OO7. #SOUR CANDY

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Todos los días sin falta Mina recorría las mismas calles después de terminar su simple trabajo. Se sentía tan frío y monótono entre más lo hacía, cosa que parecía no acabar nunca. No importaba si el tiempo era caluroso o medianamente un infierno total, llegaba a sentirse peor. El ambiente era un tanto sombrío y decaído. Personas de importantes cargos discutiendo por teléfono con sus rostros furiosos y el sonido del tráfico era el constante sonido que llegaba a sus oídos.

Los pequeños momentos donde podía sentir un poco de tranquilidad era detrás de su mostrador, sí, aunque no pareciera para nada tranquilizante. En ese lugar podía ser como era en realidad y nadie le reclamaría por ello, a menos que fuera su jefa, claro. Aunque existieran días oscuros, ese lugar resguardaba su característico color y un entorno alegre. Los clientes que entraban tristes procedían a irse con una gran sonrisa en el rostro.

Mina se sentía muy feliz por eso aunque no supiera demostrarlo físicamente. Sonreír ni siquiera se encontraba en sus planes. Al final de su turno despidiéndose de sus compañeros todo volvía a ser como antes. Aburrido. Sin ningún color en su vida.


Sus emociones decaían cuando se adentraba en su propia casa, lugar en el que se debería sentir feliz de estar. Pero era todo lo contrario. ─Estoy en casa. ─Dijo después de cerrar la puerta detrás suyo sabiendo que nadie le contestaría. Dejó sus zapatos en la entrada y se dirigió a su sala. Tal como esperaba, un cuerpo delgado yacía recostado en el sofá observando lo que parecía ser un reality show barato. Mina estaba harta de que fuera lo mismo todo los días. Todo el tiempo.

La japonesa suspiró cansada por su día. Su pareja solamente se concentraba en las últimas tendencias de moda, belleza y en ella misma. No recordaba cuando había cambiado tanto. ¿En dónde quedaba ella entonces? Simplemente botada como un perro abandonado. 


─¿Nayeon? ─La susodicha se giró desinteresada para observarla. La japonesa la miraba dolida cruzada de brazos, pero eso no causó nada en el corazón de la otra muchacha. ─Mina, estoy realmente ocupada.


La menor suspiró elevando su vista al techo en un intento e contener las lágrimas que se avistaban en las esquinas de sus ojos. Bufó tocando su lagrimal con su dedo con delicadeza, no lloraría por esa tonta. Con pasos rápidos se fue hacia la habitación que compartía con su novia, Im Nayeon. Su relación no se parecía nada a la de una pareja común, ni siquiera se acercaban al llamado amor. Mina trabajaba, Nayeon gozaba de otros lujos que se permitía cenando con sus amigas en restaurantes lujosos y eventos elegantes.

Mina no sabía de dónde sacaba tanto dinero, pero tenía una ligera sospecha de lo que se trataba y honestamente no estaba sorprendida. El dinero que ella ganaba en su pequeño trabajo era suficiente para pagar sus propias cuentas y comprar comida, pero no llegaba a nada de lo que hacía su fiel novia. Estaba cansada.


¿Nayeon la ayudaba de alguna manera? ¡Oh, eso era tan gracioso! Ni un solo centavo de su parte había llegado hasta sus manos en tanto tiempo. Nunca se había sacado el tema a flote o siquiera lo habían mencionado. Sumando a eso que ella nunca se encontraba en casa. La coreana se había cansado de Mina. Nayeon nunca amó a la pequeña pelirroja. Lo único que sintió por ella fue una simple atracción por el físico, lo único que anhelaba Nayeon más que el físico era el dinero.

Por meses, la mayor fingió sentir algo por la menor de la manera más cruel. Pero cuando la chica le suplicó enamorada que vivieran juntas, Nayeon no pudo negarse. En ese momento los problemas comenzaron a surgir. La mayor empezó a alejarse hasta el punto en el que no se hablaban o se dedicaban miradas.


Mina había llegado a su punto límite y empezaba a sentirse agobiada por las actitudes groseras de la coreana pero hacía lo posible para no demostrarlo. Por fuera las personas podrían decir que es aburrida o tímida, pero la verdadera causa de eso era Nayeon.


Mina comenzaba a sentirse furiosa.

Mina comenzaba a sentirse olvidada.

Mina comenzaba a sentir el sabor ácido de un caramelo.

Mina comenzaba a sentir el sabor ácido de un caramelo

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ICE CREAM。 ── MICHAENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora