Hace un tiempo...
─No sueltes mi mano.
Y aunque quisiera, no podría.
Tal y como fue instruida, la jovencita sólo se limitó a asentir pese a que la mirada de la adulta solo estuviera enfocada en el lúgubre e interminable camino frente a ellas. Luchaba por mantener su espalda erguida, aunque le era difícil caminando al ritmo de la mujer a su lado; sus pequeñas piernas en aquel pesado vestido tampoco lo tenían fácil; su brazo dolía de tanto ser tirado hacia delante y su mano soportaba la presión que ejercía ese firme agarre.
De manera disimulada, se quedó mirando dicha unión de manos entre madre e hija.
"Duele," pensó, pero no hizo ningún gesto ni dijo palabra alguna para hacérselo notar a la mayor.
Se sentía extraña, no pudo evitar sentirse así. ¿Quién podría culparla? Su progenitora estaba nerviosa, asustada, como si temiera que ella se liberara en cualquier momento y escapara de allí... Como si alguna vez le hubiera dado razones para hacerlo. Nunca fue así, ella quería creer, y por eso le resultaba nueva esta faceta de la mujer, tan... precipitada e intranquila.
Su madre era todo lo contrario a la palabra impulsividad, todo el mundo lo sabía. Siempre recta y concisa, no hablaba ni actuaba de más, no se dejaba ver si no era necesario, no trataba con la servidumbre a menos que fuera para ordenarles hacer su deber... No daba muestras de cariño a sus hijos si lo veía imprudente y los castigaba cuando lo veía justo.
Por eso, la muchacha se preguntaba qué estaba ocasionando que, por poco, le separara una extremidad del resto del cuerpo.
Simplemente iban a ver a ese sujeto... A su padre.
─Cuando estemos frente a él ─Nuevamente habló, quitándola de sus pensamientos─, limítate a responder con lo justo y necesario.
─Sí, madre ─respondió rápidamente.
─Siempre con la cabeza derecha y las manos al frente. No estrujes la tela del vestido o se arrugará, y no repiquetees el suelo con los zapatos. ¿Queda claro?
─Sí. ─Ya ni siquiera analizaba lo que escuchaba, el 'sí' salía de sus labios de forma automática.
Los pasos de la mujer se detuvieron abruptamente, haciendo que la menor la imitara, pero desprevenida y sin entender qué sucedía ahora.
─Y, sobre todo, escucha con atención y recuerda todo lo que te enseñé. ─La tomó de los hombros para luego inclinarse a la altura de ella, quedando cara a cara.
La rubia de menor estatura se vio reflejada en aquellos ojos azules tan fríos y profundos que se sentía como si estuviera adentrándose en lo profundo de un lago sin fondo... ahogándose por la presión y el miedo a fallar.
Porque ser hija de Beatrix también significaba ser como ella: la palabra error no estaba en su diccionario y la perfección era no solo el objetivo, sino todo el proceso.
No podía y no era una opción decepcionar a la que en ese momento la miraba con tanta desesperación reflejada en su rostro; porque para eso fue criada. Lo único que tenía que hacer, en esa vida que tuvo un comienzo pero que no tendrá final, era ser perfecta... por el bien de otros.
─Sé lista, Erika.
¿Lo era?
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She's Gold (Diabolik Lovers Fanfic)
FanfictionFanfic del juego/anime Diabolik Lovers. Todos los personajes basados en este menos la protagonista/heroína creada por mí especialmente para la historia. Primer fanfic sobre animes que hago, disfruten... Yui lleva meses en la mansión Sakamaki, pero u...