Capítulo XXV ☾

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— Aquí es.

Miro la cabaña frente a nosotros que inspira todo menos confianza. Examino cada detalle con suma atención al igual que lo hacen los chicos a mis lados, es decir: Zach, Bill, Lira y Alex. Los demás, a regañadientes, se quedaron en mi casa; eso es algo que ya habíamos hablado días atrás, sabíamos que no podían venir todos por lo que luego una larga conversación tomamos la decisión de quienes vendrían conmigo.

— Toquemos la puerta — propone mi mejor amigo.

Por alguna razón todos me miran en espera de la aceptación o negación de la propuesta de Alex por lo que finalmente me encojo levemente antes de decir: — ¿Por qué no?

Es Bill quien decide hacerlo por lo que cuando sus nudillos golpean de forma rítmica la madera de la puerta esperamos con anticipación que alguien abra. Todos permanecemos alertas de cualquier movimiento hasta que la puerta es por fin abierta dejando ver frente a nosotros a una chica joven; su cabello es negro como la noche y tiene puestas algunas flores pequeñas y marchistas sobre ella, sus ojos son de color marrón oscuro que destellan de forma enigmática y tenebrosa; no es hasta que una sonrisa surge de sus labios dejando ver su perfecta dentadura es que logro entender quién es.

— Isakira — susurro con sorpresa porque sin duda no esperaba que fuera tan hermosa, aunque aun así su esencia se siente como la de una persona sin alma, supongo que eso pasa cuando decides utilizar la magia negra, al final ella te consume de a poco.

— Mira lo que tenemos aquí — dice con voz melodiosa y algo ¿alegre? —. Un humano, tres guardianes de la luz y una bruja — enuncia mirándonos respectivamente —. Qué interesante — expresa con aquella sonrisa que no me da buena espina.

Es obvio que no se puede confiar en una bruja negra pero lastimosamente no me quedan opciones para elegir.

Los últimos días tuve múltiples recaídas, algunas más fuertes que otras, pero todas indican que ya no falta mucho tiempo para que mi cuerpo se rinda ante el veneno, es por eso que cuando los chicos supieron, luego de rodear varias veces el lugar, que Isakira había vuelto al pueblo nadie dudó en que era momento de buscarla. Y aquí estamos.

Espero que todo salga bien, realmente lo espero.

— ¿Podemos pasar? — pregunto mostrándome imperturbable, no quiero dejar el miedo que en realidad siento, y no a su apariencia sombría y escalofriante sino a lo que pronto puede suceder.

— Por supuesto. Pasen adelante.

A pesar de la sorpresa inicial de su fácil aceptación, acato sus palabras y me adentro a la cabaña siendo consciente de que los demás me siguen de cerca. Me detengo en lo que parece la sala, la cual sólo cuenta con un par de sofás, una mesa central de madera en donde se encuentran varios objetos que me revuelven el estómago. Hay un rana disecada, velas de colores negro y rojo, rocas centellantes, una pequeña daga, un muñeco de trapo y un frasco de ojos de no sé qué animal. Bueno, espero que sean de animales.

— Disculpen que todo esté algo desordenado pero es que no esperaba visitas — explica relajadamente; y estoy segura que a ninguno le importa dicho detalle.

Algo que noto es que cada vez que habla mueve sus manos de forma ligera, además de que su voz, como ya lo dije antes, parece como si estuviera cantando o recitando alguna poesía. Es muy extraña...y aterradora.

— ¿Por qué mejor no dejamos los rodeos? — expreso mirándola con detenimiento por lo que puedo observar el momento en que su sonrisa cae por una milésima de segundo, también detallo la expresión de los chicos quienes parecen muy tensos y nada cómodos con la situación.

Custos Lux [#1 Saga Fantastic Creaturae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora