Capítulo 18

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-Ya deja de mirarme así- le pido a Ángel.

-¿Cómo?- me pregunta él.

-Como si en cualquier momento me fuera a desbaratar. No va a suceder, ya hace una semana que pasó- le digo, refiriéndome a lo que vivimos el día de mi cumpleaños. –Estoy bien- le digo por enésima vez.

Él está acostado en la cama. Yo acabo de salir del baño y me preparo para dormir. Ha sido una semana agotadora. Desde que empecé mi entrenamiento con Lety apenas tengo tiempo para pensar en nada, me gusta mantenerme ocupada. Lo que no me gusta son los moretones que me han salido por todo el cuerpo, gracias a las primeras clases de defensa que me está dando ella.

-Ven, acuéstate, te voy a dar un masaje- me dice dulcemente. Yo le obedezco y me recuesto sobre la cama. Sus manos me recorren por todo el cuerpo, con ternura, con cuidado, como si yo fuera algo frágil.

-¿Se notan mucho los moretones?- le pregunto.

-Voy a hablar con Lety, que le baje la intensidad al entrenamiento- me dice.

-¡No! De eso se trata, tengo que aprender, si me trata con cuidado nunca lo voy a hacer- le argumento. –No le digas nada por favor- le pido.

-Está bien- acepta.

Esta semana ha estado extremadamente dulce conmigo, no es que me moleste, pero él no es así, me pregunto si estará tratando de compensar algo.

-¿Por qué es tan importante para ti el entrenamiento?- me pregunta.

-Ya te dije, quiero aprender a defenderme- le respondo.

-En caso de que yo no pueda hacerlo ¿Cierto?- me dice y puedo notar la tristeza en su tono. Me volteo para encararlo.

-¿Por qué dices eso?- le pregunto.

-Lamento mucho no haberte protegido Emma. Yo te quería mantener fuera de todo esto y ahora eres cómplice de tres muertes y perseguida por Chegoyo- me dice apesadumbrado.

-Yo no te culpo Ángel, ni a ti ni a tus hombres- lo trato de tranquilizar. –Es como tú me dijiste una vez, esta vida es mi destino y tengo que aprender a aceptarla- le digo.

-Esta vida te la impuse yo. Si tan solo te hubiera dejado en libertad en cuanto te recuperaste- se lamenta.

-Deja de culparte, tú me salvaste. Le tomó a Chegoyo tres meses para dar conmigo, aun estando encerrada en este lugar- le digo. -¿Cuánto tiempo crees que le hubiera tomado si hubiera seguido por mi cuenta?- trato de razonar con él.

-Probablemente tengas razón- me dice poco convencido.

-No, no probablemente. Tengo razón- lo corrijo. –Dilo, tienes razón Emma- le pido, él pone los ojos en blanco.

-Tienes razón Emma- repite sin ganas. Yo lo atraigo hacia mí y lo abrazo. –No sabes el pánico que sentí cuando no te vi dentro de la camioneta, pensé que alguien te había llevado- me confiesa. –Fueron los segundos más terribles de mi vida- agrega. –Te amo Emma, eres lo más importante en mi vida- me dice y yo siento que mi corazón se va a salir del pecho, es la primera vez que dice que me ama.

-Yo también te amo Ángel. La única razón por la que salí de esa camioneta es porque no soportaba la angustia de no saber si estabas bien- le confieso, él me mira con ternura y me besa dulcemente.

Esa noche hacemos el amor, pero se siente de una manera diferente, porque no nos dejamos llevar por la pasión, somos dos seres dispuestos a entregar todo por el otro, dispuestos a renunciar a lo que somos por el otro, esa noche entiendo por fin que mi vida sin él no tendría sentido y él me hace sentir que la suya sin mí, tampoco.

Un Ángel para Emma 1era Parte ✓✓ (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora