Tercera persona
Annete duda un poco.
Ella era bastante indecisa en ciertas ocasiones y no solo por el hecho de que las decisiones que ella tomaba nunca eran muy fáciles; más que nada, siempre pensaba que las decisiones de las personas dependían mucho de la situación en la que se encontraba.
No quería parecer una intrusa en los asuntos de su amo pero le intrigaba su divorcio, su vida y todo lo referido a él.
Ella quería saber, ¿eso estaba mal?
Todo el mundo de lord Antoine la tenía muy inmersa, sabía de sobra que ella no era alguien de importancia, ni para él ni para la sociedad, sabía que era una pequeña hormiga bajo un montón de tierra y que a su alrededor había muchos como ella; por tales razones no quería sentirse tan insegura y reconocer el hecho de que ser tan metiche no iba con su personalidad. Ella jamás se había inmiscuido donde no era solicitada su presencia y siempre había pensado mal de aquellas personas las cuales siempre estaban interesadas por la vida del otro.
Pero por esta vez, ella quería saber sobre él. Deseaba que Lord Antoine le dijese muchas cosas, que le tomara confianza aunque sabía que eso difícilmente pasaría.
-Yo... usted y su familia me intrigan señor Fontaine, no creo que tenga nada de desagradable enterarme de alguna que otra cosa, puesto que trabajo aquí- Respondió con inseguridad.
Y la justificación típica de "por que trabajo aquí" le pareció bastante ridícula en ese momento.
Era bastante tonto usarlo como un por qué para todo, y más en cuestiones referidas a su amo.-Pues yo pienso lo contrario. Usted me agrada como la figura de una empleada honrada, que yo veo que intenta representar a diario pero nada más, no olvide su lugar aquí Anne... ¿podría llamarle Anne?-Pregunta Antoine, él no debería pedirle nada a ella pero se sintió en una especie de obligación.
-Sí- Asintió Annete-... por supuesto que puede,claro que sí...y si lo desea también podría dejar esas formalidades para dirigirse a mí; nadie nos está escuchando.
Lord Antoine asintió con la cabeza, quizá por que no sabía qué contestar. Las formalidades siempre habían sido algo muy privado de él y la confianza consideraba algo reservado a sus familiares y los más íntimos con los que trataba.
Annete advirtió el silencio de Antoine y decidió retomar el rumbo de la charla- Sé que mi lugar aquí no responde a como desearía y sé también lo poco que vale, como para expresar ciertas dudas y quizá no tenga derecho a nada, pero... la curiosidad es más fuerte que el ser humano, ¿sería mucho pedir que me contestase un par de cosas?
Antoine suspira fuertemente y reflexiona.
¿Debería?
Quizá sus preguntas no fuesen tan graves y él mismo estuviese exagerando con tanto absurdo secretismo.
-Supongo que no debería, pero...- Le agradó la idea de considerarse en confianza con la institutriz- Bien, dime que quieres saber pero sé rápida y breve.
Annete asiente de manera conforme.
-El primer día que llegué aquí, le dije que uno nunca debía ser rápido ni breve, le había dicho que ningún sistema o ser humano funcionan así; no obstante pasaré esto que dije por alto- Sonrió- Quisiera saber en primer lugar, sobre su madre; Lady Aline
la mencionó y, tengo curiosidad por ella- Inquirió cortesmente.-En efecto, bien... mi madre es una mujer honrada, vive a varias calles de aquí y sinceramente, como es mi madre,le tengo un enorme afecto... tiene 53 años y es viuda, ¿sábes quien es Lady Eleanor Sherder y Cambridge de Fontaine?
-Supongo que se me hace conocido, escuché ese nombre hace poco en el mercado. Unas mujeres envidiosas hablaban de ella con mucho recelo; decían algunas cosas acerca de la compra de una piedra... la piedra de... -El nombre se había borrado de su mente por completo.
-La piedra de Mount-Louvre- Completó Antoine- Proviene de Menfis y es una de las piedras existentes más antiguas y hermosas del mundo; mi madre la compró hace unas pocas semanas y ha hecho una vitrina especial para ella. Es extremadamente valiosa y tuvo que pagar grandes cantidades de oro por ella.
Annete abrió más los ojos, bastante impresionada.
-Pues sí, de eso mismo hablaban, de la compra de aquella piedra.
-A juzgar por esos detalles, sí, podría ser mi madre.
-Además, Lady Aline lo mencionó-Respondió Annete. Al oír su nombre, Antoine hizo una mueca disimulada pero muy notoria en su rostro.
-Si, ella es mi madre- Respondió él, esta vez con desánimo
Un incómodo silencio se formó en la alcoba.
-Bien, gracias, no lo molestaré más-Aseguró Annete parándose y encaminándose a la puerta.
-... ¿Quieres preguntar algo más?-
Annete se dió media vuelta y lo observó con los ojos desorbitados.
-Naturalmente... pero, no quiero molest...- No pudo terminar de decir su frase.
-No, anda... pregunta.
Annete volvió a su posición inicial, pero se quedó parada; observando al Lord. Sonrió amablemente.
-Creí que al poderoso Conde Fontaine le gustaban las preguntas cortas y las charlas breves- Comentó de manera burlona, Antoine sonrió cálidamente.
-Supongo que dispongo de tiempo sobrante; y si a tí te intrigan mis respuestas, entonces a mí me intrigan tus preguntas.
Annete le devolvió la sonrisa-Bueno... quería saber acerca de Aline y de sus hijos, espero que de verdad no le moleste, no quiero que llegue a las instancias de despedirme o echarme por insolencia- Annete río, su dulce risa cautivó a Antoine por un breve momento.
-No... pues, no sé que quieres saber exactamente. En concreto, antes de la infidelidad de Aline, ella y mis hijos eran las tres personas que más me importaban en el mundo y también mi madre por supuesto. Consta decir que su infidelidad me dolió enormemente, quizá fue lo peor que me ha pasado después de la muerte de mi padre, un hombre valiente y muy fuerte... en fin, yo mismo la heché; se había convertido en una adúltera junto con el idiota de mi socio, de mi amigo, al cual arrojé de mi lado- Comentó Antoine, observando una pared, perdido en un pasado no muy lejano, escupiendo las palabras con una rabia concisa. Estaba perdido en sus recuerdos, tristes recuerdos que llevaba sobre los hombros.
-Debió de haberle dolido mucho... lo lamento, de verdad no quise importunar Milord, quizá ya hubiera olvidado esos malos recuerdos y yo le hice recordar eso...- Annete se puso de pie, pero antes de poder salir de la alcoba una mano se aferró fuertemente a su muñeca.
***
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Lord Antoine #2
Ficción históricaSegundo libro de la saga "Secretos Aristocráticos" [Completa] Lord Antoine Fontaine, un poderoso conde y un hombre duro e insensible, desde que su esposa, a la que amaba y con la que tenía dos hijos, le había sido infiel con un muy buen amigo y soci...