Capítulo 1

379 25 6
                                    

Antes de empezar a leer, déjame agradecerte de antemano por darle la oportunidad a esta historia. 

Y abusando un poquito de tu generosidad, te pido que no te olvides de seguirme, tampoco de votar los capítulos y recomendar a tus amigos que lean mi obra. 

Gracias, gracias, gracias. 

***

Estoy sentada en una de las bancas de la terminal de autobuses, un poco aburrida y cansada de tanto esperar, cruzo las piernas de un lado a otro, tratando de estar lo más cómoda posible. El calor en esta ciudad es insoportable. El reloj que está arriba de la ventanilla de la taquilla, marca las 5pm, falta media hora para que nos permitan abordar el autobús. Experimento una punzada nerviosa en mi estómago y miro el equipaje a un lado de mí, 19 años, toda mi vida, empacada en una maleta que no me llega ni a la cadera. Mis ojos se empiezan a llenar de lágrimas y parpadeo rápidamente para disiparlas.

Busco algo en que centrar mi atención, al otro lado de la terminal, una muchacha habla coquetamente por su celular, lleva dos maletas mucho más grandes y más retacadas que la mía, me pregunto si también esperará el mismo autobús que yo, o si llevará también el mismo destino. La observo cuidadosamente, es una morena, de pelo negro, largo y lacio, además de bien cuidado, su entallado pantalón de mezclilla, muestra unas pronunciadas caderas y el escote de su blusa de tirantes deja ver unos voluminosos senos, es bajita, pero lleva unos tacones altos que seguramente le ayudan a disimular su estatura, es muy bella. Los hombres que pasan a su lado, se la comen con los ojos, ella los ignora y sigue hablando, de vez en cuando se queda observando sus uñas, las lleva muy largas y de un color nada discreto, más bien exagerado para mi gusto.

No puedo evitar hacer una comparación entre ella y yo, miro mis largas piernas, una sobre la otra, y mis pies que calzan unos cómodos tenis deportivos, mi pantalón de mezclilla, que aunque no está tan entallado, tampoco oculta la forma de mi delgado cuerpo, no soy voluptuosa como la morena, pero tampoco puedo quejarme, la naturaleza me ha agraciado con una buena figura, miro mi playera un poco suelta, nunca me ha gustado usar escotes, mi cabello es más bien castaño con reflejos dorados y es largo, siempre me he quejado de los rebeldes rizos que se forman en las puntas, por lo que regularmente lo traigo recogido en un chongo, hoy no es la excepción. Mi mirada va de ella a mí, yo no voy maquillada, no es que no lo haga, pero dados los últimos acontecimientos, no he tenido ánimos de hacerlo y mis uñas, son un desastre.

Llego a la conclusión de que debería de preocuparme un poco más por mi aspecto. Busco en el fondo de mi bolsa un espejo y casi me asusto al mirar a la extraña de tez blanca y demacrada que me regresa la mirada en el reflejo. Mis ojos claros, no tienen el brillo que los caracteriza y las pequeñas pecas que normalmente adornaban la parte alta de mis pómulos, han sido ocultadas por unas horribles ojeras. Guardo rápidamente el espejo.

En el altavoz se escucha el llamado a los pasajeros que van a abordar el autobús 804 con destino a la ciudad de Tijuana. Menos mal, es el mío. Es hora de dejar todo atrás me digo al sentir una punzada en mi estómago. Es hora de buscar un nuevo comienzo Emma, no te acobardes, me digo tratando de convencerme. Tomo una bocanada de aire y me pongo de pie para abordar el autobús.

***

Estoy acostada en mi cama, dormida, cuando percibo cada vez más fuerte el aroma del café recién preparado por mi abuela, sé que es hora de levantarme, aunque no puedo recordar que día es, ¿tengo que trabajar hoy? Trato de hacer memoria, mientras repito una y otra vez, por favor que sea domingo. Abro un ojo para ver el reloj sobre la mesita, pero el reloj no está, abro totalmente mis ojos y trato de escudriñar la habitación, pero todo está oscuro.

Un Ángel para Emma 1era Parte ✓✓ (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora