Capítulo XIII ☾

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Camino lentamente por la acera mientras voy sin rumbo alguno. Después de unos minutos de caminar me detengo frente a una tienda de música. Desde afuera puedo ver el lugar lleno de estantes con cd's de diferentes artistas y de diferentes géneros. Hay un reloj colgado en la pared que marca las 12:04 pm. También veo a algunas personas dentro de él, incluso dos de ellos tienen uniformes del lugar.

No sé por qué pero abro la puerta de la pequeña tienda adentrándome a ella sin pensarlo. Ya en el interior puedo escuchar una música que no conozco sonar por los altavoces. Miro a todos lados sin saber el impulso que me hizo entrar pero eso pasa en segundo plano cuando reconozco a alguien en el lugar. Está mirando un par de cd's en uno de los estantes del fondo.

Mis piernas parecen tener vida propia y sin que yo pueda evitarlo éstas me dirigen a él. No es hasta que estoy a su lado que parece notar mi presencia. La sorpresa en su rostro es visible. Yo tampoco esperaba encontrarlo aquí pero bueno, las casualidades existen, aunque tal vez esto sea más obra del destino.

— Hola — musito pasando una mano por mi largo cabello castaño.

— Olive — saluda regalándome una sonrisa que devuelvo algo de dificultad —. ¿Cómo estás? — pregunta; y no sé porque siento que hay más detrás de esa simple pregunta.

Tengo una idea de por qué puede ser.

— Estoy... estoy... — balbuceo sin poder terminar la frase —. ¿Cómo está usted? — cuestiono mirando al hechicero frente a mí.

— Estoy bien. Podría estar mejor — responde encogiéndose de hombros sin borrar su sonrisa —. ¿Qué te parece si te invito un café? Conozco un buen lugar cerca de aquí — propone mientras deja los cd's que tenía en sus manos en el estante.

— Está bien — acepto luego de dudar unos segundos.

Salimos de la tienda y en el transcurso del recorrido ninguno dice nada, cada uno permanece absorto en sus pensamientos. Unos pasos más adelantes nos encontramos dentro de una cafetería muy cálida que aunque antes había visto desde afuera por alguna razón nunca entré en ella. El lugar es acogedor.

— Ven. Sentémonos por allá — indica a la vez que señala una de las mesas del fondo.

Lo sigo sin decir nada. Nos sentamos uno enfrente del otro. Eugene se encarga de ordenar por los dos, aunque al principio yo me opuse pero bueno debo decir que el hombre es muy testarudo.

Pasan unos minutos hasta que por fin tenemos dos tazas de chocolate caliente en nuestras manos.

— Y bien, ¿vas a preguntar por él? — interroga con una sonrisa oculta en su taza de chocolate.

Debo admitir que casi me atraganto por su pregunta. Lo miro de manera desconcertada, como si no supiera de qué habla lo que hace que alce una ceja mirándome con diversión. Resoplo sin ánimos.

— No — contesto en un gruñido que finge ser molesto.

— Claro, por supuesto — dice con evidente sarcasmo —. Igual te diré que está un poco triste — musita. No lo miro en ningún momento —. No te diré la razón porque creo que ya la conoces.

Tenso mis labios cuando termina de hablar. No sé si quiere hacerme sentir mal o algo por el estilo pero no me doblegaré pues él me había mentido, me había ocultado algo así de importante. Y si tuve un poco de confianza en él esta se rompió aquella tarde soleada.

— No me interesa nada que tenga que ver con él o con esas cosas — murmuro mientras doy un sorbo a mi bebida en ningún momento mirando sus ojos.

Custos Lux [#1 Saga Fantastic Creaturae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora