🏵All I Want For Christmas Is You. 🏵[Otayuri]

10 de Diciembre: Tengo lleno el corazón de campanas y de amor.

Nieve, tan blanca y pura tal cual como el algodón que adornaba el cielo. La nieve en este momento era lo único que se veía a travez de su ventana, y el pequeño Yuri estaba emocionado por ver llegar un carro y estacionarse en la entrada de su casa.

Todo estaba obscuro, aquella habitación con decoraciones llena de campanas, esferas, adornos de fieltro, esferas de cristal, todo estaba decorado y animando al espíritu navideño, entre el viento se respiraba la esperanza de ver a su mejor amigo, aún no tenían luz, y esa era la razón de por qué estaba a obscuras, se había acabado la luz después de dejar prendido el árbol y los adornos todas las noches que habían estado decorando los objetos de ahí.

Yuuri había salido a comprar varios adornos y un poco de comida para la primera visita, mientras Viktor había salido por su amigo.

Le entusiasmaba la idea de que el siempre fuera el primero en llegar.

Había recordado la primera Navidad junto a él, y la razón de estar ahí: su amistad , adoraba que siempre estuviera junto a él en estas fechas y que siempre le recibiera el abrazo que el le daba después de verlo dos veces al año.

Hoy sería una navidad como antes, y hoy definitivamente iba a abrazar a su amigo sin parar.

Entre las calles habían parejas de amigos, también románticas, familias enteras, también botargas de Santa Claus, y sobre todo luces de colores con nieve entra estás.

Todo indicaba una perfecta navidad.

Pero no podía evitar la idea de que su amigo llegaría en unos minutos, y ahí estaba el, esperándolo en la ventana esperando entusiasta aquel carro.

Quería verlo, deseaba verlo y tal vez ir a dar un paseo junto a él.

Ya ansiaba su llegada.

Tenía una mariposa revoloteando en su estómago, mariposa que al parecer no pararía, sus ojos brillaban cada vez más y más.

Yuri y Otabek se habían quedado viendo el televisor hasta tarde, como en los viejos tiempos, y ahora en el siguiente dia no había una hora en la que se levantaran. Era al rededor de la una de la tarde y estos dos aún seguían dormidos en su cuarto.

Y extrañamente aún no iban a despertarlos, ni el calvo ni el cerdo, quizá estaban haciendo cosas de adultos en su habitación y no tenían tiempo para despertarlos, pero era más de la una, y aún no aparecían.

-Yura...

Después de haberse quedado solos ayer se la habían pasado juntos, y disfrutando de la compañía del otro, después de todo son amigos.