Annete
Una mano se había aferrado a mi muñeca, la sostenía fuertemente. Sentí una pequeña presión que me hizo apretar levemente los labios.
Me volteé. Lord Antoine estaba tomándome por la muñeca. Levanté una ceja instintivamente. Él libera mi mano con algo de sorpresa y suspira.
-Disculpe- Me dice él- Solo quería decirle que sus preguntas no me molestan y que nunca me olvidaré de los engaños de Aline... después de todo, fue muy grave lo que hizo y tú no me recordaste nada pues siempre lo recordé en verdad. Pienso en ello todos los días y siempre que se me vienen a la cabeza los buenos recuerdos y luego pienso en decirle a mis hijos toda la verdad y finalmente callo. Creo que son, cosas inevitables de pensar- Afirmó Lord Antoine, melancólico.
***
-Bien niños- Annete palmeó sus manos un par de veces- Ahora, procederemos a la clasificación de números- Les decía a los niños mientras ellos escribían lo que hace unos minutos les había terminado de dictar.De acuerdo con el papel en el que yo había puesto los temas que debía enseñarles, estaban las matemáticas y los números. Eso, era lo más básico para partir y luego progresar con la economía de la familia, los documentos que inquieren la contabilización de la Mansión y disfrutar los placeres inocuos de los números. La remembranza de lo numérico nunca me había agradado, ya que comprendía una difícil enseñanza y aprendizaje a la vez, siempre había preferido las letras pero era mi responsabilidad enseñarles esto a los niños.
Siempre había adorado la literatura, los libros, las letras, eso quizá vendría después y lo disfrutaría mucho más. Tendría más facilidad para enseñarlo.
-Escriban... los números son... la base de toda... situación numérica y matemática que pueda presentarse...- Comenzé dictando mientras ellos escribían atentamente, inclinados sobre sus escritorios.
Repasamos las clasificaciones de la morfología numérica varias veces; lo cual siempre se me antojaba muy pesado.
Y cuando les dije que podían reposar un poco para continuar en un breve lapso, el más pequeño de los dos me hizo una pregunta a la que yo, no sabía bien qué responder, ni siquiera me la esperaba.
-¿Cuando regresará mi madre?
Era una pregunta que todo niño haría en su situación, era lógico y por supuesto que comprensible, al menos para mí, aunque no podía decirle la verdad, no quería herirlo y suponía que no tenía el poder ni la autorización para hacerlo.
Era solo un niño, un niño era pureza e inocencia en el ser humano, la etapa primeriza de la vida y cualquier palabra mal interpretada podía derrumbar ese mundo de inocencia e imaginación y convertirla en mil pedazos. Mucho más si la noticia se trataba de su propia madre.-Tu madre regresará pronto querido-Le respondí intentando sonar con coherencia y sinceridad. Acaricié su cabello rubio y le dediqué una pequeña sonrisa.
Él solo asintió con los labios fruncidos, algo triste, y era muy comprensible.
Todo pequeño desea tener a su madre cerca, es el pilar más sólido del cual aferrarse en situaciones diversas a esas edad.
Pobres niños, la falta de su madre en sus vidas me apenaba mucho, pero contarles la verdad no era un asunto que me correspondiese a mí.***
Me encontraba en el despacho de Lord Antoine.
Quería hablarle sobre Abraham y Andrew, ya que yo temía por ellos y por su calidez emocional; temía que sufriesen.El lugar estaba equipado de una manera elegantes y sofisticada. El escritorio era una enorme pieza de madera maciza completamente pulida, un empapelado exquisito, un par de cuadros abstractos colgaban de sus paredes, una biblioteca de gran altura con varios libros de contabilidad y finanzas y una pequeña vinoteca en la cual él guardaba finos licores y caras bebidas. Todo tenía un aspecto cálido y marrón; el ambiente tenía un aroma a sándalo y habano que penetraba fuertemente en mis fosas nasales.
Pero era agradable.-Aún no sé que es lo qué es lo que te inquieta tanto Annete- Me decía él, desinteresadamente. Estaba inclinado sobre su escritorio y escribía algo en unas hojas muy atentamente, quizá una carta.
Allí comenzó a tratarme de una manera menos formal, lo cual me gustó pero no me dí cuenta en el acto.
Yo sabía que él era un hombre apuesto y seguro aunque le gustase fingir rudeza y desinterés hacia las cosas imprescindibles.
-Es sobre sus hijos Milord- Confesé. Él me miró con una preocupación, mezclada con pánico.
Se levantó de su imponente asiento de rey y se acercó a mí para quedar a una distancia casi invisible para el ojo humano.-¿Qué les ha pasado?- Me pregúnta con voz seriamente dura, como quien reprende a alguien.
-Nada señor... es decir, nada grave- Le digo, haciendo que se separase un poco de mí.
-¿Y entonces que és lo que te preocupa?
Su voz se asevera y me mira de manera fija.
-Pues...hoy me preguntaron por su madre- Comento- Me preguntaron cuándo regresaría.
-Oh, claro... no importa, eso no tiene importancia- Contesta desinteresadamente, haciendo un ademán como que regresaría a sentarse.
-¿Cómo que no tiene importancia?-Reacciono yo- Es de sus hijos de quien se trata Milord, de su desarrollo, ¿sábe lo que es la psiquis? La ciencia acaba de descubrirlo y es todo aquello referente con las emociones y el pensamiento; y han dicho que la psiquis de un niño es extremadamente delicada para su futuro. Sé que usted les ha mentido diciéndoles que se había ido a un viaje, pero eso no es cierto y no me parece correcto mentirles así.
-¿Discúlpame?- Vuelve a acercarse esta vez más amenazante, aunque yo no retrocedo, no le temo a su estúpido carácter- No tienes derecho a decirme lo que hago mal o bien con la crianza de mis hijos, hize lo que me pareció correcto y al fin y al cabo, usted solo es una institutriz.
Me reprende, sus palabras me ofenden y no me muestro muy inquieta.
-Soy la institutriz de sus hijos y me va a perdonar Milord, pero yo como tal, paso apróximadamente todo el día junto a ellos, entiendo lo que les pasa, en efecto ellos extrañan a su madre,¿quién no lo haría? Quieren verla,¿cree que usted puede reemplazarla? Ellos deben enterarse lo que su madre hizo, usted debería decirles la verdad con delicadeza.
-No lo haré de todos modos-Respondió, dándome la espalda.
-Si usted quiere a sus hijos, lo hará. Hoy me lo preguntaron y yo les contesté que...- Me detuve, puesto que sus ojos mostraron una furia repentina.
-¡¿Y tú les has dicho la verdad?!-Grita, dándose la vuelta y quedando yo tan pequeña como un hormiga que va a ser pisoteada contra el pavimento.
***
🍬Hola dulces🍫
Este es un capítulo especial❤Chris me parece muy guapo, ¿y a ustedes?
Sé que dije que actualizaría pasado mañana pero quería que sepan que pasa en este capítulo💋
No olviden comentar y votar.
Ahora sí,próximo capitulo: pasado mañana.Saludos💝
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Lord Antoine #2
Ficción históricaSegundo libro de la saga "Secretos Aristocráticos" [Completa] Lord Antoine Fontaine, un poderoso conde y un hombre duro e insensible, desde que su esposa, a la que amaba y con la que tenía dos hijos, le había sido infiel con un muy buen amigo y soci...