Existencia

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Sus ojos comenzaron a entreabrirse, todo estaba borroso.

Al estar de vuelta en la claridad, notó la presencia de varias enfermeras junto a una máquina un tanto extraña para ella, era un desfibrilador. Sus tíos se asomaban en una esquina de la habitación con expresiones llenas de preocupación y ansiedad, todos se acercaron a ella cuando empezó a abrir los ojos, todavía no sabía con exactitud lo que estaba sucediendo.

Como un flashback, recordó todo lo acontecido en aquello que simulaba un sueño; recordó su travesía dentro de los más dolorosos recuerdos de Victor Luna y cómo creyó haber presenciado el fin de ambos dentro del bosque. Su ojos se tornaron diferentes, más rojos y llorosos, sus manos empezaron a temblar y con exalto empezó a gritar su nombre a los cuatro vientos:

"¡Victor! ¡Victor! ¡Victor! ¡Victor!"

El personal la sostenía contra la cama para evitar que se pusiera de pie, en ese instante, había perdido el control de su propio cuerpo. Ella continuaba gritando su nombre, pedía ayuda y expresaba por medio de gritos y llantos su deseo de regresar con él, de poder ayudarlo.

"¡Ustedes no lo entienden! Tengo que regresar, tengo que regresar"

En medio del forcejeo, lograron sedarla hasta que retomó a una posición más calmada. Las enfermeras salieron y la dejaron a solas con sus tíos, ella se tomó el tiempo de explicarles con detalle de qué se trataba todo, ninguno quiso comprender y creyeron que había perdido la postura.

 ― Tío, tú me entiendes: También lo viste. ¿Recuerdas?

― Mira Abigail, creo que todo esto ha llegado muy lejos. Creo que deberías olvidarte de eso por tu propio bien.

Se negó a escucharlos, siguió insistiendo y pidiendo por su ayuda para localizarlo porque todavía no le quedaba claro de qué país él provenía.
Ellos decidieron dejarla unos días en el hospital para tenerla en observación, no podían evitar preocuparse cuando la veían exaltarse de esa manera cuando hablaba de ese ser y mucho menos cuando se refería a la muerte como algo necesario; no querían volver a experimentar lo que era estar al borde de perderla.

Ese era su secreto.

Cuando sus padres cumplieron el primer año de haber fallecido, todos iban a asistir a una ceremonia en su honor, pero al momento de irse, la encontraron tirada en el suelo del baño para después descubrir que había intentado quitarse la vida al tomar varias pastillas para dormir.

Ese era su mayor temor al verla en su estado actual, ella les aseguraba que había resbalado por las escaleras quedando inconsciente, pero los doctores les informaron que ella estaba muy deshidratada al momento de llegar al hospital, haciéndoles saber que existía la posibilidad que hubiese sido a propósito.

Abigail no estaba conforme con su indiferencia, no se iba a quedar de brazos cruzados. Retomó a su idea original e hizo uso de lo que tuviese a mano para poder lastimarse, los doctores no sabían qué hacer con ella. Sus tíos estaban desesperados. Decidieron que lo mejor para ella sería internarla por un tiempo en el área psiquiátrica.

Ella fingió estar de acuerdo con ellos, les dijo que quería mejorar y llevar una vida normal. Por un segundo, creyeron en sus palabras y podían sentirse un tanto aliviados.

El día había llegado, sus cosas habían sido trasladadas a su nuevo cuarto en el piso siete; prometieron visitarla todos los días y en un abrir y cerrar de ojos se encontraría de vuelta en casa, haciendo sus maletas para iniciar la universidad. Les pidió un tiempo a solas para tomar una ducha, se encerró en el baño y dejó el agua llenar el tope de la bañera.
Se introdujo lentamente y cerró sus ojos al momento de acostarse, aguantó la respiración y dejó el tiempo correr.

DEAD IN LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora