él volviendo a sacar la brújula para reconfirmar el camino a seguir— Algo no anda bien...
— ¿Qué? Ay, no me digas, ya sé. Tu anticuada brújula ya no sirve y nos perdimos.
— ¡Que no nos perdimos, Matteo! Pero sí; la brújula se volvió loca, ya no sirve. —Respondió Fred algo enfadado guardándose la brújula— No hace más que dar vueltas y vueltas sin apuntar a ningún lado.
— Fred, ¿tienes alguna idea de porque la brújula pudo averiarse? —Le pregunte acelerando el paso para alcanzarle.
— Se supone que eso no sucede a menos que entremos en una barrera o se le aplique un hechizo a la brújula para que se comporte así. —Explico Fred sacando y enseñándome la brújula.
— No creo que este hechizada ¿y tú? —Fred negó y guardo la brújula— ¿Crees que hayamos entrado en una barrera?
— Es probable... O quizás Matteo tiene razón y dejo de funcionar por los años. —Concluyo Fred cruzándose de brazos— Bueno, lo que haya sido ya no es de importancia, porque ya llegamos.
ESTÁS LEYENDO
Destino Hibrido
FantasyUn Extraño aroma a chocolate y mentas llegó hasta mí. no le di importancia y cerré mi locker. Salí de los vestidores y caminé por los desiertos pasillos del instituto hacia la salida. de pronto alguien me empuja dentro del cuarto del conserje. Todo...