Celo [Destiel]

Tres

—...creo que tengo malas noticias— Castiel miró a Sam, al piso, y luego a Sam de nuevo. Este tragó saliva y se preparó para lo que fuera que le dijera.—¿Saben lo que es un celo animal?—

Sam y Dean fruncieron el ceño mirándose entre sí para luego devolver su atención al ángel.
Al ver que no decían nada el explicó:

—Es el periodo de tiempo en que un animal...—

—Si si, lo sabemos— Dijo negando con la cabeza —¿cómo afecta a Dean?—

—El huele a... Esto—

—¿A qué te refieres con "esto"?— Intervino Dean

Al no encontrar las palabras necesarias para explicarlo, tras un largo suspiro resignado soltó:

—Dean está en celo—

El cazador miró a su hermano con los ojos muy abiertos.

—¿Es una broma?—

—Me temo que no—

—Eso es ridiculo— Sonrío con nerviosismo —¿Cierto Samy?— Sam encogió los hombros con un leve suspiro diciendo un claro "no tengo idea". —No tiene sentido— Dijo algo más serio.

—Esta comenzando a manifestarse, una de las primeras formas en las que ataca a tu cerebro... Pero, esto no pasó con los demás, bueno, no olí nada en los cuerpos—

—¿entonces por qué...?—

—No lo sé, tal vez cada humano reacciona diferente—

Dean paseaba su mirada de Sam a Castiel mirándolos mientras pensaba cosas como "Por un demonio, no puedo creer que en realidad crean eso" "eh escuchado cosas ridículas, absurdas, macabras, pero esto es demasiado".

—¿Qué podemos hacer?— preguntó Sam

—Encadenarlo para que no se haga daño... Y hasta encontrar una cura—

Se volvieron a mirar los tres y tras dudarlo un poco Dean asintió.
Apenas parpadearon Dean se encontraba recostado sobre la cama con las manos atadas con unas esposas (2 pares, atadas al respaldo de la cama) las esposas no hacían contacto directo con su piel ya que había un pañuelo atado a las muñecas debajo de estas. Dean mandó una mirada interrogante y su corazón dio un pequeño brinco al comprender que esto era para que cuando empezara a forcejear no se lastimara demasiado.
Se obligó a relajarse respirando fuertemente.

—Fabuloso— Asintió sarcásticamente.

Pasaron las horas, llenas de silencio, atentos a cada movimiento, Dean se preguntaba cómo el ambiente podía ser tan tranquilo y tenso a la vez, su inquietud aumentaba al tener al Ángel sentado en la cama de su hermano mirándolo fijamente, sin expresión alguna. Esto lo incomodaba y solo elegía mirar hacia otro lado o mantener los ojos cerrados.

Todo fue normal hasta que percibió el calor que hacía en el cuarto, no se había dado cuenta antes por estar tan perdido en su cabeza.

—Sam, enciende el aire acondicionado—

—Esta encendido— Respondió sin apartar la cara de los libros.

—¿Estás seguro?—

—Si—

Miró al aire y efectivamente, estaba encendido, decidió ignorar el asunto, pero al aumentar la temperatura comenzó a ponerse ansioso.

Mientras se removía en la cama, Castiel no dejaba de mirarlo, llevaba horas así, ni sí quiera sabía si estaba respirando.

—Cass, ¿puedes dejar de mirarme?—

—Debo vigilarte—

—Creo que ya fue mucho por hoy, ¿no tienes otra cosa que hacer?—

—No—

—Entiendo— Asintió ansiosamente tratando de controlarse, claro que a Cass no se le escapo que estaba totalmente rojo y parecía no poder enfocar sus ojos en ningún lugar.
Se levanto de la cama y puso su mano en la frente Dean.

—Estas ardiendo— Susurró frunciendo el ceño —Sam, esta caliente—

—Estoy bien—

—¿Enserio? Por qué desde aquí parece que un tomate te vomitó en la cara— Acerco su mano para tocar la frente de Dean, que al sentir el tacto, la apartó con una violenta sacudida de cabeza y un gruñido bestial.
Sam, apartó la mano y miro a Castiel que también lo miraba con los ojos bien abiertos.

—Llamaré a Bobby a ver si encontró algo— Asintió con la cabeza y regreso a los libros, sabiendo que se les acababa el tiempo. 

*Después de la llamada*

Castiel suspiró

—Bueno, traté de explicarle a Bobby la... Situación de Dean—

—Y ¿qué pasó?—

—Comenzó a reírse—

—Si, me esperaba eso—

—Y después me dijo que tal vez pueda haber una cura— Esto logró interesar a Sam —Un hechizo, tal vez pueda sacar las toxinas de su cuerpo—

—¿Un hechizo?— Cass asintió —Muy bien, ¿cuáles son los materiales?—

—Escamas de drago, cola de tritón, la pluma de un Ángel virgen, sangre de Wendingo y colmillos machacados de vampiro, combinados con fuego santo— soltó un pequeño suspiro —Todo eso, no es fácil de conseguir—

—¿Tú no puedes conseguirlas?—

—Puedo conseguir la cola de tritón, la sangre de Wendingo y aceite santo, pero lo demás hay que buscarlo, Bobby dijo que hay un lugar a unas horas de viaje de aquí—

—¿Te dió la dirección?—

—Si, pero, debe estar protegido contra Ángeles, no puedo volar a la dirección exacta—

—Muy bien, ¿qué estamos esperando?—  Sam comenzó a recoger los libros de la mesa y a guardarlos en una especie de mochila verde militar.

—Tengo que ir a buscar los ingredientes, pero, no podemos dejarlo aquí— Afirmó Cass mirando a Dean, el cual había estado escuchando la conversación muy atentamente para nada imaginando que en lugar de ellos había dos hermosas chicas semi desnudas con grandes traseros. —¿Quieres que te ayude a llevarlo al auto?—

—No, ya me las arreglaré— y con esto Castiel desapareció.

Comienza la incontrolable calentura, ¿hasta dónde llegarán los impulsos de Dean?
Aunque claro, ese no es el único problema.

Lamento si el capítulo no quedó tan interesante como se esperaba, tratare de justificarlo en el próximo.