La culpa no es de nadie.

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Se acercaba la noche y Flippy se hallaba recargado en la pared, mirando al techo, cuestionandose cómo hacía para que el tiempo pasara desapercibido cumpliéndose horas, horas y horas y el creyendo que solo habían pasado un par de minutos; irónicamente mientras se cuestionaba esto, el tiempo pasaba.

Aquello que logró sacarlo del trance en el que se hallaba fueron las pisadas de una enfermera quien salia de la habitación donde reposaba la pelirroja y se acercaba a el llevando noticias consigo.
La enfermera era una mujer alta, de unos 30 años, cabello color cenizo recogido en una cebolla, ojos de un color azul tan pálido que parecía gris los cuales tenían en frente unos lentes de armazón delgado. La mujer vestía una falda blanca formal que le llegaba por debajo de las rodillas, una blusa parte de su uniforme, unas zapatillas de piso y una cofia blanca que denotaba su cargo de enfermera.

—La paciente ha salido de estado crítico y lo más probable es que despierte en un par de horas. —musitó colocando una mano en el hombro del chico.— si gustas pasar o llamar a alguien estará bien.

El peliverde miró con ojos cansados pero esperanzados a la enfermera, proporcionándole una leve sonrisa.

—Si, gracias por las noticias. Ahora mismo llamo a alguien. —llevó su mano al pantalón para sacar su móvil y escribirle a Giggles para avisarle que viniese.

La enfermera miró al joven con algo de tristeza, a lo que llevó su mano al hombro del mismo, llamando su atención.

—Hey, haz estado aquí aproximadamente unas 5 horas sin moverte. Ví cuando ingresaste con la chica, ví como tu rostro reflejaba temor, ví cuando llorabas e intentabas que nadie te viese.

Flippy levantó la mirada, sorprendido, y la dirigió hacia la mujer. ¿Qué estaba intentando decirle?

—Mira... A base de lo que veo, ella es muy importante para ti ¿no es así? —Flippy bajó la mirada nuevamente y siguió escribiendo un mensaje en su celular. La enfermera suspiró.— No me incumbe y no quiero sonar directa, pero quiero que las siguientes preguntas que te haré te las respondas tu mismo ¿Por qué no entras a verla? ¿Por qué te quedas aquí y llamas a alguien para que entre? ¿A qué le temes?

El joven solo río por lo bajo, presionó el botón "enviar" del chat y levantó la mirada la cual se hallaba nublada con lágrimas.
Sentía unos deseos inmensos de mandar al diablo a aquella mujer pero algo le decía que tenía razón.
Lamió suavemente sus labios resecos, mordiéndose la lengua unos segundos para después hablar.

—No puedo. —susurró con una voz que se quebraba lentamente.— simplemente no puedo verla así.

—¿A qué le temes? —ella musitó por lo bajo.

—No lo sé. —cerro los ojos, apretándolos.— no creo que lo entiendas.

—¿De verdad? — fijó su mirada en el.— ¿Temes afrontar la verdad? ¿Temes aceptar que ella se encuentra en este estado? O acaso... —hizo una pausa larga, pensando.— ¿Temes aceptar lo que ella hizo? ¿Temes pertenecer a sus razones para querer morir?

Había dado en el punto.
Flippy se derrumbó ante las últimas preguntas; se encorvó llevando sus manos a su rostro.

—¿Cómo...? —su voz temblaba.

—Mi cuñado y yo nos conocimos aquí. —la mujer tomó asiento justo al lado del chico.— mi hermana estaba increíblemente enamorada de él, eran inseparables. —suspiró.— un día fuí asignada a un equipo que se hallaba en una misión especial de la cual mi cuñado salió muy mal herido. Sus lesiones eran demasiado graves para las herramientas que tenía a mi alcance y lo acabé perdiendo.
Mi hermana, al enterarse, cayó en una profunda depresión que la hizo acabar con su vida. ¿Adivina qué? Todo era mi culpa, ella no me lo dijo directamente pero sí que lo insinuaba ya que jamás volvió a tratarme igual.
Yo tenía miedo de aceptar que ella se había suicidado, yo creía que la muerte de ambos había sido culpa mía, yo temía ser parte de las razones de ella para haber acabado con su vida, pero al final comprendí que no es así.
A pesar de que siempre tendré el sentimiento de que pude haber hecho algo más, sé que no fue culpa mía lo sucedido, y es que aunque suene mal, si ella decidió hacerlo fue porque así lo quizo, no porque yo le haya dicho que lo hiciera, además, sé que ahora está feliz.

Flippy miraba a la mujer con atención, aún con lágrimas en los ojos. La enfermera lucía una linda sonrisa que le brindaba tranquilidad.

—Independientemente de si ese es tu caso o no, quiero que sepas que tu no tienes la culpa de nada. No le debes nada, no debes temer a aceptar que lo hizo.

—Pero yo influí en su decisión... —suspiró, le dolía decirlo.

—No le dijiste que lo hiciera, en cambio la trajiste hasta aquí, haz llorado, te haz quedado todo este tiempo solo por ella. ¿Haz dado un vistazo a todo lo que estás haciendo? Definitivamente tú no quisiste ni pediste esto. Si, quizás hiciste cosas mal, quizá la hiciste llorar, quizás lloró por ti o lo que hayas llegado a hacer, pero estás haciendo lo que está a tu alcance para solucionarlo ¿Acaso no ves la diferencia tuya y mía?

—¿Cuál es? —miró directamente al rostro de la mujer.

—Que la salvaste y la tienes aquí, viva, que aún puedes arreglar las cosas. —la mujer sacó se su bolsillo un pañuelo delgado y limpio, el cual se lo entregó. Flippy tomó el pañuelo suavemente.

—¿Por qué me dices todo esto? —comenzó a limpiarse las lágrimas. El pañuelo era realmente suave.

—Porque yo no quiero que tardes 10 años como yo en entenderlo. Mírate, eres joven, puedes arreglar las cosas con aquella chica. —le dedicó una sonrisa.

Flippy sonrió, realmente elegir hablar con aquella mujer lo hizo sentirse más tranquilo y ligero.

—¿Que te decía que quizás yo no te mandaría al diablo?

—Bueno, no estaba segura del todo, simplemente aventé los dados y ya. —la mujer río por lo bajo.

En ese momento, unas voces conocidas se comenzaban a escuchar por el pasillo de entrada. Al parecer eran Giggles y los demás.

—Parece que llegaron tus refuerzos, huh. —la mujer se levantó de la silla.

—Si, al parecer. —el peliverde soltó una risa.

—Bueno, yo me retiro, aún tengo trabajo que hacer. —puso su mano en el hombro del joven. — solo recuerda lo que te dije ¿Está bien?

—Claro, no lo olvidaré jamás. Fue un gusto. —se despidió con un gesto de mano y una sonrisa.

—Espero verte pronto y más vale que estés arreglado con la señorita, por tu bien eh. —soltó una pequeña risa mientras doblaba el pasillo.

Flippy miró a la mujer hasta que esta dobló el pasillo y desapareció de su vista.
Después de eso llevó su mirada al pañuelo que la enfermera le había dado, pensando en lo que le había dicho sobre arreglar las cosas con Flaky cuando esta despertara.

¿Era verdad que no le debía nada? Eso lo decidiría la pelirroja, aún y con esas no quería entrar a la habitación aún, al menos no quería ser el primero en hacerlo, no se sentía con energías para soportar los sentimientos que se desatarían en el al verla.

Flippy suspiró, en ese momento prometió a si mismo no juzgarla ni preguntar más sobre el porque lo hizo, se limitaría a amarla y demostrarlo como no pudo hacerlo antes, esta vez sería diferente, pues al final la culpa no es de nadie.

[EDITANDO]Un Amor Para Morir. [FlippyXFlaky] (HTF fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora