Tercera persona
"El amor es vida y la vida es amor, no hay nada más feliz en el mundo ni en la vida, que tener a alguien con quien disfrutarla"
La nueva y futura esposa de Lord Antoine, concluyó esta anotación cerrando las comillas, prolijas, en una minuciosa escritura para una mujer de clase media, o eso es lo que diría una solterona de la clase aristocrática.
Guardó el trozo de papel en un cajón, esbozando una pequeña sonrisa de satisfacción.
Volvió a mirarse en el espejo una vez más, y suspiró pesadamente.El color negro y brillante de su vestido, constrastaba espléndidamente con su piel blanca, llevaba joyas también negras y zapatos púrpuras. Su cabello estaba elevado en un rodete trenzado,con su propio cabello largo. Tenía un abanico oscuro como la noche y su belleza inigualable, realzaba cualquier elemento o adorno que llevara sobre sí.
Lo que aparentaba por fuera no era lo que realmente era; sus piernas le temblaban terriblemente, sentía los nervios que le carcomían hasta las puntas de las uñas y se mordía el interior del labios para disminuír la ansiedad.
Abrió la puerta de la alcoba y se retiró.
La tertulia se desarrollaba con excelencia, bajando unas escaleras brillantes y pulidas por las morenas manos de 16 sirvientes. La mujer se sentía hermosa y dichosa a la vez.
Había grandes mesas con distintivos platillos y manjares exquisitamente servidos, copas de champagne y vino por doquier. Había coloridas flores silvestres, adornando las puntas del salón, el cual estaba repleto de personas elegantemente vestidas.
Ella comenzó a descender por la escalera, bajo la atenta mirada de todos y del caballero que la esperaba abajo, vestido con un traje, levita y moño, azul marino. Una sonrisa de satisfacción adornaba su rostro.-¡Mi querida Annete Bailey!-Proclamó observándola, luego tomó su mano con delicadeza y dirijió su mirada hacía los invitados- ¡Ésta fiesta es en honor a mi futura esposa!- Exclamó Lord Antoine, al cabo que los aplausas estallaban y se oían por todo el gran salón.
Annete se encontraba totalmente feliz. Los hijos de Lord Antoine corrían por el salón, junto con otros niños hijos de diplomáticos, los lores y las damas, conversaban mientras que otros bebían o bailaban al compás de unos violines, que conformaban una pequeña orquesta de bals.
Era la mejor tertulia que había visto, y también la primera. Aunque todo parecía ideal. En su dedo medio lucía el exquisito anillo de turmalina que Antoine le había obsequiado, quizá como un símbolo de unión.
Encarnación también estaba allí, junto con otros criados, servían copitas de licor en grandes bandejas de plata, repartiendo su contenido entre los invitados.Lady Eleanor estaba presente, se encontraba en una de las esquinas del salón con una copa rebalsada de champgne, no había bebido ni un poco y en su rostro, se hallaba la cara misma de la depresión. Annete lo notó y razonó, esa era su tertulia, su fiesta, Eleanor sería su suegra y debía animarla. Annete se acercó a ella y ésta última la fulminó con la mirada.
-Mi querida suegra, anímese a bailar con uno de los tantos amables caballeros que hay en la tertulia- Le ofreció sonriendo, intento ser cortés, aunque el rostro de la otra mujer frente a ella expresara todo lo contrario.
-Yo no bailo, ni tengo intenciones de hacerlo- Le contestó Lady Eleanor con frialdad.
-¿Por qué no está alegre? Verá a su hijo feliz nuevamente, de echo ya lo está- Señaló a Antoine, que conversaba más allá, animadamente, con su amigo Robert Lauford.
-¿Cómo puedes pedirme que esté feliz?
-¿Cómo usted pudo pedirle a su hijo que perdonase a Aline Horley?- Elevó el tono de la voz intencionalmente.
Lady Eleanor se mordió el interior del labio. Calló por un momento, para luego tomarla por el brazo y acercarse a su oído- No olvides que Antoine es solo de Aline... y que ella lo sigue queriendo.
Era intolerable que su hijo vaya a casarse con una muchacha de una clase tan inferior, era bonita pero no podría llegarle ni a los tobillo a la esposa maravillosa que había sido Aline. ¿Por qué su hijo había echo tan mala elección? Bueno, no conocía en lo absoluto a la llamada "Annete" pero estaba segura de que, sería una pésima esposa. Era apenas una niña, no sabía absolutamente nada de la vida y podía afirmar con facilidad que ella no haría la felicidad de su hijo.
A fín de cuentas, ¿por qué la había elegido?
Annete se separó de ella en un brusco movimiento, no pensaba dejar que arruinara su tertulia de compromiso. Sonrió burlonamente, lo que causó confusión en Lady Eleanor que esperaba decepción por parte de Annete.
-Puede ser que ella lo siga queriendo, pero usted no debe olvidar, que Antoine me eligió a mí- Lady Eleanor bajó la vista, sin querer aceptar la cruda realidad pero dándole la razón-Y respecto a lo primero que dijo, quiero que sepa que su hijo, pasará a ser mío y yo, como su nueva esposa, pasaré a ser de él... Antoine no pertenece a Aline por que ella lo lastimó y le recuerdo, que la invitamos a esta fiesta con mucho gusto pero fue ella quien no quiso concurrir. Aún se esconde en la Mansión de Jack Alterton, muy cobarde como para salir- Respondió Annete, dándose la vuelta y marchándose hacía otro sitio del salón dejando a Lady Eleanor, totalmente desorbitada.
Annete se dirijió hasta donde se encontraba Lord Antoine, al momento de que todos alzaban sus copas a favor de los nuevos prometidos.
Annete estaba feliz y Lord Antoine estaba feliz. Según ella, era el complemento perfecto.
Eran felices, no importaba nada más, ni las habladurías ni las opiniones ajenas, todo estaba en calma ahora, rebosantes de felicidad y de buenas intenciones; pues cada uno, había logrado conquistar el corazón del otro, de manera lenta y sana.
FIN
***
Hola❤Dios, siento que voy a llorar, hace unos meses comenzé esta movela y no puedo creer que ya oa he terminado y con tanto apoyo por parte de ustedes🌟les agradezco
Los espero en la próxima novela de la serie.
Lady Amy #3,saga "Secretos Aristocráticos"💋
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¡¡¡¡¡Saludos!!!!!
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Lord Antoine #2
Historical FictionSegundo libro de la saga "Secretos Aristocráticos" [Completa] Lord Antoine Fontaine, un poderoso conde y un hombre duro e insensible, desde que su esposa, a la que amaba y con la que tenía dos hijos, le había sido infiel con un muy buen amigo y soci...