Capítulo 8: Parte 3:
Por supuesto Jared se negó a obedecer las órdenes de su abuelo, pero Jane le dio una sacudida pública de las que sólo ella podía obsequiarle. Lí se mantenía cabizbajo unos pasos atrás, no podía declinar las órdenes de Jane, ni mucho menos las de Styles.
Lenny permanecía negando con la cabeza llena de rabia. Odiaba ver como imponían cosas a Lou como si ella fuese la criada de todos ellos. Lou, por su parte, no deseaba desobedecer a Styles. Para ella Harry Styles era como un gran Marco Styles, y eso la obligaba a acatar órdenes al pie de la letra como un perrito faldero.
La reunión improvisada finalizó y cada quien buscó su sitio. Sólo quedaban Jane, Marco, Danielle, Jared, Lou y Edward en el salón.
—No tengas miedo, Loulu. Te prometo que vas a salir de esta —susurraba Jared tomando de las manos a su amada.
—Jared, ven aquí —ordenó Jane con la voz gruesa.
—Nos veremos más pronto de lo que piensas. No dejes que él te haga daño, por favor —le imploró para luego plantarle un beso en sus manos.
Marco tomó a Lou de la cintura de inmediato y de un empujón apartó a Jared, desenlazando las manos unidas de Lou con él.
—¿Qué no te ha quedado claro? Tu madre te llama, ve y atiende —le preceptuó bruscamente.
—Tú no la quieres, sólo intentas fastidiarme —masculló Jared con los puños apretados.
La tensión en el salón era casi palpable. El ácido deterioraba el corazón de Jared minuto a minuto, mientras Marco disfrutaba de tan brutal acto.
Jane estaba a punto de caminar hacia su hijo para plantarle una bofetada por su intromisión, pero Jared caminó hacia ella antes de que sucediera tal cosa. Además, Edward la mantenía en su sitio tomándola de los brazos.
—Muy hermoso el encuentro familiar, pero me temo que todos debemos ahuecar el ala. Nos vemos en la próxima —Edward trató de cortar el ambiente con una tijera.
Jane se soltó de sus brazos y avanzó hacia Lou con suma lentitud y precisión, como un animal a punto de devorar a su presa que se esconde entre las sombras y ataca repentinamente.
Marco esperaba a Jane con todo el escudo mental posible. No es que quisiera defender a Lou ante todo, pero odiaba más la intromisión de Jane en su vida que cualquier otra cosa. Era como la hermana insoportable y metiche de la que todos huimos.
Jane abrió la boca para reprenderlos, cuando Marco se le adelantó:
—¿Cómo dices, Jane? ¿Lili, Dani? ¿Qué más? —torció una sonrisa oscura.
A Jane se le cristalizaron los ojos de inmediato. Fulminó a su hermano con la mirada y sus mejillas comenzaron a temblar al igual que sus labios. Levantó la mano abofetear a Marco, pero él se la tomó antes y la empujó. Jane cayó al suelo de espaldas, y en fracción de segundo Jared se lanzaba sobre su tío.
Marco y Jared rodaban en el suelo a golpes. Lou jadeó espantada. Sintió como se destrozaba una parte de su alma a la otra.
Edward se lanzó sobre ellos dos y trató de quitar a Jared de encima de Marco, pero este se negaba a soltarlo. Cuando por fin Edward logró separarlos, Marco se acercó a ellos amenazante, fue entonces cuando Lou metió cuchara para detener el seguimiento de un enfrentamiento atroz.
—¡No vuelvas a tocas a mi madre, ¿me entiendes?! —gritaba Jared con el cabello despeinado y el rostro flameando.
Marco se levantó con la respiración agitada y los hombros cuadrados. Lanzó su cabello oscuro que ya había sobrepasado el largo usual y lo deslizó hacia atrás. Lou se posó frente a él y tomó sus muñecas, quería evitar cualquier agresión.