Annete
Observé con mucha sorpresa, el momento exacto y preciso, en que la mano de Lady Eleanor, se elevaba hacía atrás, muy probablemente, para abofetearme, pero otra mano mucho más fuerte se había interpuesto en su camino inevitablemente, para evitar la acción de la mujer.
Lo que iba a hacer no me gustaba nada, pero admito que fue divertido imaginarlo en cámara lenta.-No puedes golpear a nadie en mi casa madre- Advierte Lord Antoine, con autoritarismo.
-Ella me ha faltado el respeto Antoine-Protesta Lady Eleanor, casi en un murmullo inaudible.
-Eso no es así- Asegura su hijo, por que él había estado presenciando todo, en tiempo y lugar.
-¿La defenderás ahora? ¿Por qué? Dime la razón y yo quizá la acepte.
Su madre echaba chispas por los ojos, indignada, ofendida, me observaba con odio, mientras le arrebataba su mano a su hijo.
-Ella es solo una empleada- Agrega Lady Eleanor.
-No es sólo eso, Annete es MI empleada madre, y mientras viva aquí aún, tiene el derecho a tu respero y toleracincia, ella no ha faltado en sus modale, tan solo tú lo has echo- Objetó Lord Antoine-Tú has estado problemática desde que has llegado.
-¡¿Pues cómo no, si apenas entro y mi hijo me presenta a una institutriz a quien no solo admite en su mesa sino que además le obsequia un anillo de tal valor?! Estás completamente demente Antoine. Y luego denigras a Aline delante de esta joven, que nadie es.
-¿Por qué tengo la sensación de que sólo has venido aquí con el motivo de buscar una discusión? ¿y por qué justamente con ella?- Me señala.
El hecho de ser el tema de conversación de ambos individuos me cohíbe. No puedo pensar de manera clara y temo que esto empeore. Suspiro silenciosamente y junto mis manos sobre mi pecho; quiero hablar pero la discusión no parece permitírmelo.
El rostro de Lady Eleanor Fontaine expresaba toda la indignación que una madre podía sentir hacía su propio descendiente,causada por un sola persona que nada tenía que ver, en este caso, yo.
Simplemente no responde las preguntas que Lord Antoine le ha formulado.
Toma su chal y su sombrero, sin esperar a que ninguna sirvienta abriera, abre la puerta con la firmeza de una fiera.
-No sé que te ha echo esta mujer, parece que te ha hechizado hijo mío, pero recuerda las diferencias que separan las clases sociales, no caigas por ella- Aconsejó seriamente, mientras salía de la Mansión.
Me quedé petrificada, de algún modo, confundida, sintiéndome una intrusa por meterme en sus asuntos familiares que no tenían que ver conmigo en lo absoluto.
No sabía que debía hacer, él sólo observaba la puerta, extrañado.Me pregunté a mí misma que había querido decir la Lady con el "parece que te ha hechizado" y el "no caigas por ella"... ¿acaso la mujer había notado cierta atracción, sentimiento de protección o de... valoración?
Realmente no podía entenderlo del todo, pero quería hacerlo.-Lord Antoine- Me atreví a decir, temía que mis palabras lo molestasen en ese sensible momento- Disculpe por... esto, no quería causar ninguna pelea entre ambos, realmente esperaba que esta comida fuera en paz- Él voltea y me sonríe, melancólicamente.
-No debes preocuparte,mi madre es muy escandalosa y perseverante, crea y causa problemas por todo, asume que siempre tiene la razón a todos los aspectos de la vida y es demasiado arraigada y tradicional, no entiende nada acerca del "respeto" y eso es algo que me disgusta de ella. Pero al fín y al cabo, es mi madre y la aprecio mucho más. Pero tú no fuiste la razón de nada, ambos sabemos...- Realiza una pequeña pausa y me señala- que nada entre tú y yo va a pasar, como ella advirtió o quizo decir, por que yo interpreto perfectamente a mi madre. Así que... puedes irte a tu habitación si lo deseas- Dijo.
-Permiso- Mientras yo me iba y él ordenaba a unos sirvientes,que limpiaron la mesa, en la que estaba la exquisita cena que nadie había podido disfrutar.
***
Entré apresuradamente a mi habitación con poco aliento, Encarnación seguía en el mismo lugar en el que la había dejado, esperándome. Cerré la puerta con seguro y me paré en una de las esquina, aún estaba procesando los hechos anteriores con mucha dificultad. Comencé a quitarme el maquillaje y las joyas primero, yo sola.-¿Cómo te ha ido?- Pregunta acercándose a mí.
-Ha pasado totalmente lo contrario a lo que creía, y no por estupidez sino por altanerismo.
-Oh- Desvía la mirada.
-Ella se ha comportado de una manera extraña conmigo, no sé bien qué dije que la ofendió tanto, yo... pretendía agradarle- Expresé mientras me quitaba los zapatos de tacón y volvía a guardarlos cuidadosamente.
Encarnación no emite una respuesta.
-Ahora sí, debes contarme de esta importuna timidez hacía Lady Eleanor- Le respondí, mientras me quitaba el anillo de turmalina y lo dejaba reposar sobre una mesa.
-Bueno, es más bien vergüenza que timidez... te diré todo Annete... pero quisiera que me escuches y entiendas, no me juzgues antes de escucharme bien... - Asentí con la cabeza, tanto misterio me asustaba- Sábes que hace 2 años Lord Antoine me trajo aquí para ser su criada, no me gusta la palabra esclava. Bueno, y debes saber también, que el padre de Lord Antoine murió hace unos cuantos meses- Comienza diciendo. Tiene la mirada perdida en el suelo, además de un ligero rumor en las mejillas, ¿acaso estaba avergonzada?
-Si, algo he escuchado. Continúa- Le respondo.
-Bien- Suspiró y tomó mucho aire antes de continúar- El padre de Lord Antoine era famoso por haber tenido variedad de amantes sin que Lady Eleanor se enterase y nadie se lo dijo, quizá para no entrometerse o con la necesidad de no crear problemas pero tuvo un efecto recíproco, pues se enteró antes de la muerte de aquel hombre. Pero en fin, una vez, los padres de Lord Antoine vinieron a visitarlo aquí, por que justamente eran sus padres y venían a diario, pero esa vez, el padre de Lord Antoine me llevó a un lugar apartado de la Mansión y sin que nadie se enterara, me...- Cerró fuertemente sus ojos, quizá, recordando algo del pasado.
-¿Qué te hizo?- Le pregunté, cuando comencé a imaginar en lo peor.
Hasta que se me ocurrió la razón obvia por la que un aristócrata llevaría a una esclava a un lugar apartado, y esta criada se sienta avergonzada de contarlo a alguien más y de ver en persona a su esposa-¿Acaso te...?-Él... me violó... fue un milagro que yo no quedara en cinta- Comenta mientras se alejaba de mí- Yo no quise nada de eso, intenté gritar pero él me tapo la boca, me redujo a sus intenciones. Él me amenazó con que no debía decir nada a su esposa ni a su hijo. Esa es la razón por la que me cuesta estár delante de Lady Eleanor sin sentir vergüenza y remordimiento. ¿Me entiendes?
-Si.
La abrazé mientras las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos,me daba mucha pena verla así. Yo era bastante inútil en las consolaciones y a veces ni siquiera sabía qué se podía decir para que una persona volviese a sentirse mejor.
-¿Eso se volvió a repetir?- Le pregunté.
-Si... algunas veces más, el padre de Lord Antoine me maldecía cada vez que intentaba gritar o escapar de sus brazos pero me oprimía ligeramente el cuello- Puso una de sus manos a la altura para enseñarme- y hasta cierta vez, me desmayé y él fingió encontrarme de esa manera en el cuarto de lavado; hasta que finalmente, él murió... sé que no debería decir esto pero cuando un mensajero enviado por Lady Eleanor vino a anunciarle a Lord Antoine que su padre había muerto, de véras me alegré, yo estaba allí y recuerdo que dí un gran suspiro de alivio, por que sabía que ya no se repetiría. No suelo estár feliz por que la gente fallezca por que se trata de un muerto y conozco el respeto, pero en realidad sentí cierta felicidad de que no continuaran estos abusos hacía mí. Compréndeme, yo nunca quise ser utilizada, no quería al padre de Lord Antoine por que era horrible lo que hacía y llegué al punto de despreciarlo- Me decía, lloraba y yo solo la abrazaba.
-Si, yo te comprendo- Le dije, con tristeza- Y verdaderamente no te culpo, ese hombre muerto o vivo, era un puerco- Exclamé sin ninguna vergüenza.
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Lord Antoine #2
Tarihi KurguSegundo libro de la saga "Secretos Aristocráticos" [Completa] Lord Antoine Fontaine, un poderoso conde y un hombre duro e insensible, desde que su esposa, a la que amaba y con la que tenía dos hijos, le había sido infiel con un muy buen amigo y soci...