<dame un para siempre aunque sea sólo por un rato >
Rodeó con sus delgados brazos el torso del noruego, aspirando el agradable aroma que desprendía la sudadera de éste. Ahora, la verdad, era que no le importada ser más bajo que él. Amaba abrazarlo, amaba besarlo, amaba todo de él.
Bueno, lo amaba a él.
Era su remedio.
Ahora mismo, se encontraban durmiendo juntos, aunque sólo su pareja era quien descansaba, él apreciaba lo tranquilo que se veía de aquella forma, tan pacífico indefenso. Perfecto.
Los finos dedos pálidos de Tom se enredaban en el cabello de Tord, el cual se encontraba algo desordenado, por lo que el británico estaba intentando ordenarlo un poco.
En la habitación sólo se escuchaba la respiración de los dos.
Hasta que unos gritos de, al parecer, una pareja, fueron escuchados fuera del departamento. Aquello entristeció un poco al de vacías cuencas, no se imaginaba otra pelea con quien en ese instante se encontraba a su lado.
—No sabes cuánto te amo, idiota. —se acurrucó más junto a él.
No pensó que recibiría una respuesta.
—No soy un idiota. —levantó la vista y allí estaba mirándole, con expresión somnolienta y voz ronca. [n/a:me imaginé eso y me fui a la mierda]
—Sí lo eres, me asustas a veces. —tomó los mofletes de su novio, apretándolos.
—Auch. —sonrió mientras se sentaba en la cama, pero Tom hizo un puchero.
—¡No! Estás calentito, tengo frío.
Puso carita de perro bajo la lluvia, ¿Cómo podría resistirse a ello?
—Está bien. —simplemente se dejó caer junto al antes mencionado, y este lo abrazó con más fuerza que antes.
El de rojo se volteó, quedando cara a cara con el menor, mientras se escondía en su cuello, besándolo, produciendo un espasmo enseguida y que el inglés sintiera un escalofrío.
—N-No, no lo hagas. Sabes que me incomoda aún. —Soltó un poco apenado, por lo que Tord lo observó con cariño.
—No te preocupes, jamás sería capaz de dañarte. Te amo demasiado, tenlo en cuenta.
Al parecer, eran la pareja perfecta, como la que todos quieren, relación estable llena de amor, mimos y felicidad. Increíble.
Demasiado increíble.
—Tom, suéltame el brazo. Tengo que levantarme. —el nombrado negó con la cabeza, ganándose un suspiro de parte de su novio. —Toooom.
Se aferró más a el.
—Te voy a sacar volando sabes.
Al final, terminó haciéndole caso al noruego, quien enseguida se levantóy tronó su espalda. Tenía que hablar urgentemente con sus dos amigos, no podíanombrarle nada de ello a Tom
5mentarios:^)
cuanto extrañaba escribir esto la puta madre<3