Vanessa se encamino a la cocina rápidamente cuando los chicos subieron las escaleras. Descubrió para su suerte que si había comida en esta. La leche y el cereal junto con un bol para Tara. Encendió una de las hornillas de la cocina y se puso a hacer uno cuantos pares de huevos revueltos en el satén para los chicos y ella y en otro sartén, se puso a freír el tocino. Para cuando los chicos bajaron ella ya estaba sirviendo todo en los platos.
— Oh, Alex, ¿podrías pedirles a los chicos que bajen? Ya deben estar listos, los desperté un poco antes de que ustedes llegaran.
— Si, claro.
— Están en la habitación de Matteo. Gracias. —Alex, quien ya iba camino a salir de la cocina, dio media vuelta y se paró en seco.
— ¿Qué? —Pregunto con la expresión más seria que Vanessa jamás vio.
— Fred... —Ella se desligo completamente y termino de servir.
— Tranquilo, Tara se nego a dormir sola. Queria dormir com Matteo. Intente convencerla de lo contrario, pero no funciono. —Alex entrecerró los ojos y torció el gesto— No le hizo nada, te lo puedo dar firmado. Recuerda que Matteo aun es un niño.
— Si, un niño, pero en el cuerpo de un adolescente, durmiendo en la misma cama con su mate. ¡¿Acaso estas demente Fred?! —Frederick cerro los ojos y respiro hondo.
— Mi hermano no es igual a ti. Y Tara es una niña, es imposible que cualquiera de los dos llegue a sentir eso por el otro. Sabes que en esta etapa eso no sucede. Cálmate. —Alex asintió con mala cara y salió de la cocina camino a la habitación de Matteo.
— Oye Fred. —Este se giro hacia ella— Ya no parecen estar ebrios. ¿Un hechizo o qué?
— No...— Vanesa saco unas cuantas naranjas del frutero y las rebano a la mitad.
— Ah, ¿no? —Pregunto ella mientras ponía las mitades de las naranjas en el exprimidor.
— Una poción.
— ¿Existe una para eso?
— Mamá la creo. Es de sus días de fiesta, antes de conocer a papá.
— Oh... ¿Y como la has hecho tan rápido?
— Tenia guardada un poco de la última vez que Alex salió de fiesta. La prepare solo porque no quería que Alex le fastidiara el cumpleaños a Sophie.
— ¿Cómo no noto Alex que le diste una pasión?
— Se la di diluida en mi café especial anti resaca.
— Oh... ¿Era común que Alex llegase ebrio? Digo, porque has hecho una bebida y todo para camuflar la poción.
— No tanto. Lo normal. Era común que los chicos pasaran por unos tragos de vez en cuando y a veces se les pasaba la mano. Además, Sophie y Jackson lo necesitado más de una ves. En su aniversario, en año nuevo, reuniones familiares... Bueno, tú me entiendes.
— Si, te entiendo... —Respondió Vanessa con una sonrisa mientras sacaba vasos de la repisa. Puso los vasos sobre la mesa y comenzó a servir el jugo.
— Hola, cuñada. Hola Fred. Buenos días. —Saludo Tara al entrar en la cocina. Fred la levanto y la sentó en la silla.
— Hola cuñada, Buenos días para ti también. ¿Cómo dormiste?
— Muy, muy, muy, muy, muy bien. —Vanessa rio y le sirvió cereal y leche en el bol— Gracias.
— Buenos días. —Saludo generalmente Matteo y tomo asiento al lado de Fred. Alex tomo el asiento a su lado.
— Buenos días. ¿Cómo amaneciste, Matteo?
— Con un terrible dolor de cuello. —Respondió él mirando mal a Tara.
— ¿Por qué? Oh, has de haber dormido ¿Qué te paso en el cuello? —Se interrumpió a si misma Vanessa al ver la marca a medio sanar en el cuello de Matteo.
— Tara me mordió. —Alex rio y tomo un poco de su jugo.
— ¿Qué? —dejo los trastes en el lavaplatos y se sentó a la mesa.
— Es que soñé que lo marcaba... —Respondió Tara sintiéndose apenada.
— ¿No eres muy pequeña para eso aun?
— Lo es, de hecho. —Respondió Alex por su hermana carcajeándose.
— ¿Tú de que te ríes? No es gracioso. Por poco y me perfora la carótida.
— Ay, no seas exagerado. Aun no tiene colmillos para marcarte.
— Ah, con que le saldrán colmillos... ¿Están seguros de que no son híbridos? Digo, es que ella parece vampiro.
— No, no somos híbridos. No tenemos ADN vampiro en nosotros. Ni siquiera tenemos ADN humano.
— ¿Entonces para que los colmillos?
— Para marcar al mate. Usualmente lo hace el hombre, pero como tú no eres lobo...
— Oye, espera. ¿Eso significa que marcaste a mi hermana? —Alex asintió— ¿Cuándo? —Vanessa se atraganto y tomo un poco de jugo.
— No es de tu incumbencia. —respondió Alex prestando atención a Vanessa.
— ¿Y de la mía?
— Tampoco. —Respondió Vanessa apenas trago el jugo. Fred entrecerró los ojos y siguió con su comida.
— Creo que ya sé cuándo...
— Creo que yo también, peque...
— Uh hum, si. Cambiemos de tema. ¿Como la pasaron anoche? ¿A cuantas chicas les rompiste el corazón hermano? —Alex se carcajeo y Fred se mantuvo impasible.
— Uy, es más fácil decir cuantas no... Apenas te fuiste, Vane, comenzaron a lloverle las mujeres. Más de una docena me pidió el número de Fred. No hubo momento en que lo viera con menos de tres chicas rodeándolo...
— Vaya, Fred. Eres todo un rey del harem...
— Callate.
— Hay, no te enojes con el enano. ¿De veras es tan así?
— Si, no me dejaron ni un segundo a solas...
— Vaya, Fred. ¿Pasaba lo mismo cuando estabas en casa de Alex?
— No. No se que paso aquí.
— Yo si sé.
— ¿Ah si? Aver, ilimuname Alex.
— Sasha no paso...
— Oh, claro... Esa chica daba miedo...
— ¿Quién es Sasha?
— Sasha es una chica que estaba obsesionada con Fred. No dejaba que nadie más que ella se le acercara. Las demás chicas le tenían miedo.
— Si, al igual que yo... Más de una vez la sorprendí espiándome mientras entrenaba.
— Eso es tú culpa.
— ¿Por qué va a ser mi culpa?
— Entrenas sin camiseta. — Fred meneo la cabeza y le dio la razón.
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Destino Hibrido
FantasyUn Extraño aroma a chocolate y mentas llegó hasta mí. no le di importancia y cerré mi locker. Salí de los vestidores y caminé por los desiertos pasillos del instituto hacia la salida. de pronto alguien me empuja dentro del cuarto del conserje. Todo...