Annete
Yo me quedé inmóvil y en silencio.
Por más que intentaba procesarlo no lo comprendía; no comprendía bien qué había echo mal.
Lord Antoine me toma por los brazos, a la altura de los codos, con la rabia que, notoriamente, expresan sus ojos. Sospechaba de esa furia acumulada.-¡Díme ya, si les has dicho la verdad Annete!- Me grita. Sus palabras atisban en mis oídos y me duelen; aparto el rostro y observo hacía uno de mis costados con negación, aprieto los labios.
Quizá, la idea de que sus hijos supieran que su madre lo había humillado, le aterrorizaba que ellos supiesen la verdad sobre Lady Aline Horley; quizá pensarían que sería su muerte social e intrafamiliar. Le aterrorizaba la desdicha y la vergüenza que eso traería. Dudaba.
Yo no contesté.
-¡Dímelo ya!¡Después de todo, solo eres una empleada! ¡No tienes derecho a decidir nada y jamás lo tendrás!¡Dímelo ya Annete!¡¿Qué les has dicho!?
Me gritaba y yo no aguantaba, no era una sirvienta cualquiera, quería ser respetada. Reconocía que era algo impulsiva pero todos lo éramos en alguna parte de nuestra vida; cierro los ojos y los aprieto fuertemente.
-¡Suélteme!- Alzé la mano y le dí una bofetada, lo que hizo que me soltara impulsivamente.
Su rostro se desvió hacía un costado.
No creía lo que había acabado de hacer; bien, tal vez era casualidad pero se me vino a la mente una noticia que había leído cierta vez escasa, en la cual mi padre había podido comprar un periódico.
Madame Charlize deDatton, una mujer regordeta, de grandes pómulos y voluptuosa, con aires de poderío y peluca rojiza con bucles, poseía la propiedad de un burdel; ella había mandado a ejecutar a una de sus criadas al abofetearla pues les gritaba demasiado y las maltrataba. La criada había sido ejecutada en la Plaza Principal.
Ahora mi vida dependía de una absurda desición. O una importante.
Dios mío, ayúdame.
Me quedé inmóvil, por un segundo, él me miraba, con rabia posó una de sus manos, el lugar de la mejilla que yo había abofeteado. Quize bajar la mirada pero la sostuve, lo más firma que pude. Apreté los puños secretamente y me mantuve recta.
Tenía mucha verguenza, supongo que ambos la teníamos por diferentes razones opuestas; pero decidí no retractarme.
-Entienda que yo no diría nada sin su propia autorización... soy muy consciente que no soy nadie para hacerlo. Solo les dije que su madre volvería pronto, no me atreví a decirles la verdad- Le dije, antes de marcharme deprisa, como huyendo de una bestia.
***
AntoineNo podía creer lo que una simple empleada había echo. Es decir, nunca en la vida me habían abofeteado y no podía creerlo. Bien, lo admitía, Aline me había abofeteado aquella vez en que había osado reclamar a mis hijos, pero lo cierto era, que durante mi infancia había sido educado, muy firme y extremadamente bueno, tal vez demasiado ingenuo y jamás había recibido regaños o reproches.
"Mi hijo ideal" solía decir mi madre.
"Mi alumno ideal" aseguraba uno de mis tantos maestros particulares.
Así es, yo era un perfecto diez bañado en oro. Y me agradaba; el echo de jamás haber sido regañado tenía sus repercusiones emocionales en aquella bofetada, ¿había dolido? No tanto.
Mi mano, estaba apoyada sobre mi rostro en el que figuraba una pequeña zona algo rojiza; la única evidencia del golpe. Me senté en el sillón, yo pensaba profundamente en todo esto... y no me retractaría nunca de lo que había dicho, aunque admiraba en lo profundo el carácter de mi nueva institutriz.
***
AnneteDaba vueltas por mi habitación, realmente no sabía bien qué es lo que hacía. Mis pasos eran inseguros y nervisos, y equivalían a mi estado en ese momento.
-¡Dios mío!- Exclamó sorprendida Encarnación, la sirvienta que recientemente, se había convertido en mi amiga- No puedo creer que le hayas echo eso a Lord Antoine, es incríble... ¡Abofetearlo! Nadie puede abofetearlo y salir ileso, es decir... imagina lo que te espera Annete- Pensaba sorprendida y luego, preocupada, se sentó en mi cama de un salto- Estoy temiendo por tí y por tu seguridad.
-¿Crees que estará muy enfadado?-Inquirí- Sólo lo hice como una muestra de reflexión, ¡estaba gritándome!
-Pues habrías dejado que te gritara cuanto quisiera, ¿sábes lo que hacen a los criados rebeldes?¿o a personas de clase inferior que se revelan ante personas como ellos? Ellos son ricos Annete, ellos tienen mucha riqueza lo que significa "poder" y usará ese poder para acabarte.
Me cruzo de brazos y entorno los ojos, intento restarle importancia al asunto- Tus especulaciones rozan la exageración.
Ella se levantó y se acercó más a mí, puso una mano en su barbilla- Es que no son especulaciones Annete, es la pura verdad, y esa verdad no es nada buena. He visto que los castigan horriblemente o mínimamente los exilian, sus métodos son exagerados pero son bastante crueles y hay que cuidarse de no hacer nada malo. Y tú lo has echo.
Se queda mirándome fíjamente y me hace sentir incómoda- Deja de mirarme así, me pones nerviosa.
Ella se da la vuelta y cruza los brazos sobre su pechos- Estoy intentando pensar un forma de zafarte de este escándalo.
-No te preocupes Encarnación- Intento restarle interés al asunto-Quizá me eche de aquí, pero al menos me hize respetar- Sonreí melancólicamente, aunque no estaba segura de lo que me haría.
Puesto que mi trabajo me había gustado mucho, y le había tomado cariño a los niños y... debía admitirlo, admiración hacía Lord Antoine. Eso no quería decir que me agradara a los límites de querele de otra forma, ni nada parecido, pero era mi amo. Y verdaderamente le había tomado cierto cariño tanto a él como a sus hijos.
-Dios quiera que no te eche de aquí Anne... es lo mejor, has sido una buena amiga y no creo posible que Lord Antoine te corra de aquí, aunque... lo hubieras abofeteado-Me dice ella suspirando, yo solo asiento.
No tenía ninguna seguridad.
***
Mi morral estaba listo.Era muy probable que Lord Antoine no soportaría que alguien de clase inferior lo abofeteara, no lo toleraría y me echaría de aquí, por tales razones quería estar preparada para que el momento llegase y huír de allí lo más rápido posible una vez que me anunciase mi despido.
Había puesto en el morral las pocas pertencias que había traido de mi antiguo hogar. El cual había planeado vender luego de limpiarlo bien para que no quedaran rastros de la antigua enfermedad que mi pobre padre había padecido, sin embargo, ahora debía volver allí pues eran muy altas las posibilidades de que el Conde me echase de su mansión, por esas razones que en este momento, desearía olvidar.Rogaba por que los niños no me viesen, por que sería duro despedirme de ellos después de haberles tomado cariño, familiaridad. Gracias a Dios no lo habían echo, debían estar jugando en el jardín, con alguna sirvienta como tanto les gustaba.
Bajé los peldaños uno a uno, con mucha temerosidad, el morral colgaba de mi hombro y lo sostenía con una mano. Allí, al final de las escaleras, estaba Lord Antoine.
Sabía lo que venía e intentaba juntar fuerzas para no temerle.
Su rostro serio y totalmente carente de sentimientos daba a entender que no estaba feliz y su postura recta, trasmitía temor.
¡¿Qué sucedía?! ¡¿Acaso iba a burlarse y a echarme personalmente?!
***
Holaa lectores💞En multimedia,Lady Aline Horley - Ana de Armas.
Nuevo capítulo,voten,comenten y disfruten...Saludos💋
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Lord Antoine #2
Tiểu thuyết Lịch sửSegundo libro de la saga "Secretos Aristocráticos" [Completa] Lord Antoine Fontaine, un poderoso conde y un hombre duro e insensible, desde que su esposa, a la que amaba y con la que tenía dos hijos, le había sido infiel con un muy buen amigo y soci...