II

1.6K 162 1
                                    


─Cómo… ¿cómo es que sabes mi nombre?

Se encontraba aturdida. Hacía varios segundos que quería huir de allí, pero su cuerpo no respondía a sus pedidos. Se encontraba en el suelo, completamente acalambrada y con la desconocida de pie ante sus ojos. No podía apartar la mirada de aquellas dos joyas doradas que tenía como iris.

─Tranquila, no voy a hacerte daño. ─Aunque lo decía con el rostro sonriente y hasta cálidamente, la inquietud no desapareció así de simple─. Para que estés segura de que soy de confianza te diré que conozco a los chicos que viven aquí… ─La joven se volvió a inclinar, esta vez enfrentando a Yui─ …y lo que son en realidad ─susurró, aunque no hubiera nadie más que ellas alrededor.

La afirmación, sin embargo, no podía dejar a la humana menos tranquila de lo que ya estaba… Si esa extraña sabía la verdadera naturaleza de los Sakamaki, entonces eso solo podía significar una cosa y solo una cosa: esa mujer no estaba fuera de ser especial.

─Y bien, sí… ─Yui alzó el rostro, no habiendo notado que estaba analizando las opciones con la vista en el suelo. Ahora la de cabellos más largos le dedicaba una pequeña sonrisa. Parecía incomodada─. Yo soy igual a ellos ─respondió, como si hubiera leído su mente.

Tuvo que retener el aire sintiendo nuevamente el miedo creciendo en sí.

─Pero no temas, lo digo en serio... ─Dicho aquello, extendió una mano frente a sus ojos temblorosos, buscando que ella lo tomara.

Se encontraba vacilante, pensando sus pocas razones para hacerlo o para no hacerlo… Pero al final de cuentas, no tenía opción con su cuerpo congelado en aquella posición.

Tomó su fría mano, pensando qué conllevaría haber confiado en ella.

~•~🌟~•~

La puerta cada vez se hacia más grande frente a ambas. Ella contaba los pasos mientras se dirigían a ella.

¿Era una buena idea dejarla pasar? ¿Me matarán ellos si dejo que esta desconocida se adentre? Eran ese tipo de preguntas las que se repetían a mil por hora en su cabeza, imaginando que al otro lado ya se podían encontrar ellos listos para culparla de hacer algo contra las reglas.

─No ha cambiado nada…

Aquel murmullo la devolvió a la realidad y viró la cabeza para ver a la joven unos centímetros más alta… Esta sintió su mirada y le dio una disimulada ojeada.

─¿Pasa algo? ─preguntó volviendo a sonreír. Yui se preguntaba qué relación mantenía ella con los vampiros que vivían en la mansión para no verse ni un poco intimidada.

─¿Ya habías estado aquí?

No sabía por qué, pero pareció que la pregunta la tomó por sorpresa. De todos modos, quedó sin respuesta al llegar a las escaleras del pórtico.

Rápidamente, la chica sin nombre tomó de otra forma el equipaje que llevaba –y que Yui no había notado hasta que empezaron su camino a las puertas de la casa–, con mucha facilidad logró cargarlo hasta el último escalón.

─Ah, deberían hacer desaparecer estas escaleras de una buena vez.

Aunque desprendía un aura brillante y amigable, Yui no dejaba de ver cada uno de sus movimientos con sumo detalle... Las dudas volvieron a ella cuando tomó el picaporte de la gran entrada.

─Está bien, Yui, no te pasará nada si me dejas entrar… ─Sentía escalofríos cada vez que oía su nombre salir de esos labios─. Te lo prometo.

Y no fue por sus palabras, no fue porque decidió confiar en ella… Solo fue el más primitivo de sus instintos accionando para empujar las puertas, citando el dicho que sea lo que Dios quiera.

Para su sorpresa, no hubo recibimiento, al menos en su forma literal… Un espíritu familiar* estaba allí para tomar las pertenencias de la muchacha y desaparecer tan rápido como se pudo, tal y como lo había vivido Yui el día de su llegada.

─¿Estás acostumbrada a eso? ¿Cuánto es que llevas aquí?

─Tres meses, creo… ─Enseguida se quedó pensando en su propia respuesta─. La verdad es difícil estar atenta al tiempo viviendo con… ─Se detuvo abruptamente al encontrarse con el rostro serio de la otra─. Quiero decir, mis pensamientos están en otro lado.

─Es entendible. ─Nuevamente esa sonrisa que mostraba su incomodidad ante una verdad─. Donde se suelen reunir... ─murmuró luego de unos minutos de silencio en el que se sumieron ambas─. Es el salón de siempre, ¿verdad? A la derecha. ─Solo afirmó con la cabeza para contestarle.

La siguió desde atrás una vez ésta comenzó a dirigirse hacia el lugar nombrado, a una distancia considerable. Reparó que, siendo que el espíritu familiar estaba en el vestíbulo, era claro que los hermanos ya sabían de la visita… Pero se preguntaba si debía considerarlo un recibimiento pacífico o solo un segundo más de paz antes de desatarse la verdadera tormenta.

Sólo tenía claro que, al cruzar las puertas al sala de estar, cambiarían las vidas de todas las personas que allí residían.

.
.
.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
She's Gold (Diabolik Lovers Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora