Amaneceres

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La Señora Adela insistió en que me quedase en su casa por el tiempo necesario de mi estadía, ella vivía en un edificio antiguo ubicado cerca de la plaza. Cuándo llegamos, tan sólo me fijé en el hermoso balcón en mitad de la sala; me mostró una habitación donde desempaqué mis cosas.

A la mañana siguiente, desayunamos juntas en una pequeña mesa con sillas que mantenía en el balcón, estaba lleno de flores y la vista permitía una imagen completa por encima de los demás edificios. Hablamos un poco sobre el clima y la comida, cocinaba de maravilla.

Sentí en su voz que tenía ganas de hablar sobre mi relación con Víctor, pero no sabía cómo hacerlo. Dejé mi plato a un lado y preparé mis palabras, pero justo en ese instante mi celular comenzó a sonar: Era mi tía.

"¿Hola? Abigail, ¿puedes oírme?"

― Sí, te escucho. 

Me alejé un poco de la mesa para poder hablar con mayor comodidad, la señora Adela todavía podía verme mientras caminaba en la sala con el celular pegado en la oreja.

― ¿Te encuentras bien? Mencionaste que conociste a la abuela de ese muchacho, pero no dijiste más nada.

― Ha sido muy amable conmigo, en este momento me estoy quedando en su casa.

― Es bueno saber eso, ahora estoy más tranquila sabiendo que te quedas con alguien de confianza. Mira, yo... 

― ¿Qué sucede tía?

Tu tío te debe una disculpa, aunque en este momento no lo acepte. El día que nos fuimos de viaje, cuando tuviste el incidente: Tu tío había colocado unas cámaras en la sala para monitorear todo lo que hicieras, pero lo hizo con la intención de cuidarte.

― ¡¿Qué?! ¿Por qué hizo eso sin decirme nada?

No lo sé, no lo sé... Lo que sucedió fue que al revisar las cintas encontró todo lo sucedido en esos días en los que estuvimos ausente y también como intentaste... Como intentaste otra vez...

(Su voz se entrecortaba como si quisiera llorar)

 ―Tía, ¿te encuentras bien?

Sí, ya no importa con tal de que tú sigas estando bien. Te envié los vídeos por correo para ver si son de utilidad.

Cerró el celular y crucé miradas con la señora Adela buscando la manera de explicarle eso, me daba curiosidad saber cómo él se vería en esas cintas. Busqué mi computador sin decirle nada y regresé al balcón para reproducir los vídeos.

― ¿Sucedió algo? Te veo un poco ansiosa, debe ser importante lo que estás buscando.

No supe qué decirle, preferí que lo viera con sus propios ojos.

Éramos nosotros.

El vídeo iniciaba cuando tuvimos nuestra discusión y cuando empezamos a bailar, el audio se escuchaba mal en general, pero se entendía lo que decíamos aunque él no se mostrase: Lucía como mi tío lo había descrito la primera vez, como una figura más alta y de color oscuro. La volteé a ver porque quería saber cómo lo estaba tomando, pero no podía decirle nada para calmarla porque sus ojos se llenaron de lágrimas y no se despegaba de la pantalla.

Ese primer vídeo terminó cuando quedé sola después de que él desapareciera, pasé el resto de esa noche dormida en el suelo de la sala por si regresaba.

― Sin duda, ese es mi niño. Su estatura, su forma de moverse... No puedo ver su rostro, pero sé qué es él; amaba esa canción, recuerdo que una vez fuimos a una boda cuando era pequeño y dijo que quería bailar esa misma canción cuando se casase. No puedo creer que lo haya recordado después de tanto tiempo.

Lloró un poco, pero se calmó después de encender un cigarrillo.

Nos trasladamos a la sala, yo me senté en un sofá y ella, en el otro; le conté sobre mi estadía con él y cómo me hacía pensar que tal vez usara lentes en su otra vida. Ella se echó a reír y buscó algo dentro de su agenda, era una foto de él usando lentes. Se veía lleno de vida y cálido, no como ahora.

 Se veía lleno de vida y cálido, no como ahora

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"Él era simplemente extraordinario". ― Decía mientras pasaba sus dedos sobre la foto.

A pesar de sus problemas y su rebeldía, siempre fue cariñoso con ella y con sus padres, los amaba muchísimo, pero su rebeldía y confusión lo hacían cometer toda serie de desastres que lo llevaron a tener ese accidente.

Nos reímos un poco sobre las historias que me contaba, parecían buenas personas con buenos corazones, era una lástima todo lo que le había sucedido a su familia. En mi caso, tuve a mis tíos, aunque no les aprecié cuando más los necesitaba; en cambio, la señora Adela, tuvo que afrontar todo eso sola y aún se mantiene fuerte. Es algo de admirar.

Le conté sobre la última vez que nos vimos.

― Me dijo que al recobrar su memoria podría irse y me pidió que le dijera algo a usted por si él no volvía.

― ¿Qué te dijo?

― Quería que supiera lo mucho que la amaba.

Se movió al sofá donde estaba sentada, se acercó a mí y sostuvo mi mano con una sonrisa forzosa en su rostro, me dio las gracias por haberme encontrado en su camino. Lo más probable es que tendría que desconectarlo en un mes porque cada día tenía menos fuerzas para estar apoyándolo y sólo quería descansar para librarse de tanto dolor. 

Nunca entendería cómo fue posible mi encuentro con Víctor, pero confesó sentir envidia hacia mí porque he sido la última persona que ha podido hablar con él. Ella no había vuelto a escuchar su voz desde el 03 de abril de hace tres años. La fecha me sonaba bastante y no entendía porqué, cuando soñé con el accidente jamás apareció la fecha, sólo la hora. Esta era la primera vez que escuchaba esa fecha, pero sabía que la había escuchado antes.

Decidí retirarme por un momento para salir de dudas y me encerré en la habitación para llamar a mi tía.

― Abigail, que grato escucharte. Pero me sorprende tu llamada.

― ¿La fecha 3 de abril te suena familiar?

¡¿Qué?! ¿Por qué me estás preguntando sobre ese día?

― ¿Por qué te agitas? Necesito saber si pasó algo ese día.

Deberías recordarlo mejor que nadie, tiene que ver contigo.

― ¿Conmigo?

― Hace 3 años, el día 3 de abril fue cuando intentaste suicidarte por primera vez con un montón de píldoras.

― ¿No fue ese el día de la ceremonia de mis padres?

― Así es.

Cerró la llamada sin decirle algo, muchos pensamientos se apoderaban de su mente. Líneas de opiniones se cruzaban unas contra otras. Ambos se vieron con la muerte ese día, pero aún así pudieron escapar. Uno con mejor suerte que el otro.

¿Sería ese el motivo por el cual ella era la única que podía verlo?

¿Sería aquella la conexión que los unía?

DEAD IN LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora