Antoine
Caminaba de un lado al otro de la alcoba, mis pasos eran inquietos y sostenía la mirada hacía distintos puntos de la habitación; digamos que ésta era la mejor manera que tenía de comenzar a pensar en las situaciones del momento y en cómo se iban dando.
Podría decir que la situación anterior me había dejado bastante anonadado, después de todo, Annete tenía razón en lo que acababa de decir y yo...bueno, en realidad no había objetado nada, no había podido expresarle lo de acuerdo que estaba con sus ideas.¿Qué podía decirle?
Bien, yo no era un gran experimentado en la materia del amor, es decir, sí me había casado pero no había estado con muchas mujeres y jamás había pisado un burdel por lo cual no me consideraba muy experto en como tratar a una mujer. ¿Debería darle la razón en todo lo que dijiese aunque no me pareciera así? Aunque la verdad era que en lo que había dicho, sí, yo estaba bastante de acuerdo.
-¡Elías!
El criado llegó haciendo toda clase de reverencias y ademanes; a continuación le pedí que escribiera una carta dirigida especialmente a la mujer que más apreciaba. Luego de ella, siempre había estado Aline.
"Mi queridísima madre"
¿Cómo te encuentras?
La pérdida y el engaño que sufrí por parte de mi esposa son enormes, la atmósfera se siente tóxica y la presión por no haberles contado a mis hijos cada día es más grande.
¿Debería? No sé si sería capaz.Quería saber si podrías venir a visitarme o a cenar siquiera; no te he visto desde hace tres meses en nuestro pequeño viaje a Ibiza y te añoro; espero que tu tan ocupada agenda tenga un lugar especial, reservado para tu único hijo. Necesito un abrazo tuyo y unas palabras de consuelo para lidiar con la pérdida.
He de decirte, que quizá no todo es malo, también tengo una nueva institutriz. Creí necesario que alguien debía ocuparse de los niños en lugar de su madre para que ellos no se sintiesen tan solos, ¿qué te parece?Ven algún día de estos y así puedes verlos y verme a mi también que según sé, soy el más afectado definitivamente. Al menos ellos no lo saben.
Espero que estés muy bien en la Mansión y que te encuentres cómoda, como siempre te envío mis cariños.Espero tu pronta visita con muchas ansias.
Tu hijo, Lord Antoine Fontaine
Destinantario:Lady Eleanor Cambridge de Fontaine.Respiro profundamente al terminar de redactar la misiva y ordeno al sirviente que la enviara de inmediato. Creo que a veces necesitaba la presencia de mi madre.
Mi madre contaba con bastantes años lo cual era un verdadero milagro de Dios.
En esta época en la que vivimos, en la que el mundo poseía eslabones tan frágiles, la mayoría de las personas fallecían por cualquier insignificante fiebre o por simples causas naturales que quizá, en unos siglos podrían ser fáciles de curar. Claro que de ser ese el caso, yo no estaría presente para verlo.Uno puede morir en el momento más inesperado y por las razones más fébriles y sencillas del mundo.
Los médicos tan solo atienden a los privilegiados, a los ricos y a las pocas personas de clase media que podían pagar por sus servicios y que contaban con un cargo público mínimamente respetado, que les proveyera algo de dinero para gastarlo en los alimentos, y en un viejo ambicioso con título mediocre.
Bien, sé lo que pensarán, pero a mi gusto, las diferencias en las clases sociales estaban bien pero la salud y el derecho a vivir es algo innegable para cualquier persona, incluso si ésta no vive de la manera más digna; de echo creo que los pobres son aquellos que más se esfuerzan en la superación y echar eso a perder por no poder pagar dos peniques a un médico corriente, es una verdadera pérdida del sentido común.
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Lord Antoine #2
Ficción históricaSegundo libro de la saga "Secretos Aristocráticos" [Completa] Lord Antoine Fontaine, un poderoso conde y un hombre duro e insensible, desde que su esposa, a la que amaba y con la que tenía dos hijos, le había sido infiel con un muy buen amigo y soci...