4 de Diciembre: ¿Que es? Hay luces de color, ¿Que es? Parece de algodón.

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Yuri se despertó, la amenazante luz diurna entraba por su ventana, quien lo obligaba a despertar, por más que quisiera quedarse en la cama una extraña sensación le decía que bajara a desayunar.

Estiró su mano hacia su mesa de noche, buscando, y por el tacto encontró su celular y lo trajo hacia si, haciéndolo recorrer todo ese desorden de cobijas.

Prendió su celular y se impacto de saber que había dormido tanto, anoche no se durmió tan tarde, si no que fue un tiempo récord, al llegar del centro comercial cayó rendido, no habían dado ni las diez y el acostado en la cama.

Eran las once y media, había dormido más de sus ocho horas diarias y eso le hacía sentir satisfecho, había tenido mucho más tiempo para descansar, seguramente hoy ayudaría a Yuuri a poner las decoraciones de navidad y...

Cierto, Otabek ya debe haber llegado.

Se sacudió de todas sus cobijas y busco sus pantuflas con cabeza de gato en ellas, eran suaves y peludas, eran geniales, pero era más genial saber que seguramente su Beka ya estaría en su casa.

Se paró rápidamente y esquivando todo su desorden en el cuarto llego hasta la puerta de su habitación, su mano llego hasta la perilla de la puerta, pero antes de abrirla el dulce aroma de la cocina lo disconcentro, olía a unos deliciosos Hot-cakes, la harina estaba esperando por el.

Su mano empujó la puerta, que está se abrió de golpe, no le importaba más que seguir aquel olor y bajar de una vez por todas.

Camino, su primer paso hizo rugir a la vieja madera, su segundo fue un paso más fino, y su tercero lo llevo hasta la escalera, escalera que bajo de un salto, aquel ruido resonó por toda la casa, pero no le importo, estaba ansioso por dirigirse a la cocina.

Y entonces lo escucho, aquella voz tan estoica y firme, solo podía ser de alguien.

-¿Beka?-Se preguntó al unísono de aquella voz, su mejor amigo había llegado, su corazón dio un vuelco, haciéndolo latir a mil por hora.

Le asombraba la idea de que su mejor amigo haya llegado para acompañarlo, su ansiedad no aguantaba más, debía bajar ahora mismo y verlo de una vez por todas. Debía de bajar.

Bajo rápidamente las escaleras, cuán niño bajando por su regalo bajo el árbol. Se dirigió hasta la cocina, donde el aroma de la harina haciendo Hot-Cakes se hacía cada vez más presente, siguió caminando hasta que estuvo a pasos, a segundos y milímetros de abrir la puerta. Una mariposa en su estómago se hizo presente, sin darse cuenta había empezado a temblar, estaba emocionado sobre lo que podía haber allá dentro.

Y entonces la abrió.

-Buenos días.

Yuri había quedado paralizado al escuchar esa voz ¡cuánto la detestaba cuando no estaba cerca! Su mirada se dirigió hasta el chico kazajo, que estaba sentado en aquella mesita, disfrutando aquel hot-cake, su expresión lo decía todo.

-¡Beka!-Gritó el niño ruso, quien se sentó en la silla que tenía delante de él, emocionado empezó a tartamudear, aún sin saber lo que quería decir en realidad.

Un millón de preguntas vinieron a su cabeza, pero el solamente pudo combinarlas todas en una sola frase.

-Com... cuándo... ¿Dormiste?... ¡Hola! -El rubio no podía decir alguna otra palabra, estaba ansioso por estar con su amigo y por supuesto, decorar su casa junto a él.

🏵All I Want For Christmas Is You. 🏵[Otayuri] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora