91.- •Narrado•

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Maratón 48/50

Narra Agus:

—Te amo tanto...—Dije después de leer lo que me había escrito. No podía dejar de mirarla.

—También te amo muchísimo, muchisimo.—dijo para después abrazarme contra ella mientras ponía mi cabeza en el hueco del costado de su cuello.

—¡hemos llegado, tortolitos!—exclamó Mike.

Nos despedimos de nuestros amigos y nos adentramos en lo de Caro agarrados de las manos.

—Veni conmigo.—Me dijo Carolina jalándome de la mano apenas tire las llaves de la casa en la mesada. Nos dirigió al sofá e hizo que recostara mi cabeza en su pecho mientras ella jugaba con mi cabello dulcemente.—¿Que sucede?—agregó.

—¿como que sucede?—pregunte confundido mirando hacia el suelo.

—Últimamente te veo... raro. Me decís a cada segundo que me amas, no hablas casi. Estas extraño... ¿te pasa algo, Agustín?—Me miro preocupada.

Suspiré.—No es nada...—Me senté bien.—Es solo que... que tengo un mal presentimiento... no lo sé. Es raro, muy raro.—Respondi mirándola a los ojos.

—¿Mal presentimiento de que?—Entrelazo nuestras manos.

—De... de lo nuestro...—baje la mirada mientras mis ojos se cristalizaban. La verdad desde hace días he sentido una sensación extraña y... eso me tiene preocupado. No la quiero perder. Es tan doloroso de tan solo pensarlo.

Ella, colocó dos de sus dedos en mi quijada y alzo mi cabeza. Cuando fije mi vista en ella, me di cuenta de que sus ojos también se encontraban cristalizados.

—No nos va a pasar nada malo, mi amor.—Me dijo con la voz entrecortada.—Yo no lo voy a permitir.—Sollozo mientras una lagrima se le escapaba. Eso terminó conmigo. No me gusta verla así.

La abrace tan fuerte que me sorprendió que no se quedará sin aire. Ya a este punto los dos llorábamos.

—No llores, por favor.—Trate de decir. Ella se separó de mi y me miró a la cara. Tenía los ojos levemente rojos al igual que su nariz.

Alzó una de sus manos y limpio una de mis lágrimas con su pulgar. La acerque a mí y bese sus labios delicadamente.

—¿por qué no vamos a dormir? Ya está tarde y mañana debemos ir a la facu.—Dijo ella cuando se separó de mi ya más calmada apoyando su frente en la mía. Yo solo asentí y la guíe de la mano hacia la habitación.

Nos cambiamos por la ropa de dormir y nos acomodamos en la cama.

—Descansa, mi vida.—Me sonrió levemente.

—Igual, Amor.—Bese su frente y la abrace a mi.

I Want You, Only You | Aguslina | #IWYOY1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora