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Junio 2014

Los meses habían pasado bastante rápido, más de lo que quisiera. Se preguntaran qué fue lo que pasó después de que le confesé al Charles que íbamos a ser papás esa noche del Año Nuevo. Bueno... toda la familia del Charles estaba muy feliz, todos me abrazaban y me felicitaban, pero yo me sentía más miserable a cada minuto que pasaba, yo los estaba engañando.

―Con razón andabas tan rara―me comentó una de mis cuñadas mientras me abrazaba. No, yo no andaba rara por estar embarazada, andaba rara porque el bebé que esperaba no era de mi esposo― ¡Ay! no puedo creerlo, un sobrinito al fin. Ya nos resultaba raro que en tres años de matrimonio no hubieras quedado embarazada, por un momento llegué a pensar que mi hermano chuteaba para el otro equipo.

― ¡Camila! ―exclamó mi Charlie ofendido, yo solo me reí.

―Felicitaciones hermano―dijo el Eduardo, me puse tensa al segundo que escuché su voz―Espero que me elijan como el padrino del bebé―dijo. "Sobre mi cadáver" pensé en mi cabeza, pero no pude seguir viendo la escena ya que la Daniela me abrazó de la nada, esto era raro, quería empujarla y tirarla a la mierda, pero me aguanté las ganas de hacerlo porque hubiera quedado como una loca celópata, cosa que al parecer, si soy.

― ¡Felicidades Mati! ―dijo la garota mientras me estrujaba―Apenas nos estamos conociendo pero siento que te conozco hace tiempo con todo lo que me ha contado el Eduardo de ti―así que el Eduardo le hablaba de mí, interesante, solo le sonreí a la brasileña mientras ella solo hablaba y hablaba.

―Déjame felicitar a la nueva mamá, Dani―dijo el Eduardo detrás de su polola, ella solo me soltó y me dio una sonrisa antes de ir a felicitar al Charles dejándome frente a frente con el Eduardo― Felicidades―dijo él, su mirada era inexpresiva, pero quemaba como el fuego.

―Gracias―le dije. No me abrazó ni nada, solo dijo eso y después se fue. Esa fue la última vez que lo vi. Sabía por el Charles que estaba bien y que era muy feliz con la Daniela. Yo por mi parte, estaba tremendamente feliz con mi embarazo y el Charles también lo estaba. Las primeras semanas fueron difíciles ya que, estaba muy triste y decaída al saber que el papá de mi bebé nunca lo iba a querer, pero después entendí que padre es el que cría y el Charles era el más emocionado con todo esto de mi embarazo, aunque bueno, él no sabía que mi bebé no era de él.

Pero no podía decirle, él ya se había encariñado demasiado y estaba emocionado con la idea de tener un hijo, nuestro primer hijo, si hasta lloró en la ecografía de los cuatro meses cuando supimos que iba a ser un niño. Ahora, con siete meses de embarazo nuestro Bastián estaba enorme y se movía demasiado, la que tenía cada vez menos movilidad era yo y es que tenía una panza enorme. Desde que nos vinimos a vivir a Brasil que no he vuelto a Chile y es que este niño no me deja hacer nada, los primeros meses casi no podía vivir por las náuseas, los vómitos y los mareos, menos mal que el Charles me había dado la oportunidad de no trabajar, que con el sueldo de él era suficiente para los tres, porque si tuviera que ir a trabajar, sería un estropajo andante.

Ahora se acercaba el mundial, pero gracias a Dios este era aquí mismo en Brasil porque el doctor no me tenía permitido los viajes tan largos con esta guata enorme. Además de que toda mi familia venía, además de toda la familia del Charles, así no me sentiría tan sola cuando él estuviera concentrado. Lo malo de todo esto, es que tendría que ver al Eduardo de nuevo y quizás a la Daniela también, la verdad es que no sabía si seguían juntos o qué, además de que el Charles no me hablaba mucho de él.

Mi mamá había sido la primera en llegar de mi familia, ya que, el Charles había tenido que ir a Chile para concentrarse y para que luego todos juntos se vinieran, yo lo encontraba una estupidez, porque el Charlie tendría que ir y luego devolverse, pero bueno, él se fue de lo más feliz.

Unfaithful | Eduardo Vargas | Charles AránguizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora