Cerca de los límites del bosque de Snowdin, unos pesados pasos se escuchaban haciendo chirriar la nieve a medida que caminaba. Ese sonido lo producían un par de zapatillas rojas, las cuales pertenecían a cierto esqueleto de cráneo roto.
Horror se encontraba volviendo a su casa. Entre sus manos traía una vieja prenda roja que solía poner en la mesa de la cocina, pero con el tiempo esta se desgastó, llegando a ser un trapo lleno de harapos.
Pero eso no le importaba a Horror, ahora lo único que quería era volver a casa. Estuvo toda la mañana con su hermano Papyrus, y después del "desayuno" (dos barras de chocolate para él y una para Horror, a petición de su hermano ya que su plan era no comer nada) Paps se dirigió hacia Waterfall, no sin antes de encargarse de una cosa en Snowdin, y era justo esa "cosa" de que estaba con tanta prisa.
-Hola Sans- escuchó una voz a su lado. A su izquierda se encontraba la pequeña Eliza, a una distancia prudente del asesino. El que fuera amiga del esqueleto no significaba que no tuviera sus precauciones-, ¿qué haces?
-Algo- contestó Sans-. Mira niña, ahora tengo mucha prisa, por lo que no puedo quedarme aquí perdiendo el tiempo contigo. ¿No estabas con Papyrus?- preguntó Horror mirando de lado a la niña.
-Sí, pero entonces apareció Undyne. Escapé por los pelos- explicó la humana mientras seguía el paso de Sans-. Por cierto, has estado ausente por aquí últimamente.- comentó Eliza mirando al esqueleto.
-Sí, estuve ocupado.- estaban ya cruzando el gran puente que dirigía a Snowdin.
-¿Ocupado con alguien?- esa pregunta hizo detenerse en seco. Eliza sonrió al ver que por fin Sans le prestaba verdadera atención.
-¿Sabes acerca de él?- preguntó asombrado Sans, pero intentó disimular su sorpresa utilizando su típico tono grave.
-Pues claro, ¿quién crees si no que te tiró aquella rama que te despertó?- preguntó divertida Eliza.
Horror estaba a punto de empezar a gritarle a la niña, pero se contuvo, principalmente por que seguramente si no fuera por ella Lust sería comida para monstruo. De cierta manera hasta le debía de agradecer.
-La próxima vez procura no andar sola en el bosque a esas horas.- Horror se limitó a decir eso y se encaminó directo a su casa. Eliza, por el contrario, se fue en dirección opuesta, justo en el puesto de guardia de Sans. Le solía dejar quedarse ahí cuando el esqueleto no estaba.
Horror no tuvo más contratiempos en el camino. Los pocos monstruos que aún había en el subsuelo se alejaban inmediatamente del asesino, el cuál ni los miraba.
Entró a casa y la cerró dándole una pequeña patada con el pié, produciendo así un portazo que se escuchó por toda la casa. Subió las escaleras con prisa, para inmediatamente abrir la puerta de su habitación.
Allí se encontraba tumbado Lust, pero esta vez estaba diferente. Por la parte donde estaba su frente estaba de un color rojizo, y todo su cuerpo temblaba ligeramente. La manta le cubría hasta el cuello, por lo que solamente tenía su cabeza al descubierto.
Horror se acercó deprisa a Lust, el cuál abrió los ojos con cansancio al escuchar al esqueleto entrar.
Si, Lust llevaba enfermo dos días seguidos (no pregunten cómo un esqueleto se puede poner enfermo, usar vuestra imaginación~ (inserte meme de Bob Esponja xD))
-¿Horror...?- preguntó Lust casi en un susurro, buscando con la mirada al nombrado.
-Si, soy yo- le dijo Horror sentándose en la silla que estaba a su lado-. Ten, esto te bajará la fiebre.- Horror colocó de manera sorprendentemente delicada la pequeña tela en la frente de Lust, el cuál sintió una agradable sensación de frío recorrer por su frente.
-¿Que es?- Lust estaba muy cansado, pero hacía ya muchas horas que no hablaba con Horror. Tenía ganas de hablar con él.
-Es nieve del bosque. La nieve de allí es más fría y tarda menos en derretirse. Así durará más.- respondió simplemente Horror. A pesar de que quería disimularlo, estaba viendo la cara del menor. Por alguna razón no podía apartar la mirada de su cara. ¿Estaría el también enfermo? No lo sabía.
Simplemente no podía dejar de verlo. Esa cara suya con un ligero sonrojo morado en sus mejillas a causa de la fiebre. ¿Por qué hacía eso?
Por que se preocupaba. Si, era eso, estaba preocupado de la única persona que lograba entretenerle en este lugar. Cualquier amigo lo estaría.
-¿Fuiste hasta el bosque...solo para coger nieve?- preguntó confuso Lust mirando a Horror. El cansancio le estaba ganando, y sentía que en cualquier momento las fuerzas le abandonarían y se echaría a dormir.
-Tch, pues claro. Si voy a por nieve, al menos voy a por una que no tenga que bajar cada cinco minutos para volver a llenarla. No tengo tanta paciencia.
Lust río un poco, mostrando una pequeña sonrisa.
-Si, yo tampoco la tendría... me siento mucho mejor- el color rojizo de su frente se estaba yendo poco a poco, cosa que alivió un poco a Horror-. Gracias.
-Si si, ya es la tercera vez que me lo dices hoy. Deja de hablar tanto y duérmete moradito.
Lust asintió ante las palabras de Horror y se dispuso a dormir, cerrando los ojos con suavidad. Su cara se relajó al instante, y en menos de un minuto ya estaba dormido.
No fue hasta que la respiración de Lust se hizo más lenta cuando Horror decidió levantarse. Lust le recordaba a Papyrus de pequeño cuando era la hora de dormir, y siempre le dejaba el lado más cómodo de la cama por que "siempre me cuidas tú a mí, así que ahora me toca a mí". Horror sonrió al recordar esos viejos tiempos.
¿Por eso antes miraba a Lust? ¿Por que le producía "ternura" de algún modo? Eso era ridículo, el era Sans, el monstruo más temido en el subsuelo por todas las acciones que había echo a lo largo de su vida, un ser malo y egoísta al que solo tenía un objetivo a parte de sobrevivir, el de cuidar a su hermano Papyrus. Obviamente Paps había cambiado desde entonces, y sus ataques hacían más daño y se defendía de verdad, pero no llegaba al extremo de matar, por lo que Sans tenía que estar al pendiente de ello. Lo que más hacia era procurar que tuviera comida, aunque significase quedarse él mismo en ayunas.
En resumen, Sans simplemente se preocupaba por su hermano y ya, y un poco por la pequeña Eliza, pero ya está. No había ningún ser en el universo al que le importara su vida.
Hasta que llegó Lust.
Era la primera vez en mucho tiempo que se preocupaba por otra persona, y ese alguien era Lust. Nunca lo admitiría pero, realmente, se preocupó por él la primera vez que lo despertó. "Seguramente no dure más de dos días. Luego me encargaré del resto." eso pensó en un principio, pero después empezó a cambiar de planes. De cierta manera consiguió que tuviera curiosidad en él, hasta que llegó al punto de la preocupación. Se preocupaba por cómo se sentía los días en los que hablaba. Se preocupaba por si había bebido ese día o que no pasara más de dos días sin comer, aunque obviamente no lo mostraba de forma directa. Después de todo era Horror, y no dejaba de ser ese tipo rudo y fuerte que suele ser. Pero, tenía una duda.
¿Qué era eso que sentía?
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Quédate a mi lado (HorrorLust)//
RomansaPrimera historia que hago en Wattpad. Ninguno de los personajes usados en este libro me pertenece, todos los derechos van a sus creadores. Lust era un pequeño esqueleto proveniente del AU Underlust. Tenía una vida normal en su universo, cuando por a...