Su mirada estaba llena de confianza, era seria y severa, pareciera que podía intimidar a cualquiera con solo fruncir su ceño, como si fuera un asesino serial... Pero no era un asesino, tampoco era un adulto que lo estuviera reprendiendo, era un niño, de más o menos su edad, y su mirada fría e intimidante no hacía más que volver su propia mirada en una llena de miedo y angustia.
-D-Dijiste una palabra fea...- Pronunció Tweek, sorbiendo la nariz antes de volver su mirada al ave.
-Me vale lo que pienses, vine aquí por el disparo- El desconocido se acercó a Tweek para ver también al ave- Entonces tú fuiste el imbécil.
-¡N-No me digas cosas feas! ¡Y fue un accidente!- Tweek rápidamente se limpió sus lágrimas con sus pequeñas manitos, su mirada fija en el desconocido.
-No importa si fue un accidente, sigues siendo un imbécil- El desconocido tomó al ave con sus dos manos y luego miró al desconocido- Sígueme, mi mamá es veterinaria, ella puede salvarlo.
Tweek miró confundido al niño, antes de seguir sus pasos, asustado de quedarse sólo nuevamente.
-Por cierto niño lindo, ¿cómo te llamas?- Craig se acercó al rostro de Tweek, provocando que este se pusiera nervioso.
-¡Tweek Tweak! - dijo rápidamente, tratando de ignorar la mirada seria del contrario. El azabache sonrió de lado.
-Tweek, es muy bonito, me gusta- el chico tomó de la mano al rubio y sonrió de oreja oreja, mostrando que tenía un par de dientes de leche- Un gusto Tweek, mi nombre es Craig.
-P-Por favor, no me digas lindo...- Murmuró Tweek, comenzando a jugar con sus dedos. Craig frunció el ceño.
-Te diré cómo se me venga la puta gana- Craig le alzó el dedo antes de seguir caminando. Tweek le miró unos segundos, de alguna forma, su actitud ahora no le asustaba, sólo le confundía por sus palabras directas.
Durante todo el camino ambos estuvieron en silencio, Tweek tratando de calmar sus nervios y el niño a su lado manteniendo su vista en el camino y mirando de vez en cuando al ave en sus manos.
Cuando finalmente llegaron Tweek vio a un par de personas caminando de un lado a otro, y su vista se fijó rápidamente en una joven mujer cuando el azabache corrió hacia ella para mostrarle al ave y luego apuntarlo a él.
-Ese niño lindo de ahí lo mató- Dijo Craig con su dedo apuntando hacia Tweek.
-¡N-No lo maté! ¡S-Sigue vivo!- Tweek dejó de hablar cuando sintió las lágrimas nuevamente acumularse en sus ojos.
La joven mujer notó eso y se acercó al pequeño rubio para acariciar su cabello.
-No te preocupes pequeño, ahora mismo yo me encargaré del ave- La mujer le sonrió a Tweek, y por un segundo el pequeño niño sintió que esa sonrisa parecía ser un verdadero tesoro.
Su hipnotismo por la mujer acabó cuando ella entró a una pequeña cabaña de madera, siendo seguida por su hijo y posteriormente por el mismo.
-¿Y el ave se pondrá Ack bien?- Tweek se apoyó en el hombro de Craig tratando de ver al ave, que estaba siendo atendida por la madre del azabache.