O12. #COFFEE II

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Mina tomaba de a sorbos su café amargo ─aunque demasiado para su gusto. ─cuando sus compañeros llegaron sonrientes para un nuevo día de trabajo pero al verla allí la confusión tomaba cada parte de sus rostros. Sí, ya sabía que no era de llegar muy temprano. Pero sobre todo, estos todavía la saludaban amablemente aunque la pelirroja intentara hacerlo del mismo modo. En su lugar existía una sonrisa incómoda.

Por los nervios jugaba con sus dedos mientras pensaba qué iba a decir o hacer. No había pasado tanto tiempo de mesera y no lo hacía tan bien como los demás, así que ahora empezaba de cero, esto sería divertido. Primero, su forma de atender a los clientes era un poco extraña, era difícil de explicar. Pero siempre constaba de un semblante serio y una sonrisa falsa.


No podía hacer eso o podrían quejarse con la encargada, o llegar a otros extremos como despedirla. Tendría que pedir la ayuda de Tzuyu si no quería quedar en ridículo otra vez, y justo cuando hablaba con su subconsciente sobre ella, apareció. Un tanto seria para variar, pero su linda sonrisa apareció cuando sus miradas se conectaron.

Al momento de sentarse frente a la pelirroja comenzó a regañarle tal cual niña pequeña y la mayor se encogía de la vergüenza. Al finalizar el sermón de su vida, Mina procedió a contarle todo lo que había pasado el día anterior. Conteniendo cada una de las lágrimas que amenazaban con arruinar su pobre intento de maquillaje.


Zhou se sintió mal por eso. Un sabor amargo apareció en su boca por haber hablado sin pensar primero. Solamente pudo darle un abrazo fuerte a su pequeña japonesa.


Unos segundos después de puro consuelo, la mayor habló: ─¿Podrías ayudarme con algo? ─Preguntó nerviosa, no pedía ayuda casi nunca. ─Es un caso de vida o muerte.

Tzuyu alzó una de sus cejas. ─Te ayudaré con todo lo que necesites, menos enterrar un cuerpo si eso es lo que estás pensando. ─Ambas chicas rieron al unísono por las ocurrencias de la más alta. ─Pero continúa. ¿Qué pasa?

Uhm... bueno. ─No sabía de que manera explicarlo, solamente mordía su labio como si aquello ideara las palabras perfectas. ─Ahora estoy de mesera por ser tan estúpida.

La menor rió y realizó un ademán para que dejara de hablar. ─Ya lo sabía, no te preocupes por eso. ─Volvió a reír por la cara de Mina. Tal vez su superior se había olvidado de contarle a la pelirroja que únicamente ella la ayudaría con su nuevo puesto.


El resto del día pasó entre risas y pedidos confusos por parte de la mayor. Tzuyu reía por su frustración cada vez que se equivocaba con los pedidos, aproximadamente cinco minutos entre cada uno de ellos.

Todos estaban tan inmersos en sus trabajos que no notaron que solamente faltaban veinte minutos para cerrar el local. Largos suspiros inundaron el lugar cuando los clientes comenzaban a irse con felicidad.


Todavía quedaban un par de personas dispersas cuando la campanilla sonó nuevamente produciéndole dolor de cabeza a la pelirroja, pero ni siquiera trató de voltear. En cambio, una pequeña de cabello corto se adentraba con vergüenza caminando con mucha decisión hacia el mostrador para encontrarse con Mina. Fue grande su sorpresa de no encontrarse a la chica allí.

Mina todavía no se daba cuenta de la presencia de la coreana. La menor se dio la vuelta avergonzada de no poder encontrar a su objetivo y terminó por sentarse en una de las mesas cercanas al mostrador quedando de espaldas hacia la pelirroja. Mina decidida caminó hacia el nuevo cliente para pedir su orden.


Buenas tardes, ¿puedo tomar tu orden? ─Mina levantó la mirada encontrándose con unos lindos ojos que la miraban sorprendidamente. ─Chae... Chaeyoung...

 Chaeyoung

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ICE CREAM。 ── MICHAENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora