Custos Lux [#1 Saga Fantastic Creaturae]

Capítulo VII ☾

Me exalto por el ruido brusco de la puerta. Me separo de él con rapidez, como si ahora fuera consciente de que me estaba quemando.

Dios, ¿en serio estaba a punto de besarlo?

Creo escuchar un gruñido de su parte pero decido hacer caso omiso y dirijo mi mirada hacia la puerta de madera de la habitación para ver quien la había abierto. Es Eugene.

— ¡Oh! Lamento interrumpir pero... — mira a Zach — tienen que irse ya — agrega tratando de ocultar su nerviosismo de manera fallida.

Por unos segundos parecen tener una conversación en silencio hasta que Zachary se levanta de su asiento.

— Tenemos que irnos — sentencia mientras que tomaba algo del escritorio que no logro ver desde mi lugar.

Frunzo el ceño mientras me levanto sintiendo que me he perdido de algo.

— ¿Qué ocurre? — musito con confusión.

Miro a Eugene quien parece nervioso antes de regresar mi mirada a Zach.

— Vamos — ordena tajante. Me toma del brazo sin importarle si quiero ir o no. Abro la boca para protestar pero me interrumpe antes de que pueda formular una palabra —. Mira... — se detiene y coloca sus manos en mis hombro para mirarme con intensidad —, confía en mí ¿sí? Después... — parece dudar pero continúa —, después te explico. Ahora sígueme — pide suavemente.

Sólo asiento con la cabeza sin saber muy bien que decir, tampoco es que tenga muchas opciones.

Decido confiar en él.

— Ya sabes a donde ir — farfulla Eugene antes de salir con algo de prisa de la pequeña habitación.

¿Qué es lo que está pasando? Espero pronto saberlo.

Zachary hace un gesto con su cabeza para mostrarme a donde debemos ir. Lo sigo hasta la librería, saca un libro y lo vuelve a colocar en el mismo lugar. Frunzo el ceño sin entender por lo que me mira regalándome una sonrisa para volver a mirar al frente. De repente la librería se mueve a un lado dejando ver un pequeño pasadizo secreto.

Jadeo por la sorpresa.

— Sígueme — me indica mientras se adentra a la oscuridad.

Presiono mis labios en una línea y con lentitud me adentro al pasadizo. Todo es oscuro de no ser por la luz de la habitación pero no dura mucho. El ruido de algo arrastrándose me hace girar para ver como la librería se está cerrando, y ahora si estamos en total oscuridad.

Gracias al cielo no le tengo miedo a la oscuridad o a los lugares cerrados.

Camino tanteando la pared. En el pequeño pasillo apenas y pasan dos personas juntas. Zach, que está adelante de mí, hace un ruido con la garganta que no logro interpretar. Cuando intento preguntarle qué ocurre algo pasa. Una luz ilumina mi cara dejándome encandilada por unos segundos mientras por fin entiendo lo que sucede.

— Aleja esa maldita linterna de mi rostro — gruño pestañando repetidas veces para acostumbrar mi vista.

Escucho su risa rebotar por las paredes del largo pasadizo y haciendo acato a mis palabras guía la linterna al frente iluminando el camino frente a nosotros. Ahora que tenemos la linterna puedo ver mejor por donde vamos. Lo primero que noto es que las paredes son de ladrillos al igual que el techo, y el piso es de cemento.

— Escaleras — informa en voz un poco baja.

Y sí, hay una escalera en espiral de cemento frente a nosotros. Se gira unos segundos para mirarme, tal vez para cerciorarse de que sigo detrás de él.