El momento justo

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Narra Camila
-Mi amor ¿te sientes bien? – miré a Alex
-Si – mentira, no estaba bien - ¿A que hora llegaremos al hotel? – pregunté apoyándome en su hombro mientras viajábamos en nuestro auto el cual era manejado por un chofer.
-En unos 15 o 25 minutos amor, creo que hay mucho tráfico – el besó mi frente.
Volver a los Estados Unidos, específicamente a Miami era uno de mis mas grandes miedos. Recuerdo que cuando era pequeña odiaba dormir completamente a oscuras pero no se compraba con el miedo que sentía en estos momentos viajando encima de un auto con mi esposo y por las calles de Miami, las mismas calles que años antes presenciaron una gran historia, una hermosa, perfecta, única y tortuosa historia.
-¿Amor enserio estas bien? – lo que de mirando.
Cada vez que lo miro recuerdo lo que viví, recuerdo por qué lo conocí y aunque no es algo de lo que me sienta orgullosa creo que con el tiempo he aprendido a perdonarme – es por lo que paso hace años acá ¿verdad? – desvié la vista, no quería y no podía recordarlo pero a quien quería engañar llevaba años tratando de tapar el sol con un dedo y sonriendo cuando no quería hacerlo.
-Eso da lo mismo - dije mirándola – solo… solo no se siente como antes
-Antes… ¿Cuándo ellos estaban vivos? – tragué saliva, Alex podía ser el mejor esposo de la vida pero su sinceridad a veces sin mucho filtro hacía que mi corazón se apretara de dolor.
-Creo que no quiero hablar – me aferré a su hombro durante todo el trayecto hasta que llegamos a el hotel, cuando me bajé de ese auto tuve un miedo horrible. No quería mirar hacía los lados solo hacía adelante.
El hotel lo conocía, había estado ahí desde antes que yo naciera. Alex pidió un cuarto matrimonial y subimos a dejar nuestras cosas, me lancé a la cama y él se fue a dar una ducha. Me levanté de mi cama y caminé hasta el ventanal gigante que había en el cuarto, abrí la ventana e inhale el aire puro de Miami, esa mezcla a brisa marina. Sonreí.
-¿Cómo me veo? – escuché una voz detrás de mi, me voltee a ver y ahí estaba Alex siempre tan hermoso, tan perfecto, con esa sonrisa que podría borrar cualquier miedo… bueno, todos menos uno.
-Te ves hermoso como siempre – me acerqué a él y lo abracé – te ves hermoso – esta vez lo quede mirando.
-Lamento hacerte pasar por esto – dijo acariciando mi rostro – se que te fuiste hace años de esta ciudad por muchas cosas – eran bastante en realidad, una mas importantes que otras pero eso da lo mismo a esta altura – solo serán unos días mientras cierro el contrato – yo sonreí - ¿De verdad no quieres venir conmigo?
-Si, no quiero ir estoy algo cansada – miré hacía la cama.
-Espero que cuando vuelva me esperes dentro de la cama – dejo un beso en mi cuello y yo sonreí – te amo Mila – miré sus ojos de color azul, enserio ¿no me podría conseguir a alguien con ojos negros, café? Yo y mi estúpida obsesión con personas de ojos de color.
-Estaré ahí esperándote bebe – Alex se acercó y besó mis labios, estuvo despidiéndose unos 15 minutos hasta que salió de la habitación. Caminé nuevamente hasta el ventanal y salí a la terraza, saqué mi paquete de cigarrillos y prendí uno. Sonreí al recordar a mi madre retándome si estuviera viva, odiaba el olor a cigarro. También me acordaba de mi padre el simplemente me hubiera guiñado un ojo ¡Como los extrañaba!
Miré hacía la playa y no pude evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas, decidí salir de la terraza y cerrar el ventanal, me lancé a la cama y comenzó mi lucha mental. Sé que están leyendo esto y no entenderán nada pero bueno, acá les explicaré algunas cosas, lo esencial… aunque pensándolo bien toda mi historia es esencial.
Nací en Miami hace ya 29 años atrás mi madre se llamaba Sinu y mi padre Alejandro, trataron de tener otra hija pero por cosas de la vida eso nunca pudo ocurrir. Los escuché hablar innumerable veces de que querían que se llamara Sofía y para ser sincera ese nombre me ha perseguido toda mi vida, no puedo escuchar Sofía sin que se me paren los pelos del cuerpo, sin que mis ojos se llenen de lágrimas. Fui a uno de los mejores colegios de Miami, si, mis padres tenían una muy buena posición económica.
Durante años me sentaba en ese escritorio esperando que alguien que llamara mi atención, que fuera igual de rara que yo entrara por esa puerta. Estaba harta de las niñas que se creían mejores que otras solo porque tenían dinero. Había personas que odiaban a las becadas y les hacían cosas horribles. La única persona a la que podía llamar amiga bueno, amigas eran Ally y Dinah. Éramos las tres para todos los lados pero aun así sentía que algo me faltaba y aun mas cuando cumplí 15 años y me di cuenta que no era igual que todas las chicas de mi salón. Cuando las 3 llegamos a los 15 años supe que Dinah tenía un novio y que Ally salía con Troy el cual con el tiempo se convirtió en un gran amigo, creo que fue lo mas cercano a un mejor amigo que llegue a tener.
A los 16 años comencé a cortarme y tuve algunos problemas con mi alimentación. Muchos se preguntaban porque una chica que no le falta nada, que lo tiene todo, dinero, buena familia, buena posición en la sociedad, que va en uno de los mejores colegios de Estados Unidos hacía estas cosas. Una vez una profesora me obligo a mostrarle mis brazos porque mi blusa se estaba manchando con sangre, levanté mis mangas frente a toda la clase y obviamente frente a mis amigas, ellas me miraron a los ojos y solo pude ver pena, me tenían pena.
-Solo lo hace para llamar la atención, llamaré a tus padres y tendremos una charla todos juntos – creo que fue la primera vez que tuve miedo por algo. Ese día terminé en un hospital y con un millón de exámenes, solo me diagnosticaron una depresión leve, falta de comunicación y bulimia. Volví una semana después al colegio era la rara, la freak pero poco me importaba. Cuando miré a Dinah y Ally ellas me regalaron una tímida y sonrisa y entonces supe que mas de una cosa había cambiado, sabía que ahora estaba sola. Esa mañana las clases tardaron en empezar, era un martes y afuera nevaba, estábamos en invierno cuando escuché por primera vez su voz.
-Hola – le bastó un hola para tener toda mi atención – este es el salón número 440 – nadie respondía, todas las miraban.
-Si – respondí yo y esa fue la primera vez que cruzamos miradas, fue la primera vez que noté que sus ojos eran de color verde, que tenía una piel blanca y que los gorros le quedaban muy bien.
-¿Te molesta si me siento contigo? – comenzó a caminar hasta el escritorio vació que estaba al lado mío.
-No – saqué mi bolso y ella se sentó.
-Soy Lauren Jauregui – me tendió su mano, le pude ver parte de su brazo y noté que no tenía ni una herida, ni una cicatriz.
-Soy Camila Cabello – ella a su vez hizo lo mismo, miró mi brazo y solo sonrió.
A los 16 años conocí a la persona que me salvó la vida, a la persona que me hacía entender que el hecho de ser diferente no te hace anormal, que lo normal aburría y que ella se llevaba mucho mejor con las personas anormales como yo. Creo que fue la primera vez que no me sentí mal de que alguien me llamara anormal. Pasaron unas cuantas semanas y mi padre pasaba por ella a su casa y nos íbamos juntas al colegio. Su familia era dueña de una empresa de autos así que dinero tenía pero créanlo o no ella era igual que yo, no le importaba es estatus social.
El primer recuerdo que me marcó a su lado fu esté, el que relataré ahora.
Flashback
-Entonces… ¿Qué quieres hacer? – dije sentándome en mi cama mientras ella entraba al cuarto y me regalaba una sonrisa, a veces me daba miedo porque no sé si ella estaba consciente de todo lo que me estaba haciendo sentir.
-Quiero que hablemos de algo – dijo colocando una silla frente a mí y mirándome a los ojos – claro, si no te molesta.
-No me molesta Lolo – nos habíamos puestos apodos.
-Camz ¿Por qué te cortas? – Lauren llevaba 3 meses en el colegio, se que el primer día que nos saludamos ella se dio cuenta de mis cortes pero nunca dijo nada, nada hasta ahora - no respondas si no quieres.
-¿Por qué me preguntas ahora? – nuestras miradas chocaron de tal manera que las mariposas con las que luchaba constantemente aparecieron.
-Sabes que es de mal educación responder una pregunta con otra pregunta – las dos sonreímos – dije que si no quieres no respondas – tomó mis dos manos juntos a los suyas y sus pulgares acariciaron mi piel, cerré los ojos inconscientemente y me relajé, sentí como desabrochaba el botón de las mangas de mi blusa y abrí los ojos.
-¿Qué estas haciendo? – dije mirándola.
-Solo quiero verlos – sus ojos verdes eran mi perdición.
Lauren subió mis mangas y vio los cortes, paso uno de sus dedos por encima de estos y sonrió ¿Por qué sonreía? ¿Por qué era tan rara? Hizo lo mismo con la otra mano y de ahí su mirada volví a mis ojos
-¿Qué haces Lolo? – sentí como mis mejillas se sonrojaban y yo no podía hacer nada, estaba totalmente en evidencia ante ella. Lauren me volví a mirar y noté como su mirada bajó a mis labios y de ahí sacó dos cueritos de su bolsillo - ¿Qué es eso? – pregunté mirándola.
-Esto es para que no te vuelvas a cortar – solo podía mirarla. Lauren agarró mi brazo derecho primero y colocó uno de los cueritos, hizo lo mismo con mi otro brazo y de ahí hizo algo que nadie había hecho antes. Besó mis cicatrices y levantó su rostro para mirarme a los ojos, estábamos a solo centímetros y sonreí como una idiota al darme cuenta de que era perfecta y que no tenía ni un defecto – algo que quieras decir antes de que haga algo que tengo ganas de hacer desde que te conocí – mi sangre comenzó a hervir por dentro, mis manos sudaban helado, sentí como mi corazón se aceleró y como los nervios terminaban por apoderarse de mí.
-Si – dije mirando sus labios rosados.
-Tienes 3 segundos.
-Eres perfecta – ella se demoró mas de 3 segundos y entonces respondió.
-Eres la chica mas hermosa que he visto – me lancé a sus labios como un tigre se lanza a su presa en la selva, nos estábamos besando con tanta desesperación y con tanta delicadeza a la misma vez. Mi primer beso fue a los 16 con una chica que se llamaba Lauren Jauregui la cual tenía unos ojos hermosos, besaba excelente y tenía 17 años.
Fin del flashback
Acostada mirando el techo del cuarto de este hotel elevé mis brazos y miré mis dos muñecas, esos cueros, esa promesa seguía ahí. Desde ese día nunca me volví hacer daño, pero lo hubiera hecho al saber que el daño se lo haría yo a ella.
Nuestros padres se enteraron cuando ya se había terminado el año escolar, llevábamos 9 meses saliendo y sin duda nunca antes me había sentido tan plena en mi vida. Nuestros padres lo aceptaron de inmediato después de todo ellos se llevaban muy bien.
Apagué el cigarrillo en uno de los ceniceros del cuarto y decidí ir a ducharme, mientras el agua caliente corría por mi cuerpo trataba de dejar algunos recuerdos pero se me era imposible, y si hacía más difícil aun sabiendo lo que paso en una ducha como esta hace años atrás.
Flashback
-No puedo creer que hayas pagado por una habitación en este hotel – dije caminando hasta el cuarto deslumbrándome con todo lo que estaba a mi alrededor. Era verdad, ella y yo no teníamos problemas de dinero pero aun así un gesto como este era digno de apreciar en su plenitud.
-¿Te gusta entonces verdad? – Sentí como los brazos de Lauren me rodearon la cintura y su rostro estaba en mi hombro - ¿sabes que es lo que mas me gusta de ti? – preguntó a mi oído, me voltee lentamente para poder mirar a mi chica, a esa persona con la que cumplía 1 año de noviazgo y para ser sincera me cuesta creer que todo esto sea verdad.
-¿Qué es lo que mas te gusta de mí? – le sonreí y ella me devolvió la sonrisa.
-Que te emocionas por cosas como estas, que te sonrojas cuando te digo que eres hermosa o cuando digo que estoy enamorada de ti – seguía sonriendo como idiota.
-Es porque no puedo creer que alguien como tu haya llegado a mi vida, me salvaste Lauren – Lolo alzó su mano y acarició mi rostro.
-Eres el ser mas hermoso que ha llegado a mi vida – esa noche dejamos que todo fluyera, le perdí el miedo a entregarme por completo a alguien. Lauren fue a la primera persona a la cual me entregue. Sus manos recorrían cada parte de mi cuerpo como si esté fuera su regalo mas preciado, como una tela cara importada. Sus labios dejaron huellas en mi cuello, mis pechos, mi estómago, mi boca. El rocé de su cuerpo con el mío me hacía olvidar todos esos malos momentos que tuve antes de que ella apareciera en mi vida, es increíble como en cuestión de minutos pasas de odiar tu vida, de no querer vivir, a querer ser eterna solo por una persona. Es asombroso darme cuenta de que ya no me quería cortar, ya no quería pastillas para estar bien y para dormir porque mis problemas se habían solucionado, mi vida había conseguido un morfina llamada Lauren Jauregui que hacía que todo lo que me rodeara sea solo felicidad… quería ser eterna, no por mí… quería ser eterna por ella.
No me imagino no ver nunca mas su sonrisa, apreciar los hoyuelos que se forman en sus mejillas cunado sonríe, sus bromas irónicas, su manera tan simple de hacerme sentir querida y apreciada, no creo poder soportar mucho sin escuchar el hermoso tono de su risa, sin sus brazos rodeándome, sin sus labios por todo mi cuerpo.
¿Qué era estar enamorada? Antes de que Lauren llegara a mi vida leía muchos libros que tenían esa clase de preguntas. En muchos nunca supieron responder o simplemente decían “lo entenderás cuando termines esta historia”, muchos de esos finales no me gustaron y claramente no era la respuesta que buscaba. Deberíamos diferenciar entre Amar y estar enamorada son dos cosas completamente diferentes. Amar… amar es ese sentimiento que te hace sentir viva, ese esa sensación de escalofríos cuando te besar, cuando te dicen que eres hermosa y la piel se te eriza, o cuando simplemente te quedas mirando a la persona que tienes al frente de tuyo porque para ti en ese momento, en ese instante en esa milésima de segundo no hay persona en la tierra mas bella y perfecta que aquella persona. Amas su risa, sus besos, su olor, su perfume, sus mañas. Comienzas a darte cuenta de que les gusta ver películas de terror, le gusta leer y que también es algo nerd. Amas poder tener una conversación como dos personas adultas y a la vez tener una discusión tan inmadura como “te amo – no, yo te amo más – nos amamos de la misma manera” es la discusión mas tierna de todas, eso no me lo pueden negar.
Y estar enamorada… bueno, estar enamorada es darte cuenta de que la persona que tienes al lado no es perfecta, aunque te cueste créelo así es. Bueno, por lo menos en mi caso. Me di cuenta de que Lauren no era perfecta, que tenía un carácter de mierda, que a veces necesitaba su espacio y que eso no era malo. Estar enamorada es darte cuenta de que no solo amas lo bueno de la persona que tienes al lado, si no que aceptas sus temores, sus inquietudes, su imperfección ¿Lauren Jauregui imperfecta? Bueno, créanlo. Aceptas su mal genio, su obsesión por el sushi y los gritos cuando se me queda la puerta abierta… ella odia las puertas abiertas. Estar enamorada es amar sus virtudes y defectos, es aceptar a tu pareja con todo y cuando digo TODO créanme, es todo.
Después de hacer el amor terminamos duchándonos juntas, ella no se cansaba de refregarme la espalda y bueno, yo no me cansaba de sus caricias. Mi primera vez fue perfecta.
Fin del Flashback – Camila
Estar tanto tiempo en esa ducha claramente me hizo mal, miles de recuerdos vinieron e inconscientemente me pregunté como pude pasar tanto tiempo sin ella, como sobreviví sin ella si en ese entonces estaba segura de que se me sería imposible sobrevivir un día en este planeta sin ella.
Terminé de vestirme y escribí una nota “Alex fui a dar una vuelta” no sabía si era la mejor decisión pero claramente estar en ese cuarto no me estaba haciendo bien. Cogí mis cigarrillos, mi abrigó y salí de esa habitación, tomé el ascensor hasta el primer piso, salí por la puerta y miré hacía todos lados. Me sabía miles de recorridos de las calles de Miami, sabía donde estaban los mejores lugares para pensar, para estar a solas con tu mente retorcida y también sabía a que lugares ir si quería seguir siendo masoquista.
Giré a la izquierda y caminé derecho, me coloqué los audífonos queriendo olvidarme de todo por unos segundos pero nada ayudaba. Tenía 29 años, terminé con ella a los 21… estuvimos juntas 5 años, cinco malditos, hermosos, perfectos 5 años han pasado 8 y aun su recuerdo me persigue.
Cuando llegué al parque sabía perfectamente a donde tenía que caminar, caminé hasta un árbol gigante y la banca aun seguía ahí. Sonreí al recordar cuantas tardes se hicieron noche en esta banca, cuantas sonrisas, cuantos besos, cuantos sueños, pero entonces cuando me senté recordé… el peor de todos los recuerdos.
Flashback
-No puedo creer que hayas elegido este lugar para querer terminar conmigo – me dijo Lauren quien estaba frente a mí con los ojos completamente hinchados, había llorado toda la noche.
-Lo siento – dije mirándola con las lágrimas corriendo por mis lágrimas.
-Yo… Camila realmente siento mucho lo de tus padres, ellos no tendrían que haber fallecido en ese accidente – mis padres habían fallecido hace 3 semanas atrás, 3 semanas en donde no volví a Miami y me quede en Los Ángeles con mis tías, 3 semanas en donde había decidido no contestarle el teléfono a Lauren, ni los mensajes, ni los recados. 3 semanas en donde tampoco respondí nada de Dinah y Ally quienes se habían enterado de la tragedia.
-Se que lo sientes.
-¿Por qué quieres terminar conmigo? Camila te amo – sus manos se fueron a mis brazos y me obligo mirar a sus ojos. Cuando los miré me di cuenta de que ya no eran verdes, estaban grises y me odie, en ese momento quise que todo esto fuera una broma, le había quitado el brillo de sus ojos – Dijiste… tu…
-Lauren… - me zafé de su agarré y sequé sus lágrimas, atraje su rostro hacía el mío y descansé mi frente en la de ella, abrí los ojos y ella me estaba mirando – a veces, a veces cuando sientes que no das mas, que el corazón está cansado, que tu mente solo puede pensar en estupideces, cuando pasa eso a veces es el momento justo para decir basta, para darte cuenta de que simplemente no puedes seguir.
-Tu… estas cansada de mí verdad – sus palabras me quebraban mas y mas.
-No, no seas idiota – besé una de sus mejillas – nunca, escúchame bien Lauren nunca me cansaría de ti.
-Entonces porque me terminas, porque terminas con nosotras.
-¡POR QUE YA NO PUEDO, YA NO PUEDO AMARTE! Estoy cansada, no estoy al 100% te mereces a alguien que esté ahí para ti cuando estés mal, cuando necesites abrazos, caricias y esa chica no soy yo… no ahora… entiéndeme.
-¿No ahora? Camila… nunca he amado a nadie mas desde que tengo 17 años ¿Qué se supone que haga? – volví a tomar su rostro.
-Aprende a amar, aprende a sentir – coloqué mis manos al medio de su pecho – dale una oportunidad a ese corazón para que vuelva a latir.
-¿Puedo por lo menos opinar? ¿Vale lo que siento por lo menos Camz?
-No – no lo pensé – estoy terminando contigo acá y ahora, y lo siento… realmente lo siento, pero no puedo estar contigo así, no ahora… no es tu culpa eso que te quede claro.
-“No eres tu soy yo” – su tono irónico, lo odiaba…¿Cómo era que pase a amar todo de ella y ahora dije eso – dijiste que eras incapaz de vivir sin mí, lo dijiste en esa habitación, lo dijiste en nuestra primera vez.
-Y ES VERDAD LAUREN, NO SÉ QUE HARÉ SIN TUS BESOS, SIN TUS CARICIAS PERO YA NO, NO PUEDO - me acerqué y besé su mejilla – LO SIENTO, TE AMO.
Me fui sin voltear, debí haberlo hecho así por lo menos mantendría su rostro en mi cabeza de la última vez que nos vimos.
Final del Flashback – Lauren
-Cuando te vi desde el otro lado de la calle creí que era una broma, crucé hasta la plaza y mientras mas me acercaba a ti no podía creerlo. Decidí parar cuando noté que te venías sentar acá… justó acá – Camila abrió sus ojos lentamente y noté como comenzó a quedar en estado de shock, sus ojos me recorrieron de pies a cabeza y comencé a sentirme nerviosa – Hola – fue lo único que se me ocurrió para romper el hielo. Camila no hablaba, solo me miraba - ¿hay alguien? – sonreí y ella sonrió de vuelta, me regalo una sonrisa… su maldita sonrisa, no tienen idea lo que es sobrevivir sin esa sonrisa.
-Hola – noté que guardó los cigarrillos en su abrigo y se levantó – Vaya – sus ojos me examinaban – estas idéntica a la última vez que nos vimos.
-No sea mentirosa, sabes que eso no es verdad… los años hicieron estragos en mí – dije mirando la banca - ¿te molesta si nos sentamos? – Camila dudo un segundo.
-No, no me importa.
No sentamos en esa banca, en esa banca donde hace 9 años se había terminado todo, estábamos en el mismo parque en donde 13 años atrás lo recorríamos de la mano, tomábamos helado y nos reíamos de los homofóbicos que nos gritaban cosas
-No puedo creer que seas tú – dije mirándola – dime que no estoy soñando – ella solo sonrió.
-No, no estas soñando. Debo admitir que no esperaba encontrarme contigo, creí que ya no vivías en Miami.
-Nunca me iría de esta ciudad, esta ciudad me ha dado y me ha quitado todo – miré a Camz – mírate… estas… - sentí mi pecho apretarse, mi corazón acelerarse y las ganas de abrazarla me estaba sobrepasando – bueno, da lo mismo.
-Tu estas hermosa – ella siempre me quitaba las palabras de la boca – enserio, te ves como una niña de 21 que dejé hace 8 años.
Hubo un silencio, un silencio que duró bastante recordé que antes esto no hubiera pasado, en mi cabeza tenía mil y una preguntas que hacerle pero habían pasado 9 años y eso ya no importaba o mas bien quería hacerme creer que no importaba.
-Si quieres preguntar algo, solo hazlo – dijo Camila mirándome y la miré de vuelta – después de todo no todos los días no encontramos con nuestras ex en una plaza ni en la ciudad en donde pasaron muy buenos momentos.
-La verdad es que no te quiero preguntar nada – me paré y ella se paró conmigo, nos quedamos mirando directamente a los ojos, por un momento desee con todas mis fuerzas de que fuéramos esas niñas locas de amor a las cuales les importaba una mierda el mundo, pero no - quiero que sepas que desde que te fuiste de Miami, no, espera… desde que terminaste conmigo en este mismo lugar hace 9 años atrás no he dejado de venir. He venido a esta plaza 9 años seguidos esperando que aparecieras, que cruzaras por el parque, verte de la mano con otra persona, verte besándote con otra chica o chico pero nada. Siempre supe que no estabas en Miami pero acá – toqué el centro de mi pecho – no quería creerlo. Un día prendí la televisión y en noticias internacionales dijeron que el famoso empresario Alex se iba a casar con la hija del ex multimillonario Alejandro Cabello… eso fue hace poco, recuerdo que quería pararme de la mesa y salir corriendo a buscarte, golpearte, gritarte pero me controlé y sabes por qué.
-¿Por qué? – preguntó mirándome.
-Hay dos razones, bueno 3 – hice una pausa – La primera es que cuando pasaron esa noticia estaba cenando con mi hijo – Camila abrió sus ojos muy grande – tengo un hijo, tiene 3 años – tragué saliva – la segunda razón es que también estaba mi pareja, mi pareja que sabe nuestra historia. Esa noche con tan solo verme supo que algo andaba mal y tercero porque ese día entendí todo – sonreí – entendí que te amaría eternamente y que a lo mejor moriría enamorada de ti como una idiota, también supe que amar y estar enamorada no era solo – sin pensarlo tomé sus manos – entendí que estar enamorada también es tener el valor de decir basta, ella merece ser feliz… alguien merece ser feliz a su lado de la misma forma en la que hace años atrás yo lo fui con ella, alguien mas merece saber que esa sonrisa al despertar todas las mañanas es la mejor sonrisas que puedes recibir, que le encanta que la abracen por detrás. Alguien mas también tiene el derecho de apreciar tu buen gusto por la comida, la música y el cine. Alguien mas tiene el derecho de besar esos labios – mis ojos se pegaron en ellos – porque Dios sabe que son el paraíso terrenal – Camila comenzó a llorar – hace años en este mismo lugar me dejaste ir, me dijiste que era un buen momento para decir “stop”, que le diera otra oportunidad al amor y eso hice bebe – al decir bebe Camila aumentó los sollozos – ahora soy yo… soy yo la que te pido esto – agarré su rostro con mis manos – se feliz, deja de vivir con culpa porque si lo que te tenía tan atormentada era mi dolor o si aun sufría por ti o si no te había perdonado, déjame decirte que todo eso terminó hace años. Cuando tuve a mi bebe en mis brazos supe que te había perdonado… se feliz pequeña, deja que te hagan feliz.
-Lauren…
-Esto no es un adiós, es un hasta siempre porque te juro que tu vivirás acá – apunté mi cabeza – y acá – de ahí el centro de mi pecho donde estaba mi corazón – por el resto de mi vida. Gracias por una hermosa historia de amor… te amo Camila.
Sabía que ella no tenía nada mas que decir y se lanzó a mis brazos, nos fundimos en un abrazo y su olor nuevamente entró por mis fosas nasales haciéndome delirar – si algún día… - Camila comenzó a hablar en mi oído – si algún día volviera a nacer te buscaría por cielo, mar y tierra – se tiró hacía atrás y me quedo mirando – y te juró que volvería a cometer los mismos errores con tal de estar contigo nuevamente, pero ese día… ese día será para siempre.
-Mamá – Mike estaba mirándonos – Mamá Alexa te está esperando – miré hacía el auto y ella me esperaba con una hermosa sonrisa y voltee a mirar a Camila.
-Ve al hotel y se feliz con Alex.
-Ve a tu casa y se feliz con tu familia – nuestros dedos comenzaron a separarse a poco, el movimiento era tan lento que sentía como mi corazón se iba quebrando de a poco – hasta siempre pequeña.
-Hasta siempre enana… - nuestros dedos se separaron y caminé de la mano con mi hijo Mike hasta el auto y entonces escuché su voz - ¡Lauren! – Voltee a mirar.
-Yo… yo también te amo – le di mi última sonrisa y seguí mi trayectoria. Hasta siempre Camz, mi Camz.
Narra Camila
Me devolví caminando hasta el hotel, aun no creía todo lo que había pasado, aun no podía creer que nuestra historia esta vez si había tenido un final, pero no uno malo. A veces algunas rupturas son muy malas pero esta… esta ni siquiera se en dónde colocarla. No todo el mundo tiene la suerte de decir que terminó bien con su ex ni mucho bueno cunado su historia fue tan pasional como la de nosotras.
Me alegro poder decir que la amo, la amo por cómo fue, por salvarme la vida, por enseñarme a amar, por enseñarme a entregarme sin recorres, por hacer que me diera cuenta que las segundas oportunidades existen, que no es malo pedir perdón cuando te das cuenta que algo hiciste mal… la amo por lo que fuimos… la amaré siempre, será el recuerdo mas amado, el mas venerado. Ene se momento me llego un mensaje a mi celular
“Mi amor estamos de suerte, el trato se cerró esta tarde así que no será necesario quedarnos todo el fin de semana. No puedo esperar a verte… acabo de llegar al hotel y vi tu nota ¿Apresúrate? Te extraño hermosa – Alex”
Darle una segunda oportunidad al amor es de valientes, volver a enamorarte por segunda vez es de sobrevivencia. Pero aprender de tus errores, de tus victorias es de ser humano. Lauren… ella estará por siempre en mis recuerdos, será como una sombra. Ojo, no una sombra mala, una sombra a la que le podré hablar cuando me sienta en apuros, una sombra a la que le podré preguntar que hacer en momentos malos… una sombra que me hará madurar… una sombra a la que amaré siempre sin importar lo que pase.
A veces no es malo decir terminar por mucho que ames a una persona si sabes que ya no puedes dar nada mas en la relación solo… solo trata de hacerlo en el momento justo y a momento justo me refiero a que no por terminar digas que toda tu historia valía mierda, que jugaron contigo, que nada valió la pena. Hazlo en un momento en donde sepas que podrás mirar hacía atrás y sonreír al recordar lo que vivieron y poder decir en voz alta “Duró hasta lo que tuvo que durar, terminó en el momento justo”.

One Shots. [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora