VI

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Laito … ─Moduló aquel nombre con advertencia sobre ella, previniendo lo que planeaba el pelirrojo con sombrero de fedora.

─¿No es así? ─La mirada verde esmeralda se clavó en la dorada de ella, demasiado cerca para su gusto─. Es malo pensar que una dama como Erika pudo haber mentido alguna vez, y más a sus hermanos, a quienes juró amor uno por uno… ─Cuando menos pudo notarlo, estaba aprisionada bajo el agarre del trillizo mayor, incapaz de alejarse o apartar el rostro enfrentado al de él─. Quizás vino aquí para reanudar lo nuestro, me haría feliz si ella quisiera revivir aquellos momentos… Porque aunque Shuu pudo ser tu primera muestra de dolor, pero conmigo experimentaste muchas otras cosas, ¿recuerdas?

No respondió, en cambio se limitó a no hacer nada, mostrándose impasible ante el chico y sus palabras.

─¿No vas a decir nada? Voy a tomar el silencio como una respuesta beneficiosa, Erika.

Se había acercado tan discretamente mientras distraía con su labia que Erika sintió apenas un roce en sus labios antes de poder darse cuenta de la situación y apartarse bruscamente para que no llegara a otra cosa.

En ese instante recordó la presencia de su compañero de dulces, cuando sus miradas se encontraron; la de ella desprevenida, la de él colérica.

─Realmente desagradable… ─susurró este.

─¡Espera, Kanato! ─exclamó al prever la acción del peli-lila, pero ya era tarde cuando al parpadear no lo vio más en la habitación─. Tú… ─Exasperada al imaginar lo que estaría pensando quien la abandonó, se volvió hacia el otro joven vampiro─. Eres despreciable.

─Ah, qué hermosa reacción ─soltó entre suspiros─. Creo que la nueva Erika me divertirá más que la inocente y tonta niña de hace 9 años.

─¿Qué pretendes? Si buscabas que tu hermano me odiara más de lo que ya lo hacía, felicidades.

Laito sonrió mientras salía de detrás del sofá en el que se sentaba su hermana para sentarse a su lado, con poca distancia entre ellos.

─Bueno, esta casa era aburrida desde hace un tiempo, pero ahora que estás de vuelta, mi diversión está asegurada… ─De nuevo, precipitó su rostro al de la rubia, quien se alejó ligeramente con pocas ganas de caer en lo mismo─. Eso es, tus rechazos siempre me han emocionado más que cualquier otro… La princesa Erika es digna de nadie, y sin duda lo deja en claro, ¿verdad? Eso decían de ti en los bailes donde miradas lascivas no dejaban de perseguirte a pesar de que eras solo una niña. Desde tan temprana edad mi querida hermana encantaba con su belleza y ella era tan pero tan educada que cruelmente rechazaba haciéndose la inocente… Yo siendo una más de las polillas embelesadas por tu luz.

Erika enarcó una ceja y una inevitable sonrisa se formó en su rostro.

─No has cambiado nada, por lo que veo… ¿Intentas encantarme con tus versos? Porque me sé todos tus juegos con ellos.

─Oh, tranquila, hermanita… ─La fémina bajó la mirada al sentir algo posarse en su pierna, justo en la zona que el vestido dejaba al descubierto─. Este tiempo que te ausentaste me dio lugar a experimentar varias cosas y conocer otras. ─Nuevamente necesitó alejarse del chico, pero la presión en su pierna era más poderosa de lo que pensó, imposibilitándola de escapar─. No sabes cuánto ansío mostrarte todo lo que he aprendido…

─Qué ocurrencias tan graciosas, Laito. ─Empujó levemente al muchacho fingiendo un gesto juguetón─. Lo que me recuerda las cosas realmente chistosas que me decías de niña. Siempre me pregunté de dónde sacaste esa descarada actitud tuya… hasta que conocí a tu madre, claro. ─La mirada de él cambió de repente ante la mención de esa mujer, Erika consiguiendo distraerlo para zafarse de su agarre─. Bien, ya que mi tiempo con Kanato fue arruinado por ti, me retiro.

She's Gold (Diabolik Lovers Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora