Mismo amor, diferente manera.

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El frio del invierno arrasaba el exterior y entraba hacia la habitación, enfriando todo a su alrededor, más sin embargo, ellos solo sentían la calidez del roce de ambas pieles. Situados en la cama, envueltos en un abrazo, compartían un mismo aliento, un mismo calor.
No habían compartido ni una palabra desde el momento en que juntaron sus labios por primera vez, de hecho ni siquiera se habían separado.

El beso continuaba, solo que esta vez se había convertido en una travesía de sensaciones nuevas que iban descubriendo estando bajo las sábanas. No se habían detenido desde que sintieron el tacto de ambos labios, sabiendo, en ese momento, que querían que perdure por siempre.

Las manos del chico se deslizaban suavemente por el rostro de la joven, bajando poco a poco, dirigiéndose temblorosas hacia sus caderas donde se detuvieron y apretaron suavemente las mismas. Como un pinchazo de adrenalina, la pelirroja se estremeció ante el tacto. Este era delicado y apresurado a la vez. Como una respuesta afirmativa, ella se acercó más hacia a el, sintiendo su calor envolver su cuerpo, dando paso a un sentimiento extraño el cual parecía aumentar más y más a medida que los latidos de su corazón se volvían uno con los de el.

Ante tal movimiento, el peliverde reaccionó envolviendo el delicado cuerpo de la joven con sus brazos, aprisionandola entre los mismos. Como una retribución atrevida, mordió el labio inferior de la chica por un par de segundos, soltándolo lentamente. Como si un sentimiento de preocupación le invadiera, pasó suavemente la punta de su lengua por encima de donde mordió, balanceando el deseo con algo de ternura. Ansioso esperó por la respuesta de la chica, jadeando en silencio, con sus labios a escasos centimetros de los de ella.

—¿Por qué te detienes? — preguntó la suave voz de la pelirroja. Ella también estaba jadeando.

El peliverde abrió un poco los ojos, sorprendido por la disposición de la joven ante algo totalmente desconocido para ella.

—Esperaba tu respuesta. Perdón. — musitó serio.

—¿Después de todo lo que haces sin necesidad de permiso quieres una respuesta mía? — Preguntó en un tono algo burlón.

—No empieces, mujer. Esto es diferente ¿Sabes? — Suspiró retirando sus brazos del cuerpo de la chica.— . Yo no podría dañarte.  Mucho menos dar inicio a algo que no me corresponde decidir.

Ella sonrió de lado, suspirando.

—¿Quieres una respuesta sincera? ¿O prefieres mantener tu visión reservada de mi? 

—¿Visión reservada? —Giró su cabeza para verla.

—La manera en la que me ves. Una chica que jamás da el primer paso para nada, cuya ansiedad le impide estar segura de algo, mucho menos de lo que quiere.  

El levantó una ceja, no estaba entendiendo nada.

—Desearía entender a que te refieres. Pero si vamos al punto, si. Quiero respuestas sinceras. —Su mirada era seria, se clavaba en los ojos verdes de la joven. 

Una sonrisa se abrió paso por el rostro de la pelirroja.

—Entonces hazme una pregunta.

El chico volvió a suspirar.

—Bien. — Se dió vuelta en la cama, quedando de lado. Mirándola fijamente llevó ambas manos al rostro de la joven — . Flaky ¿Qué es lo que quieres? ¿Qué deseas de mi? ¿Qué tengo yo que pueda darte?

La chica, en un movimiento bastante apresurado, se colocó encima de el, mirándolo fijamente con unos ojos que mostraban una entera inocencia que contrastaba con lo que acababa de hacer, pero sobre todo estos expiában deseo y amor por el peliverde.

—A ti. —musitó con brevedad— . Te quiero a ti, deseo lo que sea que quieras darme... tienes todo por lo cual te he amado toda mi vida.

Los ojos dorados del joven abrieron en total sorpresa. El no se esperaba semejante acto, mucho menos esa respuesta tan dispuesta por parte de la chica. Sin darle tiempo a que respondiera algo más, llevó sus manos hacia el rostro de ella, jalándola hacia el.

No hizo falta esfuerzo, ni una palabra más. Ambos se sumieron en otro profundo beso en el cual dejaron salir aquel deseo de pertenencia que tanto les dolía cargar. Los minutos pasaron y la necesidad de ser propiedad iba en aumento. Poco a poco fueron atravesando la linea que determinaba la inocencia del acto, tratando de no apresurarse de más o quedarse atrás. Para ese entonces las manos del chico acariciaban el torso de la joven quien, con torpeza pero suficiente voluntad, mantenía su lengua contra la de el.

Luego de un momento se separaron, ambas bocas fueron unidas por un delgado hilo de saliva. Ellos se miraron directamente, como preguntándose entre si "¿De verdad estábamos... íbamos... de verdad...?" pensando individualmente en que impresión habían dejado en el otro.

—Eh... — El peliverde fue el primero en hablar— . Yo no sabía que podías llegar a ser así.

—¿Así cómo? — La joven desvió la mirada, llevando la manga de la vestimenta de hospital a su boca, limpiándola.

—Tu sabes... — Se encogió de brazos— . muy decidida.

—Te pregunté que si querías una respuesta sincera o si preferías mantener tu visión reservada de mi. —Rodó los ojos— . Fuiste tu quien no me entendió.

—Si, bueno, creo que ahora lo hago. Me quedó bastante claro. — Este también llevó la manga de su chaqueta a su boca, limpiándola pero a la vez ocultando una pequeña sonrisa.

La pelirroja suspiró, quitándose de encima y recostándose a su lado.

—Bueno, lo siento. — Cubrió su rostro con ambas manos— . No pretendía que te disgustara o algo por el estilo.

El peliverde soltó una pequeña risa.

—Hablas demasiado. Eres muy molesta, mujer.  

Dicho esto, el se giró hacia ella, tomándola con sus brazos y arrastrándola hacia de regreso hacia el. Una vez teniéndola entre sus brazos hundió su rostro en el cuello de la misma, acurrucándose con ella. 

La joven, sorprendida ante el acto, preguntó.

—¿Qué sucede? 

—Tonta. — musitó— . Si no me gustaras no te estaría soportando ahora mismo. Creo que tolerar tu mierda sentimental es mi mayor acto de cariño hacia ti, o quizá el que más me permito. Aún así no jodas, no me disgustas. Creo que me gustas más de lo que pensé que podía.

Ella refunfuñó un poco, aún luciendo una sonrisa en el rostro.

—Yo también te amo. —musitó.

La joven se acomodó entre sus brazos, sintiéndose cómoda y protegida ante la calidez de los mismos, cayendo profundamente dormida en cuestión de unos cuantos minutos al igual que el.
A pesar de diferir en la manera en la que se expresaban cariño, ambos coincidían en el mismo sentimiento de tranquilidad que les traía el estar juntos, compartían ese querer, ese deseo de pertenecerse entre sí.
Mismo amor, diferente manera.

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🌹¡Buenas!🌹

Bueno, por tercera vez vengo a dejar una nota.
Quiero disculparme por tardar tanto tiempo en actualizar el fic, dos meses omfg.

Sucede que tenía bastantes pendientes y cosas por terminar que acabé por quedar exhausta psicológicamente al punto que no podía escribir bien T v T.
Pero bueno, finalmente estoy de vuelta y esta vez no me iré sin terminar el fic.
¡Asi que atentos que se viene el final para el capítulo 50!

🌹Siempre suya, Spiky.🌹

[EDITANDO]Un Amor Para Morir. [FlippyXFlaky] (HTF fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora