El reloj marcaba las 6 de la tarde y el chico se hallaba recostado en su cama, tapado y con cambio de ropa.
Cuando despertó lo hizo con un salto y notando donde se encontraba acabó por confundirse.—¿Fue una pesadilla? —Susurró—
+Tan real como yo.
—¿Cómo llegué aquí? —llevó su mano a su cara, tocando su cabello húmedo—
+Oh bueno, resulta que un hada bajó del cielo montada en un unicornio para rescatarte de morir como un pendejo en la nieve.
—No seas mamón —gruñó— ¡Te pregunto en serio!
+¡Obviamente yo fui el que te sacó de ahí!
—¿Tú?
+Sí, yo te traje hasta aquí, te limpié, te cambié y te mediqué para que pudieras descansar.
El chico se quedó sorprendido.
—¿Por qué tú harías eso por mí? —preguntó en voz baja— ¿Qué no me odiabas?
+Te cuidé toda una guerra ¿Creías que iba a dejarte morir en una tormenta?
—¿Cuidar? —levantó una ceja— ¿Tu te preocupas por mí?
+Hablaremos de eso luego, lo mejor será que te duermas un rato, estás más jodido que de costumbre.
El chico asintió y se dejó caer de vuelta para dormirse nuevamente.
10:00 pm de la noche y el sonido de su puerta acabó por despertarlo y sobresaltarlo.
—¡Mierda! —Exclamó y se giró a ver el reloj— ¡¿Quien carajo toca a estas horas?!
Se quitó la sábana de encima y se levantó de su cama para ir a abrir la puerta.
Al llegar a ella le retiró los tantos seguros que tenía y giro de la perilla, abriéndola.
La joven chica de pelo azul se hallaba ahí, con un vestido rojo entallado, los tacones rotos, el cabello despeinado, su rostro lleno de lágrimas y su maquillaje corrido por las mismas.—¿Petunia? ¿Qué haces aquí? —preguntó sosteniendo la perilla de ls puerta con la mano para mantenerla abierta—
—Y-yo... Yo solo quería... —Su llanto no la dejaba hablar—
—Dios mío ¿Qué te sucedió? —El chico, por instinto, la tomó de los hombros—
Ella se tiró a sus brazos, tomándolo del rostro.
—Soy un asco de persona, todos me odian, incluso yo me odio ¿Tu me odias? Deberías de hacerlo
El chico frunció el ceño, confundido hasta que notó que ella apestaba a alcohol, respondiéndose el porqué de su actitud.
Entonces optó por hacerla pasar la noche en su casa, ya que no se podía permitir dejarla ahí afuera con su estado actual.—Ven aquí, entra, no puedes estar ebria y vestida de esa manera aquí afuera y menos a estas horas.
El chico cerró la puerta tras ella.
No llevaba ni la mitad de los seguros de la puerta cuando la chica se volvió hacia el y lo puso contra la pared.—¿P-por qué haces esto por mi? —Dirigió su mirada suplicante, y llena de maquillaje corrido, hacia el chico.—
—¿Por qué no habría de hacerlo? —El le tomó del rostro, mirándola de regreso—
—Porque apesto, soy un asco y no merezco ningún tipo de condescendencia —Dijo entre lágrimas—
—Tu no apestas, yo apesto —Acarició el rostro de la chica, sentía empatía por ella—
—Tu no... —Susurro ella, bajando el rostro y negando con la cabeza— Yo... No debí tratarte así... Eres el único que se atreve conmigo y debería apreciar eso. ¿Porque tengo que embriagarme para poder decir esto? —Volvió a echarse a llorar con la última frase dicha—
El chico la hizo mirarle de nuevo y ella en efecto lo hizo, dirigiéndole esa mirada de culpabilidad de nuevo.
La acercó a su rostro, tomando un beso de sus labios los cuales sabían a alcohol.
La chica dejó escapar varias lágrimas al ver como el la besaba.
Rodeó con algo de torpeza su cuello e intentó seguir ese beso ¿Hacia cuanto que alguien la besaba por voluntad propia?Por la mente del chico pasaba la imagen de la pelirroja en brazos de Splendid lo cual acabó por hacer que el apretara las caderas de la joven peli azul contra el mismo y volviera el beso algo más intenso en un intento por sacar aquella imágen de su mente.
Petunia se sobresalto un poco por aquello pero lo tomó como algo bueno, una invitación a dar lo mismo de su parte.
Ella deslizó sus manos por el pecho del chico, bajando más y acariciando su torso; besó con más intensidad al peli verde, pasando la punta de su lengua suavemente por los labios de este.Él notó aquello y se puso un poco nervioso pero acabó por seguirlo pues le gustaba.
Pasó su lengua por los labios de la chica en respuesta a lo anterior y comenzó a jugar con la suya notando lo suave que está era y ella correspondió con un par de jadeos.
El chico cortó el beso y se acercó al oído de la misma pasando su lengua suavemente y bajando por su cuello besando y mordiendo a ratos.+¡¿Qué rayos haces idiota?!
Exclamó la voz en su mente pero el nuevamente no escuchó.
El recuerdo de la pelirroja se desvanecía a medida que este aumentaba el grado de intensidad de la situación. A mal paso darle prisa ¿No es asi?Acercó más hacia el a la chica, acariciando su espalda y parte de su espalda baja mientras que ella soltaba uno que otro gemido; movía las caderas de vez en cuando mientras el acariciaba cerca de su trasero.
De un momento a otro, el la tomó con fuerza de sus glúteos y la alzó haciendo que está abrazara sus caderas con sus piernas mientras ella seguía atacando sus labios, devorándolos.
Él se dirigió hacia su cuarto, cargándola y cuando llego a su cama la dejó caer haciendo que ella quedará boca arriba.—No sabía que tú tenías estos alcances ~ —Dijo en un tono juguetón—
—No sabes tampoco mis límites —El le sonrió de regreso, quitándose la camisa frente a ella—
+Y tú no sabes la pendejada que estás cometiendo. Para ya.
Exclamó la voz, enfadada y el nuevamente hizo caso omiso de ella.
Aquello que estaba haciendo le estaba sirviendo para alejar el recuerdo de la pelirroja, por lo que decidió seguir solo para olvidar lo mal que se sentía.Él se colocó sobre la chica, robándole otro beso y ella, en efecto, correspondió, realmente esto iba a suceder y para gusto o desgracia el era casto, lo que significa que su primera vez sería con Petunia y no con la pelirroja como todos imaginábamos, ¿Lo peor? Que el no tenía intenciones de detenerse.
¿Por qué? Quien sabe, quizá es solo despecho.
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[EDITANDO]Un Amor Para Morir. [FlippyXFlaky] (HTF fanfic)
Fanfic"-¿Me prometes que volverás? -dijo la pelirroja entre sollozos. -¿Alguna vez te he mentido? -musitó el joven mientras besaba con ternura la mejilla de la chica-. Estaré bien, Flaky, tranquila. No me olvidaré de ti, ni mucho menos de volver, te lo ju...