Una noche llena de estrellas

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  Capítulo 12. Pascual se levantó de aquel lugar, pero Dallana lo detuvo.
- ¡No te vayas! Antes quiero probar de nuevo tus labios, Quiero comprobar si es verdad que tú ya no sientes nada.
Dallana lo abrazo y profundamente emocionada y con los ojos llenos de lágrimas, lo beso.
Justo en el momento en que Dallana acariciaba con un apasionado beso los labios de este, Tatiana presenciaba esa escena, por sus venas corrió un escalofrió que la inundo de dolor, su corazón hecho trizas sangraba al ver a Pascual con otra chica, Pascual sintió su presencia y quedo al descubierto.
-¡Tatiana mi amor, esto no es lo que imaginas!
- Claro, yo me trago tu montón de estupideces, te burlaste de mí.- Furiosa respondió.
Interviene Dallana burlándose de la situación.
-Lo siento así es el amor, Pascual nuevamente es mío.
-Pues quédatelo, y tu Pascual ¡no me busques jamás!
Tatiana lanzo el líquido de su copa contra Dallana.
- Esta me las pagarás estúpida. Advirtió Dallana.
-¡Tu quien te crees para hablarme así sínica!- Tatiana la retaba.
- ¡Shht! ¡Silencio! Tu no me hablas en ese tono – respondió aún más altanera Dallana abalanzándosele encima y tomándola de los pelos.
Pascual intervino por lo que enseguida sofocó la pelea.
- ¡Basta! ¡Esta no es la manera de arreglar las cosas!
Tom y Ana tomaron de los brazos a Tatiana, salieron del lugar dirigiéndose a sus casas, terminando así la fiesta para ellos.
Por otra parte en la casa grande Isabela se instalaba en su nueva habitación, dejando aquel cuarto de servicio que escaseaba de todos los servicios cambiándolo por uno verdaderamente lleno de lujo, con aire acondicionado, su propio baño con ducha, televisión al tamaño de su ventanal sin duda un ambiente decorado con estilo y gusto, de los cuales la familia se daba el placer de tener.
Mientras tanto en otra de las habitaciones se encontraba Ángela y Verónica, desesperadas y llenas de rabia caminaban de un lugar a otro.
-Y ¿ahora mamá? Esa maldita resulta que es hija de Pedro, ella si es su hija, no que yo... yo soy solo su hijastra, por fin tiene un padre que la quiere y la trata como su princesa, y por si fuera poco también tiene el amor de Erick, esa imbécil me está quitando todo, todo mamá...
-Tranquila Verónica no todo está perdido, por lo pronto deja que esa bastarda goce de nuestras riquezas, pronto desaparecerá de aquí, de nuestras vidas...-Ángela decidida afirma con ira, teniendo un malévolo plan en mente.
Al paso de los días, en la mansión de los Castillos Bustamante se encuentra Tatiana recostada en su cama, sus ojos nublados e hinchados de tanto llorar muestran su rostro demacrado y lleno de amargura.
Un toquido fuerte acompañado con la voz de Catalina llega hasta sus oídos.
-¡Tatiana! ¡Abre la puerta! Me dijo la nana Sagrario que no has probado bocado, ¡hija abre por favor!
-¡NO-O-O! ¡Déjenme en paz! No quiero hablar con nadie, menos contigo, a ti ¡Nunca te ha importado lo que les pasa a tus hijos!
Catalina rendida y llena de cargos de conciencia, comenzó a llorar.
-Hija, por favor, necesitamos hablar, no quiero verte así, sabes que te amo y que a pesar de todo siempre los procuro y pienso, tanto a ti como a Erick.
Tatiana se sintió conmovida al escuchar a su madre doblegada, se levantó de la cama y abrió la puerta.
-¡Pasa mamá!
Y por primera vez después de mucho tiempo, Catalina hablo con ella y, sin juzgarla, permitió que expresara sus sentimientos y los sucesos que acontecían su estado de ánimo. Ella le brindó apoyo emocional, animándola y manteniéndola con la esperanza en el futuro.
-Es por eso mamá, que he decidido irme del país, quiero olvidar a Pascual, quiero comenzar otra vida lejos de él.
-Así será hija, este fin de semana te mandare con tus tías a Nueva York, allá estudiaras y seguirás tu rumbo de vida.
Con un fuerte abrazo revivieron el amor de madre e hija, sintiéndose estar siempre la una para la otra.
Al Otro día, por la noche, Isabela miraba al cielo, apreciando la cantidad de estrellas que destellaban, pero una de ellas tenía un brillo especial y cada vez que la observaba
la veía más hermosa...
- ¡Ahora soy muy feliz! todas mis tristezas han desaparecido, ya no estoy sola...
Por un momento se perdió aquella estrella, Isabela no lograba encontrarla. Al fin apareció y hablo mucho con ella, contándole todo su sentir cada que ella le hablaba y la miraba, su brillo se expandía hacia las otras estrellas, haciéndole pensar que la estaba escuchando...

De repente, tocaron a la puerta, ella dejo de contemplar y abrió.
-¡Isabela, afuera de la casa te espera Erick!- Comentaba Zulema emocionada
- ¡Hey Picara! Allá esta tu príncipe esperando –agregaba Filiberto quien acompañaba de la mano a Zulema.
Su sorpresa era el saber que esa persona tan especial que espero por mucho tiempo, había llegado por ella.
Isabela emocionada corrió de nuevo a la ventana murmurando y sosteniendo la mirada al manto oscuro de la noche.
-Gracias, por aparecer esta linda noche estrellada.
Mientras bajaba por las escaleras, Zulema y Filiberto entraron a la habitación de Isabela, preparando una sorpresa.
En segundos Isabela se aproximó a abrir la puerta, su corazón palpitaba más de lo común, sus ojos se inundaron de agria y su rostro se encendió al ver frente a ella a Erick quien vestía un traje gris muy elegante.
-¿Creíste que me había olvidado de ti estos días?
-¡claro que no! aunque si me dejaste muy olvidada, pero entiendo ¡No soy tu obligación!
-¡No! no eres mi obligación ¡ERES MI NECESIDAD!
-No bromes Erick, solo que tengo un montón de cosas que contarte.
-¡Ya lo sé! Me puse en contacto con el Señor Pedro, "ahora tu padre" y sé que te atreviste a hablar, estoy muy orgulloso de ti, y ¿Sabes qué?
- ¿Qué Erick?
-Que esta vez ya no te meteré en problemas, he hablado con él y le he pedido permiso para salir contigo.
-¿Pero Ángela y Verónica?
-¡No! esas brujas ya no tienen derecho a decidir por ti, ni a tratarte mal ¡Ahora las cosas han cambiado! tu eres la hija de Pedro y mereces que te den tu lugar. ¡Así que hoy he venido por ti!
Olvidándola de sus preocupaciones Erick la sorprendió con un ramo de 200 rosas rojas frescas y argumento.
-Escogí las mejores, cada una de ellas fue seleccionada con detalle y amor ¡Sabes son como tú, bonitas, delicadas y su aroma es tan parecido al tuyo!
Isabela sonrió, enamorada de él, esta vez no supo que decir.
-Esto aún no termina, ahora sube a tu cuarto, yo te esperare sentado en el jardín.
Sorprendida subió a su cuarto, en ella desbordaba el sentimiento de amor por Erick, Al abrir la puerta, su cuarto estaba repleto de rosas, llenaban hasta el más mínimo vacío que existía en ese lugar, sobre la cama estaba una caja plateada con una nota que decía:
"Ahora mientras lees mi nota, quizá te preguntas si no estaré un poco loco. Y no te equivocas, me he enamorado sorpresivamente de ti, por ti soy capaz de ir por la luna o las estrellas más brillantes, si así me lo pidieras, pero por ahora abre la caja y toma ese vestido, arréglate que mi pensamiento trata de arrancarte una nueva sonrisa para verte resplandecer con toda tu belleza, MI PRINCESA... ¡Las sorpresas no se acaban aquí!"
Los ojos de Isabela eran similares al brillo de las estrellas de esa noche, el sentimiento de amor ardía en su corazón, al parecer el destino estaba a su favor.
Después de la hora, Isabela con un nuevo semblante, sofisticada y elegante, vistiendo sobria y delicada, fue al encuentro en el jardín con Erick.
La perfecta combinación entre belleza y fantasía descendían de las escaleras y justo al dar paso al último escalón, Verónica encendida de coraje se posó frente a ella impidiéndole el paso.
-¿A dónde crees que vas Imbécil? –Pregunto Verónica.
-Yo no tengo porque darte explicaciones, así que mejor quítate. –Respondió Isabela segura de sí misma.
-No porque ahora seas la hija bastarda vas a cambiar, no se te olvide lo que realmente eres ¡MALDITA GATA BARATA!
Isabela suspiro, levanto una mano y sutilmente abofeteo fuertemente a Verónica, tirándola al piso.
-¡Te lo advertí! Ya no soy la misma, así que es mejor ¡NO TE METAS CONMIGO, PORQUE SABRÁS DE LO QUE SOY CAPAZ!
Verónica asombrada se quedó tirada en el piso, su mirada penetrante seguía a aquella mujer que pareciera haber resurgido.
Y así Isabela siguió su paso con una belleza no exuberante, más bien, es esa belleza angelical que tienen las mujeres bonitas. De esas mujeres a las que los pintores mueren por retratar, por intentar plasmar con sus pinceles la perfecta combinación entre belleza y fantasía.
Del otro lado de las escaleras Ángela arde de rabia al ver su cara pasar ante ella, con el vaivén de sus graciosas caderas.
Ángela levanta del suelo a Verónica, ambas envidian tener la cara encerada que alza cuando camina. Los ojos profundos que arrastran al vacío de su persona, la boca almidonada que acaricia su dentadura casi perfecta y esos pómulos armoniosos.
Entre ellas murmuran...
-¡Maldita! Disfruta tu felicidad, porque durará poco.
Y por fin Isabela llega al jardín, Erick se encuentra de espaldas arrojando unas rocas a la fuente de la casa, salpicando el verdor del jardín. Isabela toca su hombro y este voltea lentamente.  

Mi princesa: Un sueño de amor (Historia Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora