Hoy era sábado, el sol brillaba detrás de las nubes, la pequeña flor del día anterior seguía conmigo, todo parecía normal, pero él no estaba. En ese instante tuve la teoría de que él sólo aparecía en la noche y debía saber porqué, si él lo hacía a propósito o si ese era el único momento en el que él podía salir de ese bosque en el que se encontraba atrapado.
Después de todo, ¿qué era ese bosque?
Si él en verdad estuviera muerto y ese lugar fuera el cielo, entonces yo no podría entrar al menos que estuviera muerta; al menos que fuera un alma que no pudo ir al más allá y se encuentra atrapada en ese lugar hasta que pueda encontrar una forma de seguir adelante. Esa teoría tendría más sentido, pero no explica porqué puedo verlo, nunca había visto ningún fantasma en mi vida y nada me ha sucedido recientemente para que sea capaz de verlos ahora.
Si él fuera un fantasma entonces no podría tocarlo, ¿verdad? Pero él me sostuvo la mano la noche anterior, pero fue de manera muy superficial, debería intentar tocarlo yo de una manera más fuerte para comprobar si es un fantasma, espero no lucir muy rara cuándo lo haga. Pero es necesario, un fantasma no tiene cuerpo, es sólo alma, no puede ser tocado por una persona, debería ser transparente o algo así, creo.
Este día decidí salir temprano de casa y dirigirme a una biblioteca para buscar más información relacionada a todo esto, sé que una persona normal lo buscaría todo en internet, pero quería sentirme comprometida, sentir que en verdad me estaba esforzando por ayudarlo... Además, no tenía nada qué hacer de todas formas. Fue raro sentir este pequeño impulso por salir de mi habitación y alistarme para ir a un lugar sin sentirme obligada, mi depresión seguía muy presente, pero sentía que, al hacer estos pequeños esfuerzos, me distraía un poco sobre lo que me sucedía.
Bajé las escaleras y me topé con mi tía, sentí que no la veía en mucho tiempo, eso es porque siempre está en su oficina trabajando y cuándo regreso del colegio me encierro en mi habitación hasta el día siguiente.
— Buenos días.
— Buenos días, ¿a dónde vas tan temprano? – Me preguntó un poco incómoda.
— Iré a la Biblioteca.
— No sabía que los adolescentes de ahora todavía iban a la Biblioteca, creí que todo lo encontraban en Google.
Intenté reír con su comentario y me fui enseguida, era difícil mantener una conversación entre las dos sin quedar en un silencio cortante. Me dirigí al garaje y desempolvé mi vieja bicicleta que no utilizaba desde la primaria. Como la ciudad era pequeña, podía llegar a todos lados en bicicleta.
Una vez dentro, busqué todos los libros que tuvieran que ver con fantasmas, almas, sobrenatural, sueños, demonios, infierno, cielo, la muerte; me ayudé con mi Laptop para hacer mi trabajo más completo. Debo admitir que disfruté hacer esa investigación, me mantuvo ocupada y sólo podía pensar en las cosas que leía, en un pequeño cuaderno anotaba datos importantes como cosas similares que había visto, cosas que sabía sobre él e intentaba crear teorías.
El tiempo siguió corriendo y el día se fue desvaneciendo, fui a un restaurante de comida rápida y comí algo, no podía comer más a pesar de tener hambre, mi propio ser no me lo permitía y eso era algo con lo que tenía que pelear desde hace mucho tiempo, terminé comiendo sólo la mitad de lo que había pedido y me fui a casa. Esos sentimientos horribles empezaron a regresar a mí, sólo tenía ganas de destrozarlo todo y encerrarme a oscuras en mi habitación para no poder verme en el espejo, mi depresión estaba ligada a problemas alimenticios, no podía detenerme; me sentía culpable al comer a pesar de que nunca había tenido problemas con mi peso, pero cómo yo me rechazaba a mí misma en todo, también me rechazaba al comer.
Entré corriendo hacia mi habitación, encerrándome enseguida, me quedé varada por unos instantes hasta que me percaté de su presencia.
— ¿Te sientes bien? – Me preguntó con un tono preocupado.
— Estoy bien, gracias.
Nos sentamos en mi cama y le conté sobre lo que había investigado, al igual de la teoría que había construido, le mostré mis apuntes, pero no me dijo su opinión sobre nada, sólo leía. Me miró y dijo "gracias". Le pregunté porqué si todavía no había encontrado la respuesta, pero él sólo volvió a repetirlo.
Me preguntó sobre mi vida, le conté sólo lo esencial y superficial de mí.
— Parece que no tienes una buena relación con tu tía.
— ¿Por qué lo dices?
— Estuve en tu habitación antes que llegaras, tu tía entró, pero no se atrevió a pasar de la puerta y se fue. Se veía pensativa.
— No nos llevamos mal, pero hemos olvidado cómo llevarnos bien. Le tengo una gran admiración y quisiera que algún día pudiéramos estar cómo estábamos antes.
Me detuve en ese momento porque no quería ponerme sentimental y no quería seguir recordando. Me pareció que ese era el momento para comprobar si era o no un fantasma, pensé que sostener su mano diferente a como él lo había hecho la noche anterior sería prueba suficiente.
Se me quedó viendo por unos segundos sin decir nada, creo que entendía lo que estaba tratando de hacer; sostuve su mano con fuerza y la extendí con la mí como en aquella escena de Tarzán. Fue extraño sostener su mano, en especial de esa manera porque al estar constantemente contraída del mundo era muy difícil que tuviera contacto físico con otra persona; además, su mano se sentía caliente lo cual sería imposible si estuviera muerto, pero no sabía cómo decirle esto, no quería darle esperanzas a él...ni a mí.
Lo solté y seguimos hablando por horas, a veces le ponía música para ver si podía reconocer algo de la música actual, le busqué desde baladas de los años 50's, rock de los 80's hasta pop e indie del 2017. Me decía si alguna canción le gustaba más que otra y su favorita fue una mezcla de la música actual con baladas de los 50's, lo que me dejaba sin una idea clara.
La noche se fue extendiendo y sin saber, caí dormida junto a él, lo único que recuerdo fue pedirle que no me dejara sola. Al día siguiente, abrí mis ojos y lo vi acostado junto a mí, mirándome. Me asusté y estuve a punto de gritar, pero no sabía que hacer, él se sentó y se disculpó por haberme asustado, sólo estaba haciendo lo que me había pedido.
— No entiendo, ¿cómo es posible que estés aquí? Pensé que sólo aparecías en la noche.
— Lo dices como si yo fuera un vampiro o un hombre lobo, nunca supe si podía aparecer de día porque nunca lo había intentado.
— Ahora, ¿qué hago contigo? ¿Qué hago si alguien te ve?
— Podríamos intentarlo para ver qué sucede.
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DEAD IN LOVE
Teen FictionNo poder distinguir entre lo real y la fantasía, no saber si tu único amigo en verdad existe. Los sueños se apoderan de esta historia llena de esperanza y amor.