She's Gold (Diabolik Lovers Fanfic)

VII

No dijo nada para responder a la acusación de Ayato, ni ella sabía cuan falso o verdadero era lo que decía. Por ello, solo lo observó, esperando a que continuara, porque sabía que tenía mucho más que reprochar. Él fue siempre, entre todos, el que mantenía energía suficiente para estar discutiendo con ella durante horas.

─Y ahora piensas que puedes volver y hacer como si nada hubiera pasado, confundirnos de nuevo y, lo más probable, burlarte de nosotros junto con esa persona, porque eres ese tipo de mujer despreciable.

─No estoy aquí para producirte tal confusión, Ayato, no manejo tus emociones. ─Entrecerró su mirada, con molestia por hacerla responsable de algo que no tenía que ver con ella… Suficiente era el peso que ya acarreaba.

─¿Segura? ¿No te era satisfactorio jugar a profesarnos amor a todos nosotros para ver como estábamos dispuestos a todo para cumplir tus caprichos? Deja de actuar inocente y admite que solo nos veías como otros de tus juguetes.

─Si realmente esa fue mi mentalidad del pasado debo haber sido una niña demasiado perturbada, ¿no te parece? ─Sonrió desvergonzadamente.

─Tú…

─“Claro, yo, una niña de 9 años, me divertí con ustedes. ─Lo interrumpió antes de que tomara la palabra, pronunciando las siguientes palabras con tanto sarcasmo que resultaba un teatro griego─. Actué y fingí que esos seis niños ingenuos que se suponen eran mis hermanos me caían bien, solo porque esa persona me lo ordenó y yo, su hija mimada, su princesa, debía obedecerle para mantenerlo feliz y que no me ignore como a sus hijos varones. Así que hice lo que me pidió, hacerlos sentir a todos queridos, a falta de amor de madre, y luego pisoteé sus orgullos cuando tomé la elección más fácil y conveniente para mí, para más tarde huir y reírme de todos sin excluir a uno…” ¿Eso querías oír, verdad? ¿Estás tranquilo ahora? Si mentir así te pone feliz, con gusto lo haré, es lo que se me da mejor según todos us-

─¡Ayato! ─El grito de Yui fue una advertencia tardía porque de un momento a otro Erika se vio aprisionada contra una pared y una mano rodeaba su delgado cuello. Una ligera presión se sintió posteriormente.

Enfrentó ese furibundo par de ojos, con aquel verde que de alguna forma le desagradaba. No había duda en ellos, solo ira contenida que comenzó a ser liberada.

─Tú ─repitió─, vil serpiente, no quieras parecer la víctima aquí. Todo lo que acabas de decir, lo hayas dicho en serio o no, es lo que realmente pasó. No quieras excusarlo con la edad, porque eso no es impedimento para las marionetas de esa persona. Jugaste con nosotros porque eras un peón privilegiado para él, te dejaste manipular tan fácilmente. Tu cobardía de aquella vez... ─La mano se deslizó de su cuello, pero Erika no se dio cuenta porque su atención estaba volcada en la mirada del otro, la cual empezaba a temblar, como si ella también perdiera su fuerza junto a las palabras que eran dichas─, tu desconfianza en… ─y dejó la oración en el aire.

El joven se apartó de ella como si fuera la peste y chasqueó la lengua, irritado por su lamentable acto de debilidad. Esperó alguna palabra por parte de la vampiresa, pero solo recibió su ignorancia… Eso no ayudó en su intento de apaciguar el odio.

─Perdona esto, Yui, te hemos asustado. ─Erika se dirigió a la espectadora de semejante pleito, con una sonrisa apenada─. Ayato y yo seguiremos nuestra conversación en otro lado.

─No hay nada que seguir hablando… ─Harto ya de tratar con ella, lo único que deseaba era salir de ahí─. Solo te quiero lejos de aquí. No sé para qué has vuelto, pero puedes marcharte por donde viniste. Tu sola presencia molesta a todos, ¿entiendes? ─De repente, una idea vino a su cabeza. Erika pudo notarlo cuando una sonrisa apareció en el rostro de su hermano. Se preguntó qué estaría pensando, sin realmente querer saberlo─. Pero si insistes en quedarte… ─Se acercó a ella a medida que hablaba─, quizás pueda dejarlo pasar si no eres más que simple alimento para mí, uno de tan baja categoría que serías menos que esa humana.