18. Cosas del pasado.

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-Necesito que me digas que te gusta y que no, así podré regalarte algo por tu cumpleaños.
-Hum... M-Me gusta el café.
-¿algo más?
-Me gusta... Me g-gusta Craig...

Su cuerpo se levantó de golpe mientras miraba a todas partes aterrado, había tenido una pesadilla y su cuerpo parecía no querer salir del miedo que sintió durante la inconsciencia.

Kenny miró a su alrededor antes de ver a Tweek dormir en la cama de al lado, el chico era apenas visible gracias a que tenía la maña de taparse hasta la cabeza, todo con la excusa de que si no lo hacía moriría de frío (aunque siguieran en una época cálida)

El rubio cenizo sonrió de lado al ver a su amigo y se levantó de su cama para caminar hacia el primer piso.

Apenas llegó a la cafetera se preparó rápidamente una taza de café, y una vez lista se sentó en uno de los sillones del lugar, el reloj de la pared marcaba las cuatro de la mañana mientras él se sentaba para mirar el reflejo de la noche sobre los árboles.

Su mente aún divagaba en la pesadilla que acababa de tener, y en un leve arrebato tomó su celular y dejó un mensaje para su hermana. De alguna forma, sentía que la más pequeña se sentía sola en su casa. Sino, ¿porque otra razón la sentía tan distante?

Luego de haberle escrito guardó su celular y suspiró mientras se acomodaba en el sillón, la noche parecía ser larga, y su mente estaba demasiado despierta como para dejarlo descansar.

***

La primera noche que Bebe había pasado junto a Wendy fue incluso antes de llegar al instituto, sabía que sólo fue una noche alocada, algo que se podía repetir si la ocasión lo ameritaba. Mas no esperaba encontrarla de nuevo en su actual colegio, siendo que la oportunidad había llegado ninguna quizo desaprovecharlo.

Entre una noche y otra, Bebe le había pedido a la mayor si podían estar juntas de una manera más oficial, Wendy tardó mucho, pero finalmente aceptó.

Esa misma tarde, cuando decidieron tener su primera cita, fue la tarde más hermosa y feliz para Bebe.

Pero... ¿Fue lo mismo para Wendy?

La rubia sabía que ella tenía más cosas en la mente que sólo a una pareja, que su prioridad eran sus estudios y que estaba más preocupada de pasar su año como una buena estudiante más que cualquier cosa.

Muchas veces Bebe le proponía que tuvieran un descanso, que un fin de semana salieran juntas y se olvidaran de sus ajetreadas vidas. Pero la azabache era muy terca, y no solía escuchar a la rubia.

Y pequeñas cosas como esas, los leves rechazos, las pocas miradas y las constantes peleas hacían pensar a la rubia que quizás la azabache veía su relación como un pasatiempo.

Quería creer que no, pero la inseguridad estaba ahí, estaba apoderándose de la peor manera posible, y mientras la angustia y el miedo de una futura ruptura aparecían en su mente, las noches sin poder descansar también hacían presencia.

Entre otras de sus tantas noches inseguras, Bebe se encontró con la sorpresa de un joven rubio sentado en la parte donde ella siempre iba, el chico dormitaba mientras tomaba un poco de café, y con cierta duda, se sentó a su lado.

-Hey- Kenny alzó la vista al escuchar a la rubia y una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

-Hey- Respondió, mientras daba otro sorbo a su café- ¿una noche dura?

Sueños (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora