-Tweek...
-¿Si?
-Hoy iremos de caza.Eran las Díez de la mañana cuando ya se encontraba en la vieja camioneta de su padre, un café caliente se encontraba en un termo rojo en su mano izquierda y en su mano derecha jugaba con un pequeño gorro para el sol.
-P-Papá...- El adulto alzó su mentón, dando a entender que escuchaba a su hijo- ¿Porqué v-vamos a cazar? Y-Yo no quiero hacerle d-daño a n-nadie.- Tweek guardó silencio, las lágrimas amenazaban con salir.
-Tweek...- Su padre suspiró en lo que parecía ser la millonésima vez en el día- Creo... Más bien, siento. Que el piano te está volviendo... Un poco diferente, y no quiero que mi hijo sea tan Diferente... Por eso, creo que la caza es una buena forma para que te conviertas en un hombre.
-P-Pero yo no...
-Tweek, esto es una orden, y es una orden de tu padre - la voz dada por el adulto fue tan grave que logró asustar al pequeño rubio- así que ahora, tomarás el arma que se encuentra en la mochila, y le vas a disparar al primer ciervo que veas, ¿me oíste?
-S-Si...- Tweek agachó su mirada mientras su padre aparcaba la camioneta, habían llegado a un pequeño bosque y ambos se habían bajado del gran auto, uno con una sonrisa en sus labios y el otro con un nudo en su garganta.
Se alejaron un poco de la camioneta mientras su padre le hablaba sobre lo importante que iba a ser ese día y lo mucho que se iba a divertir.
Tweek se dedicaba a ignorar a su padre y asentir de vez en cuando, su mirada se mantenía en sus pies y de ves en cuando la fijaba en el arma que su papá le había dado.
Sus pisadas resonaban entre la tierra suelta, el pequeño rubio caminaba con un arma en mano y se preparaba para su primer día como cazador.
Tweek tenía miedo, su papá creía que el piano lo estaba volviendo demasiado afeminado y lo mandó a una tarde de caza con él. Pero aún así el pequeño rubio tuvo miedo todo el viaje por el simple hecho de pensar que debía matar a un ser inocente... Y más miedo tuvo al darse cuenta que estaba perdido.-D-Diablos...- Tweek tembló en su lugar antes de comenzar a caminar- ¿P-Papá? ¡Papá! ¡Papá!
Las lágrimas se acumulaban en sus ojos al pensar que tendría que empezar a vivir en el bosque solo, él no quería estar ahí, él quería irse a su casa y estar bajo los cariños de su mamá.
-P-Papá- Un pequeño grito escapó de sus labios, antes de sentir las lágrimas caer de sus ojos- Ngh ¡PAPÁ! ¿¡D-DÓNDE E-ESTÁS!?
Su corazón latía demasiado fuerte para su gusto, su cabeza no lograba pensar con claridad y la sensación de un sudor frío comenzaba a recorrer todo su cuerpo.
Luego, recordó a los animales salvajes, su mente recordando esos vídeos donde grandes y feroces osos atacaban a sus víctimas, y un nuevo escalofrío le recorrió al sentir pisadas tras suyo.
Comenzó a correr, con miedo de que algún animal lo atacara, su respiración volviéndose irregular mientras trataba de zigzaguear para que no lo alcanzarán aún.
Cuando se sintió demasiado agotado se detuvo, más al sentir nuevos pasos acercarse se puso alerta. Por un segundo miró su arma, y su mente le dijo que sería buena idea defenderse con ella.
Un nuevo ruido resonó a su lado y por instinto levantó el arma en modo de defensa.
-S-Sea lo que seas... P-Por favor v-vete... - Tweek trató de ahogar sus ganas de llorar- N-No quiero hacerte daño.
Un nuevo ruido se escuchó y rápidamente se giró, viendo como unos arbustos a lo lejos se movían listos para mostrar lo que había al otro lado.
Tweek, asustado apretó más el arma contra si, y sin darse cuenta esta se disparó, dejando que la bala volara en el aire y su cuerpo cayera al suelo debido al impulso del arma.
Se quedó unos segundos recostado, tratando de analizar que acababa de pasar, y cuando su mente finalmente pareció aclararse se levantó, mirando a todas parte asustado.
A lo lejos pudo ver a un pequeño ciervo comiendo de unas hojas, hizo contacto visual con el rubio antes de irse, y Tweek suspiró aliviado al ver que el pequeño animal estaba bien.
Pero su calma duró muy poco al bajar la vista y ver a una pequeña ave ensangrentada en el suelo.
-¡J-JESUCRISTO!- Tweek se levantó asustado y corrió a socorrer al pequeño animal, al acercaste vio que su pequeña patita estaba herida, y sus ojos comenzaron a cristalizarse- P-Perdona, y-yo no quería hacerte esto, p-perdón.- Tweek rápidamente comenzó a limpiar sus lágrimas, sollozando por lo bajo y temiendo por la vida del animal.
-¿Qué mierda hiciste?
Tweek se sobresaltó en su lugar, asustado al pensar que un adulto le había pillado y que incluso podrían acusarlo de un intento de asesinato animal.
Con mucho miedo el rubio se giró, asustado de ver a un oficial con las esposas listo para castigarlo como él creía merecer. Mas su sorpresa logró superar a su temor.
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La siguiente parte saldrá mañana :3