III

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No hay palabras, ni mucho menos una mirada que reciban a las dos jóvenes cuando las puertas se abren. Solo seis chicos, o eso aparentaban ser los de su especie, parados o sentados en los sillones alrededor de la sala.

Lo que parecieron horas de silencio y tensión entre todos, fueron segundos hasta que unos ojos carmesí se clavaron en la muchacha al lado de Yui.

─Debo de considerar tu visita algo singular.

Ante las palabras de Reiji, Yui se sintió entre aliviada y curiosa. No había dejado pasar a una desconocida, o algo mucho peor, pero si no era una extraña para los hermanos, el resto de sus opciones eran incluso mucho más increíbles.

La joven nunca había dejado de sonreír, parecía que tenía congelado los músculos de la cara y solo movía los labios para hablar.

─Supongo que así es. Ha pasado un largo tiempo, ¿verdad?

─Casi 10 años. Te creíamos muerta. ─La mirada del único participe de la conversación era severa, ponía los nervios de punta a la humana, aún más cuando se dirigió hacia ella─. Y te atreviste a entrar como si esta fuera tu casa, sin tocar.

Recibió la indirecta claramente; estaba en problemas.

─¿No lo es? Creí que nada había cambiado, solo tomé unas largas vacaciones y estoy de vuelta. ─Yui se dio cuenta que la chica más alta le dio una ojeada─. Ella no tiene la culpa del error que cometí al no ser educada y avisar mi llegada, yo le insistí en dejarme pasar.

─Me encargaré de ella luego. Ahora tú… ─El pelinegro se puso de pie y comenzó a acercarse al par de mujeres. A este punto, el resto de los cinco observaban fijos en esa misma dirección─. Erika

Yui saboreó esa palabra en sus labios. Ya podía ponerle nombre a la extraña que la interrumpió en sus quehaceres, uno demasiado hermoso igual que su rostro.

─¿Sí? ─Esta sonrió más ampliamente al ver que una mano de Reiji se acercaba peligrosamente a su cara. Yui miró sorprendida la caricia que se posó en la mejilla ajena, no creyendo tal acto dulce provenir de aquel chico de ojos rojos...

─Eres tú de verdad.

Aunque los rostros de ambos seguían imperturbables, los ojos de la fémina se suavizaron al oír aquello.

─Estoy en casa, hermano.

"Hermano…"

Yui abrió los ojos ampliamente, retrocedió del par unos pasos y chocó con una cómoda, las decoraciones sobre esta temblaron pero no llegaron a caer. Pero poco le importó a ella, que veía perturbada a la joven ya no tan misteriosa.

Reiji viró la cabeza en su dirección, con gesto reprochable.

─Por favor, retírate, antes de que causes más problemas y para que podamos hablar en privado con nuestra hermana.

"Es su hermana… Es una de ellos."

Yui tardó en reaccionar, pero cuando pudo sentir el control de sus piernas no tardó en salir de ahí para digerir la noticia de una nueva hermana, de otro Sakamaki.

─Pobrecita, está traumada. ─Erika la vio alejarse, dándole pena su reacción.

─Ahórrate tus palabras, no debe interesarte su situación. ─La presencia cercana de su hermano dejó de sentirse, y al volver a posar sus ojos al frente, notó seis pares de estos en ella.

─Bueno, tendrán mucho que decirme, viendo sus caras.

─Sólo eres una molestia que ha vuelto de la muerte, no te creas importante. ─El segundo valiente en hablar, no fue nada más que el trillizo menor y de mirada afilada.

─Como era de esperar, insultos de parte de mi hermano favorito. ─Irónica, sonrió levemente─. También te extrañé, Ayato.

─Nos debes una explicación, Erika. ─Reiji tomó de nuevo la palabra─. Puedes decirla ahora y así cada uno podrá volver a sus actividades.

─Tan fríos… Bien, está en su naturaleza, no debería sorprenderme. ─Se acercó al grupo unos pasos, para enfrentarlos más de cerca. Suspiró y se mantuvo neutra al verlos─. Al fin me recuperé de mi enfermedad, esa fue una de las razones por las que me fui. Ahora estoy aquí. Aún así, si están molestos porque desaparecí estos 9 años, deberían recordar que nuestra despedida no fue muy normal, me odiaban en ese momento, y supongo que todavía deben de seguir enojados. ¿Me equivoco?

El silencio fue su respuesta.

─Extraño, todo lo es… ¿Cómo dices que te recuperaste?

─Esa persona al fin pudo encontrar una cura.

─Bien, el que esté conforme con lo dicho, puede retirarse.

Ante las palabras del segundo hijo, todos despertaron de sus mundos. La sonrisa gatuna de Laito y los ojos fríos de Subaru fue parte de la bienvenida que recibió la joven antes de verlos desaparecer frente a sus ojos, Ayato y Kanato desaparecieron sin hacer nada.

─Yo iré a preparar una habitación. ─Reiji los siguió luego de eso.

Mantuvo la vista en un punto cualquiera de la pared frente a ella, luego sonrió y miró al único que aún no se había marchado.

─Me pregunto… ─Se paró frente al sillón donde estaba recostado la figura esbelta del hijo mayor de los Sakamaki. Su hermano de sangre─. ¿Por qué no les dijiste que vendría… Shuu?

Los ojos del nombrado se abrieron; un frío océano azul enfrentó el dorado de Erika.

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She's Gold (Diabolik Lovers Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora