"-¿Sabes? Tú silencio duele más que mil palabras."
La mayoría de sus días pasaban de manera rutinaria, ir a clases, pasar materia, practicar en las tardes e irse a su cuarto a dormir. Nunca faltaban esas cosas en su día a día y hasta cierto punto lograba a aburrirle y estresarle.
Faltaba una semana y contando para esa presentación que tenía que hacer junto a Kenny, sus manos sudaban y su piel se erizaba de sólo pensarlo, como siempre el miedo de fallar estaba presente, y parecía hacerse más fuerte cada vez que el día se acercaba.
Pero había un momento en el que el miedo se iba, se esfumaba hacia cualquier otra parte para no molestarle en esos pequeños momentos que él pasaba en paz junto a Craig.
Parecía ser un sueño que las cosas estuvieran bien ahora, parecía un sueño que los viernes salía sin falta con el azabache a cualquier lugar.
Y justo ahora, un viernes por la tarde, su mente divagaba entre una cosa y la otra mientras se mantenía sentado en una sala de películas viendo cualquier filme y sin prestarle verdadera atención.
-La película estuvo del asco, a la próxima nos quedamos en mi cuarto y vemos algo en internet, o vemos alguna serie en Netflix, suena mejor.- Tweek asintió sin escuchar realmente al azabache, ambos caminaban en dirección de un paradero, el día estaba nublado y corría un viento que helaba los huesos. Tweek tembló al sentir el frío viento recorrer todo su cuerpo.- Tsk, no debiste haber venido tan desabrigado, idiota.
Sin alcanzar a decir nada, Craig se quitó su chaqueta para colocarla en los hombros del rubio, Tweek se quedó unos segundos mirando la chaqueta y antes de agradecerle vio como el azabache se subía al autobús sin avisarle.
-¡Agg! ¡Espérame!- Tweek se subió rápidamente al autobús y se sentó al lado del azabache, su cuerpo aún temblaba pero su mente estaba levemente molesta al ver que Craig casi lo deja solo.- E-Eres un maldito.
-Si no me subía el bus se iría- Craig se encogió de hombros y Tweek lo golpeó suavemente en el pecho- Ya, tranquilo, le había avisado al conductor que te esperara.
-Ajá- Tweek desvió la vista fingiendo estar molesto. Muy en el fondo agradecía al azabache por todos lo pequeños detalles que había hecho por él todo este tiempo, y la verdad es que todo eso le daba miedo, demasiado.
Estaba muy aterrado de volver a enamorarse.
Y Craig lo sabía, estaba consciente de que el daño que había hecho no fue superficial, estaba consiente de que el chico tardaría demasiado en volver a creer en él.
Y por eso, movería cielo y tierra con tal de que algún día Tweek vuelva a confiar de la misma manera en que confió alguna vez en algún pasado con él.
***
Kenny estaba acostumbrado a ver a su padre tirado en el sillón con una cerveza en mano y a su madre al lado de él.
Normalmente eso le molestaba de sobremanera y solía insultarlos antes de irse a otro lugar cualquiera.
Pero ahora, ahora el contexto era diferente, y una pequeña calma lograba alojarse en su pecho.
Sus padres descansaban en el sofá, si, pero porque tuvieron un día agotador. Su madre trabajaba ahora en un local como cocinera y su padre había hecho el esfuerzo de volverse chófer de autobús (dejando sólo los viernes por la noche como únicos días para poder tomar alguna cerveza) y la paga no era muy buena, pero era suficiente para todos, además que su hermano mayor trabajaba en una mecánica que pronto iba a ser suya.