Bellamy
--Déjala y me iré contigo, Echo-- repetí, intentando distraerla lo suficiente como para que O pudiera alcanzarla. Pero antes tenía que conseguir que soltara a Clarke. Verla con la espada en su cuello, otra vez, me estaba matando.
Podía verla dudar. Considerar mi propuesta.
--No!-- gritó Clarke, alterada --no te das cuenta de que no te quiere? Por qué quieres obligar a alguien a estar contigo?
El gesto de Echo se endureció y apretó aun más la espada, amenazante. Pude ver la ira y la locura brillar en sus ojos. Mierda, Clarke.
--Escúchame a mi-- intervine --no le hagas caso. No somos nada. Me iré contigo si quieres. Podemos tener una segunda oportunidad-- puse todo mi esfuerzo en sonar lo más convincente posible.
--De-de verdad?-- ahí estaba, la duda de nuevo. Sabía que podía conseguir que la soltara. Y luego O se ocuparía.
--Claro que sí, cariño-- suavicé mi voz todo lo posible --estaremos solos tu y yo, como antes. Como si nunca hubiésemos vuelto a este maldito planeta-- pude ver las lágrimas recorrer las mejillas de Clarke y sentí un pinchazo en el corazón al saber que le estaba haciendo daño con mis palabras. Pero tenía que salvarla.
--Está bien, acércate y la soltaré-- Echo había mordido el anzuelo. Comencé a andar hacia ellas, con las manos ligeramente en alto.
--Ya estoy aquí, suéltala-- dije, al llegar a su lado.
Ella dudó por unos segundos, pero después bajó su espada y le dió un empujón.
Pero Clarke, en vez de alejarse, se quedó allí, mirándome, como esperando algo.
--Vete, Clarke-- dije, serio. Hasta que ella estuviera lejos de Echo no me quedaría tranquilo.
--No-- dijo, tan testaruda como siempre, sin darse cuenta de que estaba poniendo en peligro mi plan --no pienso dejarte aquí con ella, todos sabemos de lo que es capaz.
--No tienes que defenderme de ella-- dije, tomando la mano de Echo. Ambas me miraban sorprendidas --tu y yo lo pasamos bien mientras eras la novedad pero, admitámoslo, ella y yo tenemos una historia desde hace años y contra eso no puedes competir, princesa-- dije, con una sonrisa tan amarga que podía sentir las náuseas en la boca del estómago. Si hacerle daño era lo único que la iba a alejar del peligro, eso haría, aunque me doliera el alma.
--Me equivoqué contigo-- dijo ella, mirándome con un desprecio que no veía desde hacía muchos años.
Dicho esto, dio media vuelta y comenzó a alejarse de nosotros, en dirección a Madi.
Entonces, vi a O acercarse por detrás de Echo, sigilosa. Pero no lo suficiente. Ella me pilló mirando por encima de su hombro y se dio la vuelta, espada en mano. Por suerte, los reflejos de mi hermana eran agudos y contrarrestó su ataque con su propia espada.
La lucha entre ambas fue encarnizada. Por un momento, temí por la vida de mi hermana. Pero al verla luchar me di cuenta de que la terrestre no tenía nada que hacer contra ella. Entonces, Echo cometió un error y la espada de Octavia atravesó su abdomen. Y todo se sumió en un súbito silencio. Yo me di media vuelta y con paso firme me dirigí a Clarke y Madi, que se encontraban a pocos metros observando lo ocurrido, y al llegar a su lado me abracé fuerte a la primera. Ella se deshizo en llanto, soltando por fin toda la tensión acumulada. Yo apreté mi agarre y noté un bracito agarrarse a mi cintura. Madi nos estaba abrazando a los dos. Yo solté uno de mis brazos de Clarke y lo bajé para pasarlo por los hombros de la pequeña. Ella también lo había pasado mal.
Decidimos enterrar a Echo a la orilla de la laguna. Por muy mala que fuera, era un ser humano con el que había compartido los últimos 6 años de mi vida y no merecía yacer a la intemperie, a la espera de que los animales dieran cuenta de sus restos. A pesar de que ella hubiera hecho justo eso con Emori. Pero si nosotros actuáramos igual, qué diferencia habría entre ella y nosotros?
Nadie dijo nada cuando sepultamos su cuerpo, ni cuando nos dirigimos al rover para volver al campamento, ni en todo el trayecto de vuelta. Clarke iba en la parte de atrás, abrazando a una Madi profundamente dormida, y O iba a mi lado, observando el camino. Si estaba afectada por haber matado a Echo, su cara no lo demostraba.
Cuando aparqué el coche al llegar al campamento y mientras que Clarke y Madi bajaban y se abrazaban a una preocupada Abby, yo puse mi mano sobre la rodilla de mi hermana, haciéndola detenerse por un momento.
--Gracias-- dije, sincero.
--Cuando quieras, hermanito-- dijo ella, con media sonrisa que no llegaba a sus ojos. Si algo sabía, era que mi hermana no era la asesina despiadada que todos creían que era, skairippa. Cada muerte le afectaba, pero había que conocerla bien para darse cuenta.
Clarke
Lo primero en lo que me fijé al llegar al campamento fue en la pira funeraria que habían formado en el centro. Sobre ella descansaba el cuerpo envuelto en tela de Emori.
Busqué con la mirada a John y lo vi, pasando desapercibido para la mayoría, como si su dolor les fuera ajeno, como si nadie pudiera entender el enorme sentimiento de pérdida que estaba padeciendo. Pero, justo cuando me iba a acercar a él, vi los pasos vacilantes de Raven aproximarse a él. Solo permaneció allí, a su lado, sin decir nada.
Aquella noche celebramos el funeral de Emori. A pesar de que la mayoría no la conocía, fue realmente emotivo. John dijo unas palabras, directamente salidas de su corazón, que hicieron que el mío se sobrecogiera. Y aunque yo ya sabía lo que se sentía al perder a un ser amado, no pude evitar temer perder lo que la vida, contra todo pronóstico, me había regalado. Apreté mi mano derecha, que sostenía una de las manos de Madi, y con mi mano izquierda busqué la de Bellamy, que estaba a mi lado. El tomó la mía como si estuviese pensando lo mismo que yo y me miró, como solo él sabía hacerlo. Y en sus ojos pude ver un futuro. Me sorprendí a mi misma pensando en mi pequeña familia, y en que haría cualquier cosa para protegerles.
Él entonces hizo algo que no esperaba. Acercó su boca a mi oído y susurró muy bajito te quiero.
Image credit: Fa Panini- Tumblr
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6 años y 7 días después (Bellarke)
FanfictionEl praimfaya ocurrió. Clarke se sacrificó para que sus amigos pudieran sobrevivir en el espacio. Muchas cosas sucedieron en esos 2199 días, tanto en la tierra como en el Arca. La soledad fue una constante y ambos buscaron consuelo en aquello que la...