XVIII

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[Well, no puedo creer que me haya tardado tanto tratándose de Shuu aka mi favorito... Fue una lucha corregirlo hasta que me convenciera del todo. Me disculpo por la tardanza.]

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Una vez la llamada fue finalizada por esa persona, Erika permaneció con el teléfono aún en mano, procesando todo lo que él y ella habían dicho en tan pocos segundos. Se comenzó a sentir frustrada, como cada vez que trata con su padre y su personalidad retorcida que no causa más que lagunas en su cabeza.

No fue hasta unos segundos después que devolvió el aparato a su lugar, de una forma brusca y ocasionando un ruido estruendoso en consecuencia.

—No pareció ser una agradable charla.

Volteó en respuesta a esas palabras, encontrándose a un Shuu aún recostado boca arriba y con los ojos cerrados. Por un segundo había olvidado que estaba acompañada, y la alivió saber que era así, decidiendo enfocarse en aquel rubio y no más en su padre.

—Padre no fue nunca fácil de tratar. —Sonrió con sorna—. Te manda saludos, aunque supongo que no es algo que te interese.

—Me conoces bien —murmuró él.

El silencio volvió a estar entre ellos, lo que causó que Erika riera internamente por aquel momento incómodo. Era difícil mantener una extensa conversación con Shuu, es algo que había notado desde que llegó.

Sin lugar a dudas, podía afirmar que su hermano mayor era, de todos, quien mostraba un gran cambio a comparación del niño angelical y juguetón que solía ser en el pasado. Físicamente, seguía siendo él, Shuu, quien tenía un esponjoso cabello claro y unos ojos que asemejaban ser dos brillantes zafiros, pero...

—¿Qué me miras tanto? —Erika alzó la vista, encontrándose con aquella mirada azul ahora fija en ella—. ¿Qué? ¿Te gusto?

No captó enseguida la pregunta, confirmando lo que previamente estaba divagando... Y sí, pudo ver que tenía razón. Los ojos que en el pasado resguardaban celosamente una chispa de inocencia ya no lo demostraba más. Erika solo vio la misma gélida y rendida sensación que alguna vez la progenitora de ambos había detonado. Una muy mala sensación que le causaba escalofríos.

Volvió a la realidad, analizando lo último que habían salido de los labios ajenos y arrugando el entrecejo por eso; al menos sí parecía dispuesto a molestarla cuando tenía humor para ello.

—Bueno, déjame pensarlo. —Se tomó el atrevimiento de recostarse a su lado, de costado, para poder observarlo—. Supongo que te encuentro algo atractivo, por algo una vez quise casarme contigo. —Le siguió la corriente, después de todo, era una buena distracción lo que necesitaba en ese momento y debía aprovechar que él había hablado primero.

—¿Fue por eso que me elegiste? Suena muy superficial en ti, Erika. Se supone que era una decisión importante, debías escoger a un buen rey. —Ella pudo sentir que se adormecía con solo escucharlo hablar tan serenamente a pesar de que se estaban molestando entre sí.

—Oh, tenía en cuenta eso también. Vi cómo madre te educó de cerca, ¿no? Estoy segura de que sigues siendo muy capaz de convertirte en uno, no estaría preocupada si Yui te eligiera. —Lo próximo que hizo fue cerrar los ojos, relajándose por la posición cómoda que había adoptado, pero cuando no escuchó una respuesta ajena, levantó nuevamente los párpados. Solo atinó a retroceder de la sorpresa cuando vio el rostro de Shuu a centímetros de ella.

She's Gold (Diabolik Lovers Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora