Capítulo 7: Parte 1:
Las espinas afiladas atravesaban cada partícula del corazón de Jared. Lou notó en su mirada como ella destrozaba y carbonizaba cada uno de sus sentimientos. No evitó sentir dolor al causárselo a él. Ése fue el momento donde ella se dio cuenta que el dolor de Jared también le dolía a ella. Algo en su interior, por muy doloroso que fuera para Jared, no permitía que Lou regresara a sus brazos, y no era solamente porque el bebé que traía en su vientre pertenecía a Marco, sino porque algo de él estaba en ella también, aunque esto no fuera físico.
Jared negaba con la cabeza mientras diminutas gotitas de agua se asomaban por sus lagrimales. Sus labios de doblaron hacia abajo haciendo un puchero como un bebé humillado. Lou sintió que su corazón también se partía. Soltó una mano de Marco, pero por el contrario, lo agarraba más fuerte con la otra.
Ella no quería lastimar a Jared, ella hubiera sufrido cualquier cosa con tal de que Jared fuera feliz, pero eso implicaría desobedecer a Marco. Y en su mente no cabía ir en contra de Marco, así tuviera que ir en contra de todos. Era algo antinatural para ella doblegar sus deseos.
—Dime que estás mintiendo —dijo Jared en un hilo de voz. Su labio inferior sobresalía mientras una lágrima se arrastró por su mejilla como raspando su piel.
—Dile que se vaya —susurró Marco en el oído de Lou.
Ella cerró sus ojos y su primer instinto fue negarse, pero su corazón palpitó más fuerte en reclamo.
—Jared, vete —Lou empuñó sus ojos.
Los ojos de Jared se abrieron y sus piernas comenzaron a temblar. Se hundía en el abismo del dolor ante las palabras de su hermosamente rota y quemada niña.
—¿Cómo puedes ponerla a hacer esto? —masculló Jared entre dientes mirando a Marco con una mirada fulminante.
Marco sonreía victorioso y bailaba el hula hula sobre la tumba del corazón de su sobrino.
—Lou, ¿qué estás haciendo aquí? ¿Qué está pasando? —preguntó Lí apareciendo de la nada.
Los brazos de Marco se aferraron con más fuerza al cuerpo de Lou, Jared dio un paso hacia atrás y todos miraron hacia Lí.
—Papá… —empezó Jared, pero Marco lo interrumpió.
—Pasa que tu hijo se está metiendo con mi novia y mi hijo.
Lou sintió una corriente eléctrica recorriendo todo su cuerpo al escuchar la expresión de Marco.
—¿De qué habla? —susurró Lí, luego corrió la mirada hacia Lou.
—Marco y yo tendremos un bebé —anunció ella.
Esta vez fue Lí quien dio un paso hacia atrás boquiabierto. Miró hacia su hijo quien permanecía con los hombros caídos y las ilusiones rotas. Lí sintió en el aire el dolor que emanaba su unigénito.
—Jared, vete a casa —ordenó.
—¿Qué? ¿Para q…
—Que vayas a casa, ahora —endureció su voz.
Jared asintió a regañadientes y caminó en dirección a la casa Lí-Styles.
—Nada a tu madre, como acordamos —le susurró en el oído a su hijo.
Jared no contestó nada, y siguió su camino.
Lí se tomó el cabello con las manos y resopló molesto. Miró a la pareja frente a sus ojos. Marco no hacía desaparecer su rostro de conformidad, y no soltaba a Lou en lo absoluto.