XXVIII

562 42 1
                                    


―Tres corazones del Celeste... ―Fred los tomó y una luz prontamente comenzó a rodearlos, en segundos ya eran collares con el adorno de un corazón de diamante. Los guardo cuidadosamente en un cofre y volvió a casa.

― ¡Fred! ―Exclamo Matteo al verle llegar― ¿Y ese cofre que?

― Aquí, vienen los corazones del celeste.

― ¿De verdad?

― Si. Y mañana voy a ir a dejar uno a cierta persona para que se lo dé a Luna en su debido momento. ―Fred le dio una palmada en el hombro a su hermano y subió rápidamente a guardar el cofre.

Mientras tanto en la habitación de Vanessa se encontraban ella y Alex, solos, de pie. Prestándole toda su atención a Lucas.

― Esta inquiero hoy... ― Alex se acercó a su esposa y todo su vientre, sintiendo las pataditas de su hijo.

― Esta entrenando. Para ser un fuerte guerrero. ―La joven rio melódicamente ante el comentario de su esposo.

― Te amo.

― Te amo. ―Correspondió el joven a su amada y la beso dulcemente.

― He pensado y... Me gustaría poder volver a casa, visitar a la manada. Que nuestro hijo crezca allí. Que... Todo lo malo que nos pasó este año jamás hubiese pasado. Tener los consejos de mamá, los mimos de papá. Las deliciosas comidas de tu madre, la simpatía única de tú padre... A Jess, a Angela... No lo sé. Les extraño... ― La joven hizo un pucherito y apoyo la cabeza en el hombro de su amado.

― Bueno... Hubiera sido muy lindo que las cosas pasaran así...

― Sii... ―El joven la abrazo y beso su cabello acariciando su cabeza.

― ¿Crees que alcanzaremos a disfrutarlo?

― ¿Que?

― A Lucas... Su infancia...

― No lo sé... Espero que si... Porque este angelito es la mitad de mi corazón. La otra, eres tú... ―La joven sonrió y le abrazo.

― Tengo miedo...

― ¿A qué?

― A que algo malo le suceda a nuestro pequeño...

― Todo estará bien amor... Recuerda que tenemos aliados milagrosos...

― Si, lo sé. Pero... Si te soy sincera, aunque dios mismo cuidara de nuestro hijo no dejaría de sentir miedo. Porque... Eso no significa que no pueden separarnos. ―Los ojos de la joven comenzaron a cristalizaré en rojo y prontamente los cerró, tratando de evitar que las lágrimas carmesíes saliesen.

El joven solo la abrazó y guardo silencio. Tenía razón, la verdad era que protegían a su hijo, a su familia. Podrían separarse si eso le mantenía a salvo. Y sería un sacrificio que tendrían que hacer. Por él... Por su Pequeño Lucas.

― ¿Sabes? Jamás tuvimos el vals de los novios.

― Ja, es verdad. – El joven posiciono las manos en la cintura de su amada y comenzaron a mecerse.

― Ahora estamos en la posición perfecta, para nuestro vals pendiente. ―La joven rio quedadamente y enderezo su cabeza, mirándose ambos ahora a los ojos― Amo, tus ojos. Son como dos diamantes de hielo... ―La joven sonrió y sus ojos brillaron.

― Y ahora, que tienes una bendición dentro de ti, te ves mucho más hermosa.

― JaJaJaJa... Estoy panzoncita...

― Estas perfecta ―Dijo él dándole una vuelta.

― Tú eres perfecto. Con tus ojos, tu piel morena, y tus labios de fuego... ―Juntaron sus frentes y sonrieron.

―Somos perfectos ante los ojos del otro porque nos amamos. ―Susurraron ambos a coro, como si sus mentes estuviesen conectadas.

― Tuve suerte, de que te fijaras en mi...

― ¿Porque lo dices?

― ¿Qué podría ver una chica tan inteligente, fuerte y hermosa, en alguien como yo? Pudiste haberme rechazado...

― Pero no lo hice. Eres mi mate. El amor de mi vida. En ninguna otra persona en todo este mundo podría encontrar amor más sincero y real que el que tú me das. Yo soy quien tuvo suerte de que te fijases en mí; De ser tu mate...

― Somos tan diferentes... venimos de mundos opuestos y enemigos, y, aun así, el destino quiso que estuviésemos juntos... Quiso que este milagro sucediera―acaricio suavemente el vientre de su amada y ambos sonrieron.

― El pequeño Lucas se ha calmado... ―Los ojos de la joven brillaron en blanco y su expresión se normalizó― Oh cielos... Lo he visto... Sonríe... Esta feliz.

― ¿De verdad? ¿Cómo? ¿Cómo es eso posible? Que lo vieras... Es... Es mágico. ―La joven asintió entre sollozos de alegría. Acababa de ver a uno de los seres más importantes en su vida. Su hijo... Y era hermoso aquel sentimiento que le generaba eso.

El joven le tomo de las manos y extendió sus brazos separándose un poco y la guío hacia la cama, ella se recostó y el se puso a su lado. Posiciono el oído contra el vientre y escucho...

― Hey, ¿me escuchas? Soy tu papá, y te amo mucho, mucho, mucho, mucho. Todos aquí estamos muy emocionados por verte. ―La joven río y acaricio el cabello de su esposo con una sonrisa.

― Le gusta tu voz... También la mía.

― ¿Cómo no te van a gustas nuestras voces? Si el amor que sentimos por ti sale de estas. ―Extendió su tibia mano sobre el vientre de su esposa y lo acaricio suavemente― Pequeño Lucas... ―Sintió una leve patadita― Llegaras a un mundo un tanto peligroso pero lleno del amor de muchas personas. De tu familia... Y luego, comprenderás que familia no es solo quien comparte lazos sanguíneos contigo, sino también quien te ama incondicionalmente... Pero bah, Son palabras muy complicadas para ti. Aun eres un pequeño retoño...

― Tú padre, acaba de darte uno de los mensajes más importantes en la vida. Y yo te daré otro. A veces, se deben hacer cosas por un bien mayor. A veces, las cosas en la vida no son como uno las esperaba. Quizás toque viajar muy lejos de casa, y pasar por cosas difíciles, pero mientras viajes con amor, valentía y positivismo, todo estará bien. Serás fuerte pequeño Lucas... Yo lo sé... Y siempre viajaras bien, porque siempre viajarás con el amor de nosotros, tus padres, en tu corazón.

Una pequeña luz azul salió de las yemas de los dedos de Vanessa y puso su mano en su vientre, con una sonrisa. La luz era inofensiva, esa solo... La emoción escapando por sus manos. Ambos sonrieron. Fue difícil... pero a pesar de todo, lograron volver a ser felices. Porque no importa donde, cuando ni como, ni la situación ni las circunstancias, no para ellos. Solo importaba que había amor y un angelito entre ellos. Y eso, ya era motivo suficiente para que fueran inmensamente felices.

Destino HibridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora