Cinthia se despertó con un leve dolor de cabeza, que le recordaba lo que había llorado la noche anterior.
Era Viernes, y por suerte sus hijos no tenían clases ese día. Por lo que podían dormir un poquito más.
Kate iría a buscar a Neal para pasar un día madrina y ahijado. Mientras que los padres de Kyle se llevarían a los gemelos y a Bautista.
Su marido se iría a trabajar en el FBI y ella debía encontrarse con una clienta para organizar un cumpleaños de quince a toda onda.
Se levantó de la cama y no encontró a su marido. Pero en su mesita de luz vió una pastilla para el dolor de cabeza junto con un vaso de agua.
Se la tomó y luego de unos minutos esta comenzó a hacer efecto. Por lo que se levantó de su cama y fué hacia el baño. Hizo sus necesidades, se duchó y lavó sus dientes y rostro.
Ya lista volvió a su habitación y se colocó un pantalón y una blusa blancos con unos tacos negros. Su cabello rubio lo dejó alisado y solo arqueó levemente sus pestañas y se delineó los ojos. Luego algo de rubor y para finalizar sus labios de color rojo.
Cuando ya hubo finalizado salió de su cuarto y bajó las escaleras, guiada por el olor de la cocina.
-Hola, mi amor.- dijo sonriendo mientras veía a su esposo cocinando.
-Buenos días, mi reina.- le respondió él, girando para besarla.-¿Cómo estás?
-Bien, gracias por la pastilla.- le guiñó un ojo.
-Todo por ti.- y la volvió a besar, para girarse de vuelta y apagar el fuego.
-Pancackes.- murmuró golosa.
-Son para ti... Y para todos los demás.- ambos rieron.
-Iba a ir a verlos, pero estos tacones hacen tanto ruido.- se quejó.
-¿Los tacones o tu?- contestó su marido, haciendo referencia a que todo lo que su mujer usaba terminaba haciendo algún tipo de ruido.
-No te pases.- se quejó la mujer.- Además no encuentro mis pantuflas.
-Ahí están.- dijo señalando el par de pantuflas que estaban detrás de la barra de la cocina.
-Carajo.- murmuró sorprendida.
-Diez dólares al frasco.- dijo Neal mientras entraba a la cocina.
-Buen día, mi osito.- lo saludó mamá, dándole un beso en la frente. El cuál quedó impreso.
-Buen día, piccolo. Si hoy vas a salir será mejor que te limpies la frente.
-¡Mamá!, Siempre me haces lo mismo.- se quejó entre risas su hijo.
-Mamá te lo hace a propósito. Te está marcando.- bromeó Kyle.
-Óyeme.- dijo Cinthia ofendida.
-Le creo a papá.- habló Neal, limpiando su frente con servilletas.
-Típico.- murmuró su madre, dándole unas toallitas húmedas y quitándole las servilletas a su hijo.
-Gracias.- respondió, mientras seguía limpiando su rostro.
-Kate vendrá en media hora.- anunció mamá.
-Si, lo sé. Recién estaba hablando con ella.- dijo su hijo.
-¿Y si vas a arreglarte?- sugirió Cinthia.
-De acuerdo... Si querías que me fuera lo hubieras dicho.- contestó Neal mientras corría por las escaleras.
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El pasado llega al presente
CasualeLa verdad sale a la luz, el pasado se aparece en su vida, tenía la necesidad de saber qué había pasado, pues veamos si encuentra la respuesta. ATENCIÓN: Está historia tiene referencias a violación, maltrato y abuso. Posee spanking paternal, nalgadas...