Un Ángel para Emma 1era Parte ✓✓ (Completa)

Capítulo 17

Miro hacia la carretera, cada vez está más oscuro. Meño maneja diestramente, agarrando las curvas sin dificultad, no han querido aumentar la velocidad para no alertar a los que nos siguen. 

-Beto dice que es una Suburban negra, la vio un par de veces en Ensenada. No tiene duda que se trata de la misma- le dice Lety.

-¿Por qué chingado no habló antes?- le pregunta Ángel furioso.

-Quizás no lo consideró importante- le responde Meño.

-¡Les dije cabrones, que no quería fallas!- gruñe Ángel. Yo estoy muda, siento seca la boca. -¡Meño! ¿Qué traemos aquí?- le pregunta, no entiendo a qué se refiere.

-Cinco cuernos patrón- le responde él. Eso me confunde aún más.

-Emma permíteme- me dice Ángel y me hace a un lado. Él se pasa a la parte de atrás, y empieza a buscar algo, escucho ruidos como si estuviera desbaratando algo y entonces saca un arma larga y un chaleco con varios cargadores. -¡Lety!- le grita y ella se estira para tomarla, le pasa otra más para Meño y toma una él, le pasa también los chalecos. Para este punto yo estoy temblando de pies a cabeza.

-¿Qué quiere que hagamos patrón?- le pregunta Meño.

-Lety, háblale a Beto que se preparen para atacar- le ordena. –Meño, agarra la salida que da para el arroyo, ya sabes cuál y te escondes, los vamos a emboscar. Si estos cabrones nos vienen siguiendo, no se van a quedar en la carretera- especula.

-¿Y si no nos vienen siguiendo?- le pregunto -¿Y si da la casualidad que también van a entrar por donde tú dices? No puedes atacar así a alguien, pueden ser inocentes- le comento. No le gusta nada mi participación porque me lanza una mirada de pocos amigos. Lety interviene.

-Emma, tranquilízate, si no nos vienen siguiendo, se irán de largo. No hay nada que los pueda llevar a la entrada del arroyo- me aclara, eso no me tranquiliza.

-Necesito que te agaches y te quedes muy quieta- me ordena Ángel. –Si me obedeces nada va a pasarte- me advierte.

Meño toma la salida que le fue ordenada, puedo sentir como mi pulso se acelera y mi respiración se agita. Avanzamos unos metros a velocidad moderada, no veo que nos siga nadie más y me tranquilizo un poco, pero aún no puedo cantar victoria.

-Adelante vienen las curvas Meño, aprovéchalas- le ordena Ángel.

Meño toma la primera curva, toma una segunda, puedo entender la idea de venir a este lugar, porque perdemos de vista incluso a la segunda camioneta. Toma la tercera curva y da vuelta a la derecha para esconderse detrás de unos árboles de ramas tan largas que tocan el suelo. Apaga las luces de inmediato, la segunda camioneta hace lo mismo. Ellos se bajan rápidamente y toman posición, escudándose en las camionetas.

-Emma quédate aquí, lo más agachada que puedas, aquí dentro no te pasara nada- dice Ángel, yo estoy temblando. Él se baja y cierra la puerta. Todo está en un horrible silencio y de repente veo un reflejo de luces en el techo de la camioneta. Son ellos, los que nos siguen.

-¡Ahora!- grita Ángel y el lugar se ilumina con la ráfaga de disparos. El ruido es ensordecedor, yo me cubro los oídos para mitigarlo. Estoy aterrada, y ese terror aumenta cuando escucho disparos que rebotan en la camioneta. No tengo ni idea de cuantos sean aquellos, pero considero que nosotros no somos suficientes. Temo por Ángel, por Lety, y los demás. Desearía haber empezado a entrenar, quizás pudiera ayudar aunque sea un poco en esta situación. Desobedezco a Ángel y levanto la cabeza para asegurarme que estén bien. Pero los vidrios son muy oscuros, solo miro la lumbre de las armas al disparar. El enfrentamiento dura por unos minutos más. Hasta que de repente el ruido cesa.