Secreto de confesión.

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  Capítulo 19. En el hospital se encontraba Isabela con Erick platicando de lo sucedido.
-¡Te juro que Verónica despertó! Parecía enloquecer cuando me miró, vámonos de aquí Erick tengo mucho miedo.
-¡Esta bien amor vámonos!
Erick e Isabela salieron del hospital dirigiéndose a la casa grande.
La noche había caído, el cielo se pintaba de gris alumbrado con terribles estruendos de los truenos, que en segundos formaban una espantosa tormenta.
La lluvia mojaba sin piedad, en la sala del hospital Ángela se encontraba con Pedro.
-¡Yo no sé porque le paso esto a Verónica! Esto debió pasarme a mí, y no a ella.
-Tranquila Ángela, todo fue un accidente en el cual, nadie es culpable.
Pedro y Ángela trataron de acercarse al cuarto donde estaba Ángela, cuando de repente el doctor los detuvo.
-Señores, según el diagnóstico, así como los exámenes médicos realizados contra su hija Verónica, han dado como resultado que padece esquizofrenia, por eso hemos decidido internarla en una clínica especial para pacientes como ella.
Pedro y Ángela quedaron sorprendidos ante la noticia, sin palabras accedían ante la petición que el doctor les había propuesto.
-¡Esta misma noche la trasladaremos señores!
-Está bien, todo sea por la salud de mi hija.- Pedro difícilmente comentaba.
Detrás de la puerta Verónica había escuchado todo, Esa noticia la llenaba de miedo, tan solo de imaginarse encerrada en un cuarto blanco, la hacía enloquecer.
-¡Yo no terminare el resto de mis días en una clínica para locos! ¡Tengo que escaparme de aquí!
De pronto unas voces perturbaban su mente, llevando las manos a la cabeza, comenzaba a jalarse el pelo, actuando al instante aseguro la puerta, mientras Ángela y Pedro seguían con el doctor.
-¡Perfecto, si están de acuerdo acompáñenme a firmar los documentos!- dijo el doctor.
Ángela y pedro siguieron al doctor hasta perderse en los pasillos del hospital, Verónica aprovecho la oportunidad, tomo una silla y la arrojo por la ventana hasta destrozarla, fue de modo que logro salir de ese cuarto.
Después se dirigió a los vestidores, enseguida se vistió con un atuendo de enfermera mientras su rostro lograba cubrirlo con un rebozo blanco que ahí se encontraba, justo cuando estaba por terminar, una enfermera llego al lugar.
-¡Usted no puede estar aquí, salga inmediato!- La enfermera sorprendida le decía.
-¡Tu no dirás nada!
Verónica se posó frente a ella impidiéndole el paso, enseguida su mirada recorrió el lugar, no había nada en el cuarto de vestidores que se pareciera un arma, hasta fijar sus ojos en unas filosas tijeras que se encontraban en un botiquín de primeros auxilios.
-¡SUÉLTEME! ¡SUÉLTEME!- la enfermera comenzaba a gritar- ¡AUXILIO! ¡AUXILIO!
Verónica tomo las tijeras que brillaban de filo, después las apretó fuertemente con su mano, clavándolas una y otra vez en el pecho de la enfermera, cada palabra que salía de la voz de Verónica, era una apuñalada que aquella mujer recibía.
-¡Tu no dirás nada imbécil! ¡No dirás nada! ¡Nada! ¡Nada...!
Fue entonces que descargo su furia y después dejó caer las tijeras en el piso con un estruendo metálico que rompió el incómodo silencio.
Verónica se estremeció de frío; tenía el camisón empapado, ella se apartó de la enfermera para admirar su asesinato. Ladeó la cabeza a izquierda y derecha, comprobando el resultado desde todos los ángulos, Verónica seguía paralizada y callada, sin atreverse siquiera a respirar.
Después expreso una tremenda carcajada diabólica acompañada de un terrible estruendo provocado por la tormenta de esa noche.
Verónica volvió en sí, llena de sangre volvió a cambiarse, después salió, dejando el lugar a oscuras.
El doctor del hospital se dirigía con los paramédicos para trasladar a Verónica, pero tremenda sorpresa se llevaron al ver que no estaba, de pronto una enfermera asustada llego al lugar.
-¡Doctor, Doctor! Una enfermera grave y herida en los vestidores tiene que venir.
El doctor asustado dio la alerta a los policías que en cuestión de segundos resguardaban el lugar tratando de buscar a Verónica.
La llovizna seguía en la ciudad, casi fina con neblina, la oscuridad de la noche era terrible, por una calle poco habitada Verónica seguía su paso bajo la tormenta, el chapoteo del agua helada pareciera no calarle.
Cubierta del rostro y a pasos lentos logro perderse en la ciudad.
A la mañana siguiente nadie sabía del paradero de Verónica, pareciera que la misma tierra se la hubiera tragado.
En una iglesia de la ciudad Ángela se encontraba, desesperada llena de culpa, corrió hacia las plegarias de Dios, posteriormente se introdujo a un confesionario, dispuesta a limpiar sus pecados llego con el padre.
-¡Ave María purísima!- pronunciaba Ángela mientras el padre le respondía.
-Sin pecado concebido, adelante hija, cuénteme que es aquello que tanto le aflige.
-Esto es muy difícil de entender padre, pero ya no puedo ocultarlo.
-Adelante hija te escucho.
Ángela trago saliva, después soltó un suspiro, y comenzó con su secreto de confesión.
-"Hace mucho tiempo en una temporada de primavera, yo contraía nupcias con un hombre llamado Santiago Ruiz, un hombre atractivo y viril, conmigo siempre se comportó atento y caballeroso logro conquistarme y caí profundamente enamorada. En mi familia la economía no estaba muy bien, Sin embargo Santiago tenía mucho dinero, con el todo estaba prometido y era posible, vivimos unos meses maravillosos hasta que empezó a alejarse de mi por el trabajo, y me vi obligada a engañarlo con uno de los empleados... Y una noche mientras yo me acostaba con mi amante, él llegaba de trabajar, descubriendo la infidelidad, Santiago comenzó a golpearme mientras mi amante trataba de escapar, en ese momento no soporte más sus humillaciones, yo tome un lámpara y..."
El padre asustado continúo.
-¿Y qué paso hija...? ¿Lo mataste?
Ángela comenzó a temblar pero siguió con su confesión.
-Si padre, yo tome la lámpara y lo golpe en la cabeza hasta matarlo, al hacer esto una de mis hijas, de nombre Verónica había visto todo, pues estaba en el ropero escondida, llena de miedo, ¡Yo la traume padre! ¡Ese trauma psicológico la llevo a convertirla en el monstruo que ahora es!
-¡Dios mío! ¡Eres una asesina hija!
-Eso no es todo padre, después con el paso de los años me case con otro hombre de nombre Pedro, sin embargo descubrí que él tenía una hija, y en busca de respuestas di con el paradero de una mujer de nombre Cristina, Ese tarde de lluvia yo viaje al pueblo del encanto, y me enfrente a esa mujer, pero al no decirme donde estaba la hija de mi marido yo vacié en su taza de té un pomo de veneno, horas después me entere que ella había muerto a raíz de un infarto provocado por el veneno... ¡Un veneno que yo le di!
-¡Dios Santo! ¡Tú eres el mismo demonio! ¡Ojala cristo se apiade de ti mujer!
-¡Ya no puedo más padre! ¡Tengo miedo que este odio tan fuerte me lleve a despertar mi locura!
-¡Que Dios nos ampare hija mía! ¡Que Dios nos ampare!
Ángela salió del lugar religioso, sin embargo su alma seguía tan oscura, tan perversa.
Con el paso de los días la calma llegaba a la casa, en especial a la mansión de los Castillo Bustamante, quien con mucha felicidad Catalina estaba dispuesta a acelerar la boda, mientras Isabela se probaba uno de los vestidos.
-¡Ese me parece perfecto! Sin duda eres una princesa.
-¡Gracias señora, también a mi gusta mucho este vestido!
-¡Entonces no se diga más! Ese vestido lucirás este sábado en tu boda.
Catalina de Castillo abraza hipócritamente a Isabela.
A lo lejos de la mansión, en el aeropuerto de la ciudad, en una de las salas se encuentra Pascual, tristemente y con el rostro caído permanece en silencio y con un boleto en mano, su destino Argentina. En minutos recibe una llamada de Ana.
-¡Pascual ya me conto Tatiana lo de la pelea en el parque, ella está desilusionada por que actuaste de esa manera, pero te sugiero que no te rindas ve búscala!
-¡No! eso sí que no, no quisiera hacerle más daño, ya no quiero lastimarla, lo mejor es que me aleje de ella.
-¿Es por la pelea Pascual?
-¡No!
-¿Entonces, que sucede pascual?
-Cometí un error, la engañe, me deje llevar por mis instintos pasionales, y la engañe con Dallana.
-¿Que? ¿Cómo pudiste hacer eso, si tú la amas?
-¡Lo se Ana, me deje llevar!
-¡No, Pascual! Tú eras el hombre perfecto, pero dime, ¿Amas a Tatiana?
-si... Con toda el alma.
-Entonces búscala, y dile la verdad, ella sabrá perdonarte.
-¡No puedo! Hoy mismo me voy a argentina mi vuelo sale en unas horas, las cosas se han puesto muy difíciles para nosotros. Me encantaría estar muy lejos con Tatiana, sin que hubiera más problemas, sin todos estos líos, en un lugar tranquilo, fuera del tiempo.
En seguida Pascual presiono la tecla de colgar, Ana rápidamente busco a Tatiana, contándole lo sucedido, se dirigieron al aeropuerto para detener a Pascual.
La bocina del aeropuerto emitió un sonido.
-Pasajeros con destino a Argentina el vuelo sale en cinco minutos.
El tiempo era crucial en estos momentos.
Minuto 1... Tatiana llega al aeropuerto con Ana mientras recuerda el momento en que pascual llego a su vida. Entonces sufre al recordar ese amor que juntos compartían.
Desesperada corre por el largo pasillo, chocando con las personas que ahí se encuentran.
Minuto 2... Pascual se enmudece, el silencio perturbador le trae el recuerdo de Tatiana y el, entregándose al amor, y la encuentra allí, en el fondo de su corazón.
Tristemente toma su maleta y se dirige a la entrada de vuelos, para emprender su viaje.
Minuto 3... "El verdadero sabor de un beso, el color real de sus ojos. Ningún hombre podrá ser comparado con Pascual, si yo llegara a perderlo"-Con ansias de encontrarlo piensa Tatiana.
Minuto 4... "Te quedarás siempre conmigo Tatiana, te guardare en mi corazón" –Pascual menciona mientras atraviesa las puertas que conducen al avión.
Minuto 5. Tatiana llega, puede ver a Pascual cruzando la puerta giratoria, enseguida lanza un grito fuerte para tratar de detenerlo...." ¡PASCUAL! ¡PASCUAL! ¡NO TE VAYAS!
Ya todo es inútil Pascual no escucha el llamado de su amada, el tiempo que minutos antes parecía detenerse ahora corría y aquel avión despegaba y emprendía su vuelo.
Una tristeza inmunda acompañaba a Tatiana, tirada en el aeropuerto, lloraba desconsolada, el perder un amor de verdad, era inevitable, una lluvia de preguntas agobia su mente.
-¿Por qué se ha ido? No encuentra ninguna respuesta. Puede que porque no las haya.
Luego suena su teléfono, un mensaje de Pascual le ha llegado.
-"Discúlpame por haberte fallado a ti y al amor, me siento impotente, para que seguir, para que continuar, decir adiós fue el mejor final, No sabía cómo decirte esta noticia, mi alma se quiebra, Adiós amor, me tuve que ir no quería hacerte llorar, no quería hacerte sufrir, los días pasaran, espero y puedas ser feliz con otra persona, gracias por enseñarme el significado de la palabra amor... te quiero Tatiana."   

Mi princesa: Un sueño de amor (Historia Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora